«Ojalá se salve la temporada»

Diciembre y enero ya se perdieron, pero todavía quedan los restos de febrero y todo marzo «y, si vinieran buenos y conseguimos que la estación llegue abierta a la Semana Santa, estaría muy bien». Lo dicen en la estación de Alto Campoo y el deseo se repite como un mantra en toda la comarca. Allí, el invierno va bien si hay trasiego de esquiadores. «De cero a cien» lo nota en su negocio una hostelera de Quintanilla y, en Reinosa, «la nieve es un plus que suma en la cuenta de resultados».

¿Se salva esta temporada pese a lo tarde que empieza? Unos dicen que «ojalá» se consiga. Otros, que este desastre ya no hay quien lo enmiende. Pero todos cruzan los dedos para que a partir de ahora «haga bueno», frase que no quiere decir lo mismo al borde del mar que a los 1.600 de altitud de Brañavieja. Allá arriba hacer «bueno» quiere decir nevadas intensas, a ser posible sin viento.

Para este fin de semana, las previsiones son estupendas. Por fin, porque es el primero que podría ser realmente aprovechable para los aficionados al deslizamiento, ya que en enero solo se pudieron abrir un 50% de las pistas y durante nueve días, que supieron a poco. Emilio Ruiz, de la Escuela de Esquí, declaró ayer que «las expectativas son muy buenas y la gente está animada, así que lo que vamos a intentar es sacar lo máximo posible». A sus ojos, «no será posible arreglar al 100% el desastre de los meses anteriores, pero sí compensarlo».

No todos creen en la posibilidad de reconducir los números. Agustín de la Torre, propietario de la posada rural Villa Rosa en Reinosa y de la Casa de las Brujas en Barrio, estima que a esta temporada ya no la rescata nada. «Si se alarga a todo marzo, sería una forma de remate. Pero yo la doy por perdida porque la gente en marzo cambia el chip y guarda los trastos». De la Torre explica que, un invierno que nieva, sus establecimientos llenan «al 100% los fines de semana y luego se nota un goteo entre semana». Esto sirve «para pasar el resto del año y hacer las inversiones que siempre hay pendientes. Sin nieve, solo hacemos trabajo de supervivencia».

Algunos hoteleros, ni eso, porque le consta que este año, al no nevar en condiciones hasta ahora «algunos sitios han cerrado, sin más». El profesional lamenta que en Campoo no se acabe de encontrar una máquina tractora capaz de tirar del turismo todo el año, «como han logrado en otros sitios. Nosotros no somos un destino, aunque tenemos todo para serlo».

En la oficina de Turismo de Reinosa, José Manuel Martín, echa de menos que Reinosa y su comarca no vayan al unísono como tal y no se canalicen las reservas, por ejemplo, por medio de una central ad hoc. «La estación es un revulsivo y es interesante para todos, pero falta una mayor organización asociativa» que lleve a todos en la misma dirección.

Atraer a los esquiadores

En el Ayuntamiento de Reinosa importan, sobre todo, los empleos. Dice el concejal de Turismo, Daniel Santos, que cuando caen los copos «es como si lloviese oro», por la gente que se va a trabajar para «arriba». «Directísimamente, 30 familias dependen de la estación. Otras tantas de alquileres, más los monitores».

Todas estas personas, si viene un ciclo con precipitaciones de verdad, «salvan el año». ¿Se salvará éste? «Es realmente difícil saberlo, porque no sabemos cuánto va a nevar. Es complicado que pueda recuperarse, la verdad». Quizá, aventura, «si se aguantara hasta la Semana Santa». La corporación trabaja ahora en un plan -que no se materializará hasta el año próximo- para atraer a la capital a los esquiadores. «Queremos que nos vean como su segunda opción de ocio». Propondrán actividades nocturnas, culturales y deportivas donde se les ofrecerán descuentos y ofertas.

Piensan, incluso, en establecer un sistemas de autobuses lanzadera para quienes prefieran dejar su vehículo en Reinosa y trasladarse a la estación ahorrándose, por ejemplo, los embotellamientos.