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Los Nuevos Campos de Sport de El Sardinero tienen un potencial como soporte publicatrio que es el objeto de estudio. :: dm

El convenio de El Sardinero, en el limbo

El club desea que se firme ya la nueva regulación de los usos para poder aprovechar el potencial publicitario que tiene el exterior del estadio

MARCOS MENOCAL

SANTANDER.

Jueves, 19 de octubre 2017, 07:40

La regulación del convenio de El Sardinero duerme el sueño de los justos. El Ayuntamiento y el Racing, que el pasado mes de abril tenían prácticamente acordadas algunas de las modificaciones más sustanciales al texto que rige desde los años ochenta, no terminan de ponerle punto y final a la operación. No se trata de firmar uno nuevo, puesto que ya existe uno en vigor y además con carácter indefinido, sino que la intención por ambas partes es la de modernizar ciertos apartados y sacarle mucho más partido a algo que tiene un potencial poco aprovechado. El convenio actual es una herencia del que se aprobó cuando existía el anterior campo y que vincula, como no podía ser de otra manera, a los Nuevos Campos de Sport.

La principal reivindicación es la regulación de la publicidad exteriores del recinto. Ese es fundamentalmente el caballo de batalla y la razón de que se esté demorando mucho más de lo deseado. De hecho, en el mes de abril llegó a haber sobre la mesa un fondo de acuerdo para regular los usos y la cesión que se detuvo cuando llegó a manos de la intervención, es decir en el último de los pasos jurídicos para su puesta en marcha. Por aquellos días -mes de abril- ambas partes declararon que no tenían prisa por llegar a ese acuerdo, pero lógicamente ninguno pensaba que se iba a llegar a finales de octubre con el convenio en el limbo. En definitiva y salvo sorpresa, el documento que delimite «claramente los derechos y responsabilidades de cada una de las partes para que no haya lugar a diferentes interpretaciones», como aseguró el concejal de Deportes, Juan Domínguez, por aquel entonces está parado por una cuestión puramente jurídica. Ayuntamiento de Santander ultima nuevo convenio con el Racing que reforzará el apoyo al club. «Ni al Racing ni al Ayuntamiento nos interesa acelerar el acuerdo a costa de saltarse los informes técnicos que delimitarán las condiciones de uso y mantenimiento de las instalaciones porque lo que queremos es evitar dudas o disparidad de criterios en interpretaciones futuras», añadió Domínguez.

La situación es la siguiente; el convenio actual otorga al Racing un dominio útil del estadio. Como bien figura en el código civil, el club tiene el derecho de explotación del inmueble de forma indefinida. Esto es algo que no merece discusión y en lo que obviamente están de acuerdo ambas partes. Así las cosas, es prácticamente inviable la firma de un nuevo convenio, entre otras cosas porque el Ayuntamiento no puede firmar acuerdos cuya duración sea superior a cuatro años por tanto lo que corresponde es regular los apartados del actual documento, sobre todo lo que hace referencia a los usos.

Es fácil de entender que el potencial que tiene el exterior del estadio como soporte publicitario requiere una regulación propia. Sacarle partido a algo tan atractivo es el objeto del club y pese a que el Consistorio ve con buenos ojos dicha iniciativa, lo cierto es que no termina de ver la luz el principio de borrador que circula sin que se le ponga sello oficial. No está resultando nada sencillo, puesto que ya en mayo de 2016 el presidente del Racing, Manolo Higuera, y el por aquel entonces alcalde Santander, Iñigo de la Serna, iniciaron los contactos que aún siguen sin concretarse.

El club santanderino necesita vías de financiación. Su situación financiera es asfixiante y condenado a cumplir con muchos más de los acreedores de los que desearía requiere de ingresos. La entrada del Grupo Pitma en el accionariado ha implicado que algunas de las necesidades corran a su cargo, como el arreglo de los videomarcadores que por fin estarán operativos el próximo domingo. A partir de ahora serán un excelente soporte publicitario y se aprovechará su atractivo. No existe ningún impedimento para que los usos del interior del estadio dependan directamente del club, actual poseedor de los derechos, sin embargo con el exterior es necesario una revisión. Y en ello están, aunque parece que más bien la solución resida en el limbo jurídico.

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