'La Merry' ya cumplió los cien
La bomba automóvil de los bomberos de Santander celebra su centenario | Se trata de una máquina legendaria y perfectamente conservada que llegó a la ciudad en 1912 y aún funciona
ÁLVARO MACHÍN
Martes, 20 de marzo 2012, 09:47
Su rojo reluce. Color de bombero. Lleva esa 'la' tan típico de los bautismos en los parques con solera. 'La Merry', la joya. Porque se ganó con creces ser 'la chica' mimada del cuerpo. Cien años de servicio y aún funciona. Una superviviente en todo el mundo y, casi con toda seguridad, la más veterana de España. 'Merry Weather Hatfield'. Hasta el nombre tiene el aire regio de todo lo británico de principios de siglo. Acaban de ponerle una placa dorada en un costado. Para que la bomba automóvil que revolucionó el trabajo de los bomberos presuma de centenario. Para que la ciudad, a la que tanto dio, le haga una visita. Santander, 1912 -2012. Y arranca.
Los fuegos de otros siglos se apagaban a fuerza de brazo. Bombas manuales que necesitaban de hombres fuertes y esfuerzo. Con la revolución industrial llegó el vapor y los motores. La máquina no se cansaba, pero aún requería de un buen fogonero para echar el carbón y de siete u ocho minutos para ponerse a punto. 'La Merry' dejó atrás a todos. De 900 litros por minuto a 1.800. De animales tirando a un motor de sesenta caballos que alcanzaba las 35 millas por hora (48 kilómetros). Dice Manuel González que cree que eligieron la inglesa por los vínculos de la ciudad con la Reina Victoria Eugenia. Está convencido y se le ilumina la mirada al hablar de ello. El Pleno del Ayuntamiento aceptó la compra y se guarda el documento de recepción de la máquina poco después (1912). La foto que acompaña al vehículo en el Museo del Parque de Bomberos (de la colección de Antonio Delgado) es de las primeras pruebas que le hicieron. Posiblemente, en La Alameda.
Y, a partir de ahí, trabajo y trabajo. Su bomba de émbolos (que obligaba a dar instrucciones de arrancar o parar a golpe de corneta cuando lo de las emisoras era ciencia ficción) no paró de apagar fuegos y recolectar historias con sus cuatro tripulantes -conductor y pasajero y otros dos, de pie, atrás-. Trágicas algunas. El 14 de abril de 1929 Ángel Roviralta y José Hoyuela trataban de llegar a tiempo de sofocar el fuego en el sanatorio de Pedrosa. No llegaron. 'La Merry' se desplomó en el puente de Heras y ambos murieron. A Víctor Anido, uno de los bomberos que mejor cuenta las andanzas de la máquina, se le pone serio el gesto.
En el famoso incendio de Santander (1941) se portó como una campeona. Que si cinco días seguidos sin parar, que si seis... Hasta que no pudo más. Hay leyendas como las que cuentan los pescadores en cuanto a sus capturas. La colocaron entre Arrabal y San José. «Ponerla aquí que, como venga el fuego, se nos quema el parque», gritaban los bomberos de entonces.
Dicen que en el 67, a la altura de la Plaza de Toros, dijo basta. Era junio y se detuvo. Pero un último arreglo le permitió salir a ayudar en el fuego del Palacio Macho (1971). En segunda línea, pero colaborando. Su último servicio. A partir de ahí, le debe la vida a Jesús García Mateo. La desarmó entera y la puso en marcha a mediados de los setenta. Desde entonces ha salido a pasear. En las cabalgatas de reyes, por ejemplo. O tras los arreglos que también le hizo González. En una de esas restauraciones, bajo la pintura aparecieron las letras originales de 'Ayuntamiento de Santander'. Por eso tiene un costado distinto, junto al número uno que muestra su puesto privilegiado en la flota y el cariño de todos los bomberos que la han conocido. Porque 'La Merry' es 'La Merry', aunque no conserve sus primeros faros de petróleo o sus ruedas traseras originales. Está intacta, en un museo a su medida. Perfecta para tener cien años. Como una chica joven.
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