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SHEILA IZQUIERDO
Martes, 2 de octubre 2012, 09:43
El edificio de la Residencia Cantabria es «viejo», pero está en «perfectas condiciones» estructurales. El gerente de Valdecilla, César Pascual, volvió a defender ayer la situación actual en la que se encuentran las instalaciones sobre las que UGT tuvo serias dudas la pasada semana. Tantas que solicitó una aclaración al respecto y por escrito a la Consejería de Sanidad para que tratara de disipar la «preocupación» y «el malestar» surgido entre la plantilla con el inicio de unas obras en el tejado y el anuncio del traslado de 38 camas al centro hospitalario de Liencres y al edificio Dos de Noviembre de Santander.
En un intento por tratar de diluir los rumores, Pascual 'tiró' de un informe interno en el que, aseguró, se acredita que el edificio de Cazoña «no está dañado» y se encuentra en «buen estado» para poder seguir realizando su función principal, que es la relacionada con Materno-Infantil. El documento, según Pascual, pone de manifiesto que por muy bien que se conserve la estructura pese a su antigüedad -fue levantada en la época de los sesenta-, no es recomendable proceder a su remodelación. La razón de peso pasa más por un motivo económico que logístico.
El «hándicap»
«El informe dice que no merece la pena rehabilitarlo, ya que esto sería mucho más caro que derribarlo y volverlo a levantar de nuevo», afirmó Pascual sin cuantificarlo. En todo caso, existe otro problema que supone todo un «hándicap»: adaptar la estructura a los nuevos sistemas de redes y comunicación. «Hay muy poco espacio en el falso techo y si, encima, hubiera que poner cableado en el suelo, las plantas quedarían con una altura sólo apta para niños».
Pese a todo lo anterior, el laboratorio y casi cuarenta camas de Medicina Interna y Geriatría se desmantelarán en noviembre y se trasladarán fuera de la Residencia. El objetivo, lejos de un problema estructural, es «reagrupar» departamentos y dar «mejor servicio» a los pacientes fuera del edificio, defendió Pascual. Y es que, las unidades, que permanecen en las plantas superiores del edificio, «no permanecen apuntaladas como se ha dicho» y su traslado permitirá ahorrarse los gastos de dos plantas «que son las que más energía consumen».
El mayor trastorno, las obras
Respecto a las obras que se han llevado a cabo en el tejado, Pascual aseguró ayer que se tratan de trabajos «habituales» de verano para encajar el invierno, que el único problema que han originado a los usuarios fue la prohibición, a través de unos carteles pegados a las ventanas, de asomarse. «Había obreros allí arriba. No fue por otra razón». En todo caso, el gerente de Valdecilla asegura que «la gente está muy nerviosa, porque piensan (los trabajadores) que se van a tener que trasladar al nuevo edificio de Valdecilla en cuanto concluyan las obras». Y es que, en todo el run run ha tenido que ver y mucho la postura de los sindicatos, «que deberían ser más serios antes de lanzarse a afirmar estas cuestiones».
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