Borrar
Las portadas de 'El Comercio' y 'The Economist'.
La libertad de expresión, atacada

La libertad de expresión, atacada

Los expertos recuerdan que el periodista es el "perro guardián" de la democracia e incomoda a los políticos

Inés GALLASTEGUI

Sábado, 4 de junio 2016, 15:03

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Puedes acceder con el móvil a periódicos del otro lado del mundo en cuestión de segundos. Cada día se publican mil millones de 'tuits' y entradas en Facebook y blogs. Cualquiera con acceso a internet puede publicar. Y sin embargo, hablar es cada vez más peligroso». Lo dice en su edición digital de ayer 'The Economist': en esta aparente edad de oro de la libertad de expresión, las amenazas al derecho a la información son cada vez mayores.

¿De dónde vienen? Según el prestigioso semanario británico, referencia mundial en el periodismo intelectual, ha aumentado la represión de los gobiernos -como en Rusia o China-, han surgido censores no gubernamentales -el 'narco' asesina periodistas en México y la yihad, en Siria- y, para colmo, se ha extendido la idea de que las personas y los grupos tienen derecho a no ser ofendidos.

El artículo advierte contra la tentación de prohibir las ideas por el simple hecho de que resultan incómodas para alguien: «Cuando los progresistas están de acuerdo en que las palabras ofensivas deberían ser censuradas, ayudan a los regímenes totalitarios a justificar sus propias restricciones, mucho más duras, y a los grupos religiosos intolerantes, su violencia». Y pone un ejemplo: la Universidad de California considera una «microagresión racista» decir que América es una tierra de oportunidades, porque podría implicar que quienes no han triunfado en la vida son los únicos culpables de su situación.

La libertad de expresión, defiende 'The Economist', cuya edición de papel se publica hoy, es «la mejor defensa contra el mal gobierno». «Los políticos que se equivocan (es decir, todos) deberían estar sujetos a crítica sin restricciones. Quienes oyen las críticas pueden reaccionar; quienes las silencian quizá no descubran nunca por qué fracasaron. Como apuntó el Nobel Amartya Sen, ninguna democracia con prensa libre ha sufrido jamás una hambruna».

     

Perro guardián     

El mismo día en que el semanario lanza su advertencia, un cañonazo contra la libertad de prensa se dispara en un país europeo y democrático. En España no se asesina a periodistas -ya no- ni el lenguaje políticamente correcto ha llegado a tales extremos, pero en ocasiones sí se intenta callar a la prensa: ayer se dio a conocer la noticia de que el diputado asturiano del PP David González Medina pide cárcel e inhabilitación para dos periodistas del diario 'El Comercio', del Grupo Vocento, que informaron sobre su pasado como traficante y consumidor de drogas.

«Ese intento de silenciar a los periodistas es desproporcionado», opina Ana Azurmendi, profesora de Derecho de la Comunicación en la Universidad de Navarra. Pero no nuevo. «Las amenazas de los políticos son una constante, porque el periodista es el perro guardián de la democracia», subraya la docente, quien recuerda que la información publicada era «veraz y relevante». «Los electores tienen derecho a conocer a los candidatos», subraya Azurmendi, que, sin embargo, tiene dudas sobre qué efectos tiene, de cara al derecho a la información, que los antecedentes penales del diputado autonómico fueran borrados a petición del interesado.

Antón R. Castromil, profesor de Sociología de la Universidad Complutense, también cree que «el chantaje y la amenaza» de la clase política a la prensa están ahí, pero no hay de qué asustarse. «Son dos poderes antagónicos. Esa relación de amor-odio siempre ha existido. Pero en medio están los tribunales: el Estado de Derecho se basa en eso. Y normalmente los jueces son bastante garantistas», resalta el sociólogo. En estos tiempos, además, las redes sociales tienen un poder multiplicador y no permiten que los responsables de casos de corrupción o abuso de poder se vayan de rositas. Sin ir más lejos, el jueves el hashtag #LibertadDeExpresión fue 'trending topic'.

«La reacción del político ha sido ridícula e infantil, pero no hay que exagerar: ya quisieran muchos países tener una quinta parte de la libertad informativa que hay en España», asegura el profesor de Periodismo Miguel Ángel Jimeno. Y lo ilustra con un ejemplo: en 1999, año de la llegada al poder de Hugo Chávez, le hicieron una entrevista en la televisión venezolana para hablar de libertad de prensa, un asunto sobre el que había un vivo debate en aquel momento en el país. «Al día siguiente me detuvieron: me dijeron que no entendía nada sobre libertad de prensa y un coronel me tuvo tres horas en un habitáculo explicándome el concepto», ironiza el profesor de la Universidad de Navarra. El sucesor de Chávez no le va a la zaga: Nicolás Maduro ha amenazado con demandar a los medios españoles por la «campaña de guerra psicológica».

     

     

     

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios