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Los operarios liberan el terreno para introducir el tubo que aspira la arena acumulada en toda la planta baja del Cormorán. / Foto: Celedonio
Efectos del fuerte oleaje

Aspirando «a lo bestia» en el Cormorán

El temporal del día 2 sepultó la cocina bajo una duna de medio metro de alto, después de que una ola derribara la puerta. Una potente máquina succionará en cuatro días el millón de kilos de arena que entró en el restaurante

MARIÑA ÁLVAREZ

Viernes, 14 de febrero 2014, 13:22

Santander. Tiene una potencia equivalente a 500 ventiladores, fuerza suficiente como para tragar pedruscos de hasta 40 kilos como si fueran pelusas y capacidad para succionar más de doce mil kilos de materia en apenas 20 minutos. Así es la descomunal aspiradora que ha llamado a la puerta del restaurante Cormorán para liberar su planta baja de los más de 300 metros cúbicos de arena depositados por el destructivo temporal del 2 de febrero en lo que antes eran sus cocinas.

El equipo del establecimiento, situado en la Segunda de El Sardinero, llevaba días sacando arena con palas y carretillas. Lo que consiguieron hacer a mano en cuatro jornadas, la máquina lo igualó ayer en media hora. Gracias al invento, no harán falta los «veinte días» que calculaban que les iba a llevar sacar la 'playa' que se les había colado dentro. El martes que viene, tras tres jornadas y media aspirando, la pesadilla habrá terminado.

Esta máquina de excavación por aspiración, de tecnología alemana, pertenece a la empresa Sinzatec, con sede en Santander. Está pensada para remover todo tipo de materiales sueltos, graneles y líquidos mediante la fuerza generada por su potente ventilador.

La desgracia del Cormorán ha sido su estreno. La fotografía del dueño que publicó El Diario Montañés, encaramado en la montaña de arena y en cuclillas para no chocar contra el techo, «tuvo la culpa» de esta aventura, según el director gerente de Sinzatec, Jorge Lamazares. «Teníamos pedido este equipo y, en cuanto vi a Manuel Ángel Gutiérrez en el periódico de inmediato se lo ofrecí. Tras explicarle cómo funciona, no se lo pensaron dos veces. Aceleramos el envío y aquí estamos», dijo ayer a pie de playa, en plena aspiración y con media docena de operarios manejando los tubos.

Alquilar esta máquina cuesta 200 euros cada hora. Piensan que vaciar el restaurante del millón de kilos de arena costará, en total, unos 7.000 euros si no hay contratiempos. Para Manuel Ángel contar con este artefacto supone «ahorrarnos mucho, mucho trabajo. Es como una aspiradora de casa pero a lo bestia». A pesar de ello, toda la plantilla del Cormorán colabora en la tarea, «el jefe de cocina es ese del mono azul, la secretaria es la de la pala...». Pero ya ven la luz al final del túnel: «el 10 de marzo reinauguramos», confiado en dejar atrás cuanto antes la terrorífica noche del día 2.

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