Alda Selección, vino de autor cántabro
Rafael Prieto elabora con Bodega Sumarroca y de su enólogo Tomás Puig un vino blanco delicioso
JOSÉ LUIS PÉREZ
Sábado, 27 de febrero 2010, 01:24
CCantabria es una de las regiones con menor tradición en materia vinícola. Aún son varias las guías que no tienen en consideración a la región cuando se trata de señalar los mejores caldos cuando de acompañar una comida se trata. Y eso, a pesar de los esfuerzos realizados por una serie de empresarios emprendedores que han plantado o recuperado viñas en diferentes puntos de la región, y a pesar de la política proactiva desarrollada desde la Consejería de Desarrollo Rural. Pero, poco a poco las cosas van cambiando y, a juicio de los entendidos, ya están empezando a comercializarse vinos dignos capaces de hacerse con un hueco en el mercado.
Mientras el panorama va evolucionando, el consumo mayor en los restaurantes de la región son vinos foráneos, de otras regiones españolas, preferentemente de la D.O. Rioja, aunque en los últimos años están ganando enteros caldos de otras regiones españolas.
Quienes mejor conocen las tendencias de los clientes son los profesionales de sala y sumillieres de los restaurantes más acreditados de la región. Ellos y ellas aconsejan a los clientes cuando ellos lo requieres, al tiempo que se encargan de seleccionar los vinos que no deben faltar en su carta de vinos y por ello en su bodega.
Un caso especial en este selecto grupo de profesionales es el de Rafael Prieto, jefe de sala del restaurante El Serbal en Santander (una estrella Michelin) y copropietario de este establecimiento y del Nuevo Molino en Puente Arce (también con una estrella Michelin). Se trata de un experto en vinos con unas inquietudes que van más allá de multiplicar sus conocimientos sobre nuevos vinos nacionales e internacionales. Rafael Prieto dado un paso más y ya hace algún tiempo se propuso plasmar sus conocimientos y sus inquietudes en la elaboración de vinos, apoyándose para ello en bodegas que gozan de su confianza.
Antecedentes
Las primeras experiencias las tuvo con las bodegas Enate (D.O. Somontano) y Cune (D.O. Rioja), donde realizó tres vinos tintos. Los resultados fueron tan satisfactorios que su interés en este último año ha ido más allá y se ha 'atrevido' con un blanco en el corazón del Penedés. En esta ocasión su 'partenaire' ha sido la Bodega Sumarroca, y especialmente su enólogo Tomás Puig.
El resultado de esta colaboración ha sido Alda Selección, un vino blanco que fue presentado la semana pasada en el restaurante Nuevo Molino por Rafael Prieto, Tomás Puig y representantes de las Bodegas Sumarroca.
Pero la historia, no exenta de curiosidades, comienza meses atrás, en concreto a finales del pasado mes de octubre, «cuando Rafa llega a la bodega», comenta Tomás. El objetivo del sumiller cántabro era elegir un vino para sus restaurantes (El Serbal y el Nuevo Molino), un vino «para beber, un vino blanco, dulce, amable, que sea fácil de vender al público en general., en definitiva, un vino agradable».
Entendimiento
Sumillier y enólogo pronto se entendieron, aunque a priori pudo haber algún punto de escepticismo. Lo primero que hicieron juntos fue paralizar la fermentación de una cuba con unos 65º de azúcar. Rafael tenía muy claro que buscaba un vino dulce. A partir de ese momento comenzaron las pruebas hasta conseguir un caldo con 25 gramos de azúcar residual. Las uvas utilizadas fueron Parellada y Xarel.lo, y en menor medida Chardonnay.
Las pruebas llegaron a su fin, se alcanzaron las proporciones adecuadas y el resultado ha sido Alda, un vino que lleva las iniciales de los dos hijos de Rafael Prieto, Álvaro de 8 años y Daniel de 13. Precisamente uno de ellos es el autor de la etiqueta de las 3.350 botellas que se han embotellado.
Un vino con un marcado azúcar residual, que otorga un agradable dulzor en boca, poco ácido y con escasa graduación (11º), es el Alda 2009 que el cliente únicamente podrá degustar en los restaurantes citados y que es fruto de una iniciativa «arriesgada», como afirma Tomás Puig, quien no duda en señalar que «Rafa tenía las ideas muy claras y, aunque en principio dudé, creo que el resultado es muy bueno. Para mí ha sido un reto, ya que nunca había hecho nada similar. Es admirable lo que ha hecho Rafa, que a un restaurador le guste complicarse la vida de este modo. Rafa tiene un criterio propio, sabe lo que quiere porque está seguro que va a vender lo que quiere hacer en la bodega». Por su parte el sumillier santanderino reconoce que «sí es el vino que buscaba» y que en los primeros días en el restaurante «está teniendo un muy buena aceptación. Es un vino del que fácilmente una mesa con tres personas consume dos botellas. En su temperatura, fresco, entra con facilidad».
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