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La remontada, desde dentro
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La remontada, desde dentro

Los jugadores del Racing vivieron con intensidad el partido y las horas previas a la remontada

Sergio Herrero

Martes, 13 de junio 2017, 07:12

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Si fuese obra de un guionista, este habría sido uno de los grandes triunfadores de la tarde del domingo. Nominado a los Oscar. Todo salió a la perfección. Como el racinguismo había soñado. Después de toda la parafernalia previa al choque ante el Villanovense, la afición le pasó el testigo a los futbolistas. A partir de las 18.00 horas, la pelota estaba sobre el terreno de juego. Aunque los de fuera empujasen, la responsabilidad era única y exclusiva de los que iban en pantalón corto, botas de tacos y un dorsal en la espalda. «La afición respondió a nuestra llamada y nosotros respondimos a la llamada de la afición». Así resume Dani Aquino una cita que ya es historia para el racinguismo.

El murciano fue uno de los gurús espirituales durante la semana previa. Aunque los futbolistas verdiblancos reconocen que la remontada arrancó tras el pitido final en el Romero Cuerda. Cuando las cosas se pusieron más feas. Un 2-0 a dar la vuelta. «Nosotros creíamos en la remontada desde el segundo después de acabar el partido de Villanueva de la Serena. Estábamos convencidos de que era posible», afirma César Díaz, para quien el partido fue doblemente especial por su regreso después de seis meses en el dique seco.

Aquino sembró el Huerto del Francés con sus mensajes y vídeos motivacionales. «He pasado toda la semana con energía positiva. Ha sido todo muy bonito. Noventa minutos en El Sardinero se hacen muy largos. Gracias a la afición se superó esta eliminatoria y ahora tenemos que volver al pensamiento positivo». Porque esto todavía no ha acabado. El Barcelona B espera en la gran final.

Las horas previas al choque se vivieron con nervios. Lógicos, aunque a los futbolistas les cueste reconocerlo. Quedada en las Instalaciones Nando Yosu de La Albericia y un trayecto de apenas cinco kilómetros que se hizo eterno por la S-20. Al llegar a la rotonda junto al Palacio de los Deportes, la expedición verdiblanca empezó a vislumbrar lo que se avecinaba. Hasta que el humo de las bengalas cegó el espectáculo a través de las ventanas. «La remontada comenzó la semana previa y empecé a vivirla en el autobús. Fue impresionante ver a la gente esperando al equipo y luego el ambientazo en el estadio», reconoce un Iván Crespo que desafió a las supersticiones con un llamativo traje amarillo para defender la portería.

Calentamiento entre cánticos, conjura sobre el césped entre los sones de Santander la marinera y últimos gritos de ánimo en el vestuario. La suerte estaba echada. La precipitación de los primeros minutos se calmó con el gol de Beobide. La grada explotó. Algo que fue incrementándose a medida que fueron cayendo los goles. «La afición de Santander es de una categoría superior. Estamos muy agradecidos y emocionados. En los últimos minutos del partido se me puso la piel de gallina, por eso este equipo no se rinde nunca», explica el capitán, Borja Granero, sobre lo sentido en el césped. En cuatro años como racinguista, le ha tocado vivirlas de todos los colores y aún hoy disfruta y se sorprende.

En los mismos términos se pronuncia César Díaz, quien se llevó una de las grandes ovaciones de la tarde en su ingreso al terreno de juego: «Al final, el partido fue un extásis de felicidad. Fue un gran partido del equipo, pero hay que agradecerle a la afición el apoyo que nos dio. Todo suma y ese aliento se nota dentro del campo».

«Salió todo perfecto»

El míster, Ángel Viadero, siempre comedido, no fue ajeno en la rueda de prensa a todo lo sucedido. Ni en la previa ni durante los noventa minutos del choque ante el Villanovense. «Esta afición nos ha hecho un equipo grande», exclamó el entrenador de Canalejas ante los medios después de la remontada.

Mientras tanto, en el palco se vivió la tarde con tensión, nervios y emoción. Ahora, a toro pasado y con las pulsaciones en reposo, el presidente, Manolo Higuera, hace balance. Satisfacción máxima. «Salió todo perfecto. Hubo un ambiente espectacular que no recordaba en los Campos de Sport». En los prolegómenos, el club implementó una serie de actos para ir calentando el ambiente. Canciones ya míticas para el racinguismo, acompañadas por el tifo elaborado por La Gradona. «Los actos fueron muy emocionantes, vi incluso gente llorando», rememora el dirigente verdiblanco.

Luego, el fútbol, y especialmente el resultado, le dieron sentido a todo lo demás: «El partido fue espectacular, con un ritmo de competición altísimo». Higuera insiste una vez más en que a la entidad verdiblanca y todo lo que le rodea se le queda pequeña la Segunda División B: «Todo lo que pasó es la demostración de lo que es el Racing y la continuidad de lo que ha sido la temporada». La grada tuvo una incidencia clave según el presidente. «La participación de la afición es decisiva. El Racing está jugando prácticamente siempre con doce jugadores y eso es algo vital. Cuando los jugadores sienten momentos de debilidad, ellos están ahí para empujar. Sólo tengo palabras de agradecimiento y de orgullo», concluye.

La fiesta vivida el domingo tendrá un valor real si la próxima semana el Racing consigue el ascenso a Segunda División. De momento, queda superar al Barcelona B en el último escollo que separa al equipo cántabro de la élite. En el vestuario verdiblanco pasan página rápido. Ya habrá tiempo para recordar lo vivido y para celebrar cuando realmente haya algo que celebrar. Viadero lo deja claro. «Lo pasado no vale para nada ya. Ha estado bien, hasta el día de hoy por ayer. Ahora toca centrarse en el presente. Trabajar con naturalidad e intentar preparar bien el plan para jugar contra el Barcelona B. El camino más largo que nos ha tocado en este play off nos ha dado lecciones que probablemente tengamos que emplear». Por fortuna, la gloria está un poquito más cerca que hace un par de días.

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