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María José Sáenz de Buruaga recibe el abrazo de su hija Araceli, las dos muy emocionadas.
"El PP cambia de estilo para abrirse a la sociedad"

"El PP cambia de estilo para abrirse a la sociedad"

Sáenz de Buruaga arranca su mandato mirando al futuro, pidiendo unidad y llamando a la conciliación a la mitad de los compromisarios que no la votaron

Violeta Santiago

Domingo, 26 de marzo 2017, 08:17

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«Afrontaremos dos años cruciales y decisivos» y «seremos una máquina de ganar elecciones con posibilidad de gobernar». En cuanto se convirtió en presidenta del PP cántabro, María José Sáenz de Buruaga empezó a mirar al futuro, a hablar de resultados y de llegar a las elecciones de 2019 «con mucho más potencial que en 2015». Para conseguirlo, se comprometió a hacer «todos los esfuerzos que sean necesarios» para pasar página de las últimas semanas. Se pondrá «inmediatamente» manos a la obra, anunció, para «cambiar el estilo» del PP y para empezar a «funcionar de otra manera, en lo interno y de cara a la sociedad». Se ve, dijo, «con fuerzas sobradas» para encarar el desafío.

Una Sáenz de Buruaga emocionada y tensa casi a partes iguales también lanzó su primer mensaje como presidenta llamando a la unidad («Este va a ser el partido de todos. Bienvenidos todos los que queráis participar en la nueva etapa»), llamando a la conciliación a la mitad del partido que no la votó y haciendo hincapié en la necesidad que tiene Cantabria de contar con un PP fuerte al que dotará de «un nuevo modelo y de nuevas formas».

María José González Revuelta será su brazo derecho

  • Secretaria general

  • María José González Revuelta es la nueva secretaria general del Partido Popular de Cantabria. Hasta ahora era la tesorera del partido y, anteriormente, fue concejal en el Ayuntamiento de Santander, donde ejerció como edil de Movilidad Sostenible. Su presidenta la presentó ayer como alguien con sobrada experiencia, «que conoce a todos y ha trabajado con todos. Sabe lo que es pegar carteles, lo que es ser interventor en las mesas o acompañar a nuestros compañeros en el País Vasco. Siente el PP como pocas personas».

«Curaremos las heridas», auguró. A partir de ahora no hay ni unas ni otras candidaturas, «solo hay un único PP con un horizonte de trabajo. Nadie tiene que irse para casa. Un compañero vencido en una votación no es un enemigo. Es un amigo que tenía, simplemente, una opinión distinta», abundó para poner distancia con el mensaje del entorno del presidente saliente, desde el que se generaron titulares despiadados a lo largo de toda la campaña de primarias.

La ya máxima autoridad del partido llegó ayer a las 10.00 horas al Palacio de Exposiciones de Santander, junto con Antonio Gómez, Ildefonso Calderón e Isabel Urrutia. Saludó, besó, abrazó y sonrió mucho, aunque la procesión iba por dentro. «En estos últimos días estoy como en una nube, porque el proceso ha sido muy largo», confesó a lo largo del día. Que también fue largo y, sobre todo, cargado de tensión en el último tramo, porque llevó su tiempo saber si había ganado o no. Se alzó con la victoria, pero por la mínima. Tan justa, que Buruaga se desplazó hasta el salón donde se celebraba el congreso para conocer el veredicto de las urnas diciéndole a los militantes que no sabía, que no sabía.

Pero una vez proclamada, la candidata de Génova se mostró convencida de que la formación cántabra había tomado «la decisión correcta». Sáenz de Buruaga confió en que pronto quede atrás la disputa que les ha enfrentado agriamente en las últimas semanas porque el partido «nos necesita a todos» y «cada uno tendrá una misión que cumplir», remarcó. Por lo pronto, ya está designado el nuevo Comité Ejecutivo integrado por 55 personas «Este es el PP que Cantabria se merece», incluidos algunos afines a Ignacio Diego, que se mantienen al ser miembros natos debido a los cargos públicos que desempeñan.

En lo personal, su elección es para ella «el mayor honor de mi vida y un momento inolvidable». Si bien la «emoción» por estar al frente del partido, al que agradeció «lo mucho que me ha dado», no le impide ver que es necesario «un cambio de rumbo». Así lo había demandado por la mañana, durante el discurso en el que se presetó, que convirtió en un alegato contra el presidente saliente, Ignacio Diego, al que señaló un error tras otro sin usar en ningún momento esta palabra y al que, sin embargo, tendió la mano diciendo que aún tiene «un papel positivo y diferente que jugar en el PP». Pese a esta declaración, no se anduvo con paños calientes con él: le acusó de haber convertido al PP en una fuerza «aislada» y sin posibilidades de negociar con otras, de «no prestar atención al mensaje cambiante de la sociedad», de mantener un estilo que había que dejar atrás (a veces «con más temperamento que fundamento»), que describió como «una manera de entender la política que ha dañado moralmente a nuestra organización».

En contraposición, Sáenz de Buruaga ofreció iniciar una nueva etapa, con un partido más «abierto, cuyos órganos no se convoquen solo para escuchar al líder», un partido que mire al futuro «y abandone su obsesión por ajustar cuentas con el pasado», una formación que no le cierre la puerta a nadie «ni en Cantabria ni en Madrid» y un partido «dialogante con los de dentro y los de fuera».

Una transformación que considera «muy necesaria» justamente porque cree que no la quieren los partidos rivales. «Socialistas y regionalistas son los que más interés tienen en que todo siga igual en el PP porque les garantiza seguir en el gobierno, aún perdiendo las elecciones». Advirtió, sin embargo, de que empezar una nueva etapa «no significa una enmienda a la totalidad» del pasado de la organización porque «los aciertos son un acervo muy importante del PP».

«Capacidad de diálogo»

También declaró su preocupación por la situación de la comunidad autónoma, diciendo que falta «dirección política. Como decía hace días un destacado sindicalista, Cantabria corre como pollo sin cabeza». Según señaló, si no llega a ser por Íñigo de la Serna, ministro de Fomento, «y su compromiso con las infraestructuras de Cantabria o el el gran programa de inversiones que está desarrollando la alcaldesa de Santander, el balance sería desolador. Las principales industrias están tocadas por dificultades y el paro baja mucho menos que en el resto de España». Por todo esto, considera que el PP sigue siendo primordial, «más que nunca. Pero hemos de estar en condiciones de influir y para eso hay que aumentar el apoyo social y la capacidad de diálogo».

Elementos todos que se requieren para que Cantabria «funcione de verdad» y para «hacer frente al desorden político y el estancamiento económico» de la región.

La nueva líder popular se detuvo también en agradecimientos sentidos. Empezó por los que «desde el primer momento creyeron» en ella para esta nueva etapa. Continuó con el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, la alcaldesa de Santander, Gema Igual, y el expresidente del partido y exalcalde de la capital, Gonzalo Piñeiro. También se acordó de los empleados del PP, «que han soportado la tensión en primera línea», y de su familia, «a la que tanto he hecho sufrir».

Finalmente, dio las gracias a todos los militantes que ayer tuvieron «la convicción, integridad y valentía de apoyarla donde había que hacerlo». En las urnas.

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