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El responsable de Carreteras de Fomento explica la ministro, a la alcaldesa y al presidente regional los detalles de la pasarela
La pasarela ciclista que unirá Santander con Camargo se podrá usar en primavera

La pasarela ciclista que unirá Santander con Camargo se podrá usar en primavera

El ministro de Fomento estuvo ayer en el acto de inicio de las obras: el puente servirá para enlazar, después de casi dos décadas, Nueva Montaña con Raos

Violeta Santiago

Domingo, 4 de diciembre 2016, 07:44

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Es una pasarela peatonal y ciclista sobre unas vías de tren y sobre la autovía A-67 para unir el barrio de Nueva Montaña con Raos. Pero es mucho más, porque la infraestructura que se empieza a construir ahora y que estará terminada para la primavera de 2017, vuelve a unir los municipios de Santander y Camargo por un punto por el que estuvieron siempre directamente relacionados, nexo que la construcción de los enlaces entre la A-76 y la S-20 rompió hace décadas.

Con este proyecto que consiste en salvar una distancia de solo 106 metros por medio de un viaducto metálico quedará atrás ese periodo de incomunicación en el cual la autovía, según indicó Íñigo de la Serna, se había convertido «en una barrera infranqueable».

El ministro de Fomento participó ayer en un acto llamado de 'inicio de obras' para celebrar que este plan vaya adelante, ya que de su larga etapa como alcalde de Santander sabe que es una reivindicación «de 15 años» de los vecinos de Nueva Montaña. De la Serna declaró que para él era «un honor» estar en este momento de arranque. Su departamento invierte 1,3 millones de euros y la empresa constructora, Altyum, tiene un plazo de cinco meses para ejecutarlo.

De lo deseado de este equipamiento da muestra el hecho de que se juntaron en el punto de inicio de la pasarela (junto al centro comercial Bahía de Santander) medio centenar de personas, entre el séquito del ministro, el delegado del Gobierno (Samuel Ruiz), el presidente de Cantabria (Miguel Ángel Revilla) y la alcaldesa de Santander (Gema Igual).

Acudieron también el primer teniente de alcalde de Camargo (el regionalista Héctor Lavín (la alcaldesa, Esther Bolado, había excusado su asistencia), el regidor de Astillero (Francisco Ortiz) el de Villaescusa (Constantino Fernández) o el exalcalde camargués del PP y ahora diputado nacional Diego Movellán, además de una nutrida representación de vecinos de Nueva Montaña y de otros barrios cercanos y varios concejales del equipo de gobierno de Santander.

De la Serna subrayó que la pasarela no solo hará posible la comunicación a peatones y ciclistas. También conectará carriles bici ya desarrollados, tanto en Santander como en Camargo, que se van a poder prolongar. De esta forma se crea un corredor «atractivo y moderno» para los usuarios de la bicicleta.

El puente ha sido diseñado por la firma Arenas&Asociados. Se acoplará al norte de forma directa con el carril-bici de Nueva Montaña, de dos metros de ancho, construido por el Ayuntamiento de Santander, así como con la acera existente en esta zona. Al sur comunicará con el carril-bici de Aros, en Camargo, a través de un camino peatonal y ciclable (que forma parte también de estas obras), que cruza la autovía S-10 bajo la estructura existente en este punto. Así, resolverá la continuidad del itinerario ciclista de la bahía de Santander.

La nueva vía, que tendrá un ancho útil de 3,20 metros para permitir la coexistencia del tránsito peatonal y ciclista, tendrá una longitud total de 210 metros y forma de 'U'. El tramo central será una estructura metálica de 106 metros y darán acceso a ella dos rampas con estructura de losas de hormigón armado de 43 y 61 metros al norte y sur. Las barandillas de seguridad se han previsto a una altura de 1,40 metros, para aumentar la protección a los ciclistas y se contará con un segundo pasamanos, a 0,75 metros que se diseña pensando en las personas con movilidad reducida y los niños.

La infraestructura se ha dibujado con una planta ligeramente curva para adaptarse al cruce y a los desembarcos, y así producir la «mínima» afección a las infraestructuras existentes, manteniendo las distancias y gálibos libres que son necesarios en el emplazamiento. Íñigo de la Serna recalcó que «se ha cuidado» que la pendiente de las rampas de acceso tenga un desnivel del 6%, en cumplimiento de la ley de accesibilidad.

La parte principal tiene sección mixta (combinación de acero y hormigón), lo que facilitará su montaje y minimizará las afecciones sobre la autovía A-67 y las vías de ferrocarril, por no necesitar cimbras durante su construcción.

También se contempla en el proyecto un camino sur, con una longitud de 120 metros y anchura de 3,5 metros, con pavimento de microaglomerado. Al final habrá un cruce semaforizado con la calle perimetral del polígono de Raos y está previsto urbanizar convenientemente las parcelas colindantes.

La vertiente regional

El proyecto tiene una vertiente regional, porque gracias a él un santanderino podrá salir del centro de la ciudad hacia Candina, circular junto a El Corte Inglés, cruzar el nuevo puente para pasar al carril bici que rodea al Aeropuerto de Parayas y, desde ahí, enlazar con la Casa de la Naturaleza de Valle Real. Desde este punto se podrá llegar a El Astillero y, de allí, enfilar hacia las vías verdes de los dos antiguos ferrocarriles, Astillero-Ontaneda y Astillero-Orconera, puntos desde los que se podrá acceder a Cabárceno.

Así se explicó hace casi dos años, cuando el anterior presidente de Cantabria, Ignacio Diego, participó en la pesta en marcha de un carril bici en Santander que llegaba hasta la gran superficie comercial citada. Entonces, Diego resaltó la importancia de este proyecto, incluido en la Red de Vías Ciclistas de la Bahía de Santander, porque serviría para conectar la capital cántabra con el Parque de la Naturaleza.

El plan era poner a disposición de los aficionados a los pedales más de 70 kilómetros de carriles especiales a través de Santander, Camargo, El Astillero y Villaescusa en un primer momento. Más adelante, se quería unir Cabárceno con Penagos, Liérganes y Medio Cudeyo a través del trazado de la vieja vía ferroviaria que discurre por la ladera sur de Peñacabarga. Una de las grandes virtudes de estos trayectos ciclistas es que apenas hay pendientes.

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