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Los participantes en la performance 'Lo que el mar nos trae' compusieron una imagen de gran dramatismo en la Primera de El Sardinero.
Cuando el mar arroja cadáveres

Cuando el mar arroja cadáveres

Una performance acerca a la playa de El Sardinero el drama de los refugiados

José Ahumada

Lunes, 29 de agosto 2016, 07:21

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No eran aún las nueve y media de la mañana y la orilla de las playas del Sardinero ya estaba animada por paseantes y corredores madrugadores. Todos, al llegar a la Primera, se quedaban mirando intrigados el montón de chalecos salvavidas de color naranja chillón apilados junto al agua y la sementera de zapatos repartida alrededor. Una maleta, un osito de peluche... A la hora prevista, medio centenar de personas, convocadas por las organizaciones Iniciativa de Pasaje Seguro Cantabria, Alouda Cantabria, Cantabria por el Sáhara y Comunidad Solidaria Cantabria Actúa, se tumbaron sobre la arena, al borde del mar, para componer una imagen que ya no requería ningún tipo de explicación.

'Lo que el mar nos trae' es la denominación de la performance que se representó ayer «para mantener en la agenda de los políticos el tema de los refugiados y los migrantes, porque nosotros no hacemos distinción entre los dos: los primeros están teniendo ahora mejor acogida, mientras los otros siguen muriendo a miles en el Mediterráneo», explicó Patricia Manrique, portavoz de Pasaje Seguro.

Según los datos manejados por los colectivos convocantes, 300.000 personas han tratado de llegar este año a las costas europeas cruzando ese mar, una arriesgada travesía que ya ha costado la vida a 1.400 de ellas en los cinco primeros meses de 2016, y en la que se calcula que han perecido 10.000 desde 2014.

Es precisamente la constante repetición de esta tragedia la que parece haber inmunizado contra el horror a todo Occidente. «Yo creo que la gente sí que se conmueve con todo esto; de hecho, este trabajo que hacemos no va dirigido hacia la ciudadanía, sino hacia los poderes públicos. Los gobernantes no tienen problema en cumplir todos los compromisos económicos que acuerdan, pero cuando se trata de derechos humanos ya no se comportan igual. Nuestros representantes no están haciendo nada, ni siquiera cumplir esos acuerdos mínimos que se han alcanzado. Esto es la vergüenza de Europa: no es la crisis de los refugiados, sino la de los valores europeos», continuó Manrique.

La portavoz de la organización recordó que la performance, que ya se desarrolló anteriormente en las playas de Cádiz, forma parte de un conjunto de iniciativas que tratan de solucionar «una situación que los políticos ignoran».

«Creemos que toda la sociedad civil, desde personas a colectivos, pasando por familias profesionales -y queremos recordar, especialmente, a las personas voluntarias desplazadas en Grecia, a los socorristas que se dejan la piel en el Mediterráneo y a los periodistas que no permiten que este tema desaparezca de la agenda-, estamos remando a una, respondiendo al vacío ético y político creado por la inacción de los responsables políticos. Ya es hora de que los gobernantes estén a la altura», reza el manifiesto que repartieron entre los asistentes.

Cuando terminaron su protesta, una pareja ya había plantado sus tumbonas, un chico colocaba los toldos de alquiler y un camarero montaba la terraza del chiringuito vecino animado por la música. El problema es que en algunas playas donde el mar arroja cadáveres de verdad se hace lo mismo.

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