Oposiciones en el punto de mira
El número llamativamente elevado de suspensos en pruebas celebradas en los últimos meses provoca quejas entre los aspirantes
La oposición para técnicos de plantas potabilizadoras, convocada por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, se resolvió en mayo con un solo aprobado ... y la queja generalizada por las «preguntas imposibles» del examen. En junio, la oferta de empleo público para cubrir plazas de enfermería en el Servicio Cántabro de Salud también terminó en batacazo: solamente aprobaron 44 de los 567 opositores que se presentaron. Lo mismo sucedió en la prueba del SCS para técnicos superiores de laboratorio, en las que tan sólo 55 pasaron el corte, un número que ni siquiera permite cubrir las plazas ofertadas, que eran 83 y que se traduce en un 80% de suspensos entre los aspirantes. ¿Otro ejemplo? El de los exámenes para maestros: cuatro de cada cinco suspendieron. De los 3.810 opositores para obtener plaza en Educación Infantil, Educación Física, Inglés, Educación Primaria y Pedagogía Terapéutica, únicamente consiguió aprobar el 20,95%, algo más de 800.
No se trata de buscar un patrón o un porqué a esta situación, repetida en los últimos meses, que se reduce a una triste coincidencia para quienes pretendían amarrar un puesto de trabajo.
Para Ana Samperio, secretaria general del sindicato de enfermería Satse en Cantabria, hay varias causas que explican lo sucedido en las oposiciones del SCS. «La primera, la dificultad del examen, que no entro a valorar porque para eso está el tribunal, aunque quizás fuera un examen excesivamente difícil. En segundo lugar, se ha pasado por una serie de procesos de estabilización en los que ha habido condiciones diferentes a las de una oferta de empleo público reglada, en cuanto a la dificultad de la prueba. En tercer lugar, quizás el tiempo de que han dispuesto los opositores no ha sido excesivo -creo recordar que se informó de la convocatoria con un mes de antelación-. Por último, y lo más importante: las enfermeras estamos sometidas a un trabajo intenso, estrujadas por el déficit de profesionales, y esas obligaciones dejan poco tiempo para dedicarlo al estudio».
Fernando Sainz es uno de los opositores que suspendieron el examen, y en su caso reconoce que no había estudiado el temario a fondo y se presentó para tantear. «Era un examen bastante complejo, con pocas preguntas técnicas, más de escalas, muy raras, que a la mayoría ni nos sonaban. Es verdad que la poca gente que ha aprobado había estudiado mucho, pero con notas muy bajas. No es un examen que mida los conocimientos que debe tener un enfermero, si es lo que buscan».
Tampoco cree Jesús San Emeterio, responsable del área de Enseñanza de UGT Cantabria, que las pruebas para los maestros hayan servido para seleccionar a los mejores aspirantes, ya que, en su opinión, «el sistema está preparado para penalizarlo todo para que pasen prácticamente aquellas personas que tienen garantizada la plaza».
Sólo un aspirante logró aprobar la oposición de técnicos para plantas potabilizadoras
De los 3.810 opositores que se presentaron, pasaron el corte algo más de 800, el 20,95%
San Emeterio habla de la demanda generalizada, por parte de los aspirantes, de poder realizar la prueba completa: actualmente, la oposición se divide en dos fases, «una es el tema con la práctica, y la segunda, programación y unidad didáctica». «El sistema debería ser un poco más permisivo para poder seleccionar a las personas mejor preparadas, con cualidades como la capacidad didáctica, el dominio de la materia, la exposición... y eso no se ve muchas veces».
Demasiado técnico
Quizás el caso más extremo ha sido el de la oposición de técnicos de plantas potabilizadoras, con un aprobado entre 112 aspirantes, algo que ya denunció CSIF. «El examen era tan técnico que incluso ingenieros eléctricos -se hicieron simulacros en academias-, fueron incapaces de contestar correctamente a las preguntas», explica Verónica García, representante del sindicato. «No logramos entender cómo para un puesto en el que se pide un módulo medio, equivalente a la antigua FP2, un ingeniero no es capaz de aprobar».
Xabier Rodríguez es uno acaba de sacar la oposición del cuerpo general auxiliar. «Eso de que la gente estudia menos no me lo creo: en una oposición, de cuarenta o cincuenta persona igual hay cinco que van a pasar el día, pero el resto ha dedicado tiempo, esfuerzo y dinero en su preparación. Lo que sucede es que muchas veces no hay un temario claro, y al final el tribunal puede poner un tipo de pregunta que lleva al límite ese temario. Otro problema es el tiempo de que se dispone para prepararlo y la falta de criterios de corrección claros, con temas a desarrollar y con integrantes del tribunal que ni siquiera pertenecen a la especialidad».
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