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Fachada de esta boutique del café. Daniel Pedriza
Cantabria en la Mesa

El aroma de café conquista la calle San Francisco

En Santander ·

Aromme es una tienda de café de especialidad, abierta hace poco más de un año, en la que granos de Etiopía, Colombia o Panamá se tuestan cada día

José Luis Pérez

Santander

Jueves, 2 de octubre 2025, 14:48

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En apenas un año, un pequeño local de la calle San Francisco en Santander –antes casi desierta– se ha convertido en uno de los lugares más bulliciosos y singulares de la ciudad para los amantes del buen café. Se llama Aromme y, aunque muchos clientes lo confunden con una cafetería, su responsable, Manuel Garayo Benito, se encarga de despejar cualquier duda: «No somos una cafetería, somos una tienda de venta de café de especialidad y de degustación de café». Esa precisión no es un simple matiz: define la esencia de un negocio que ha traído a la capital cántabra un concepto tan moderno como exquisito.

Aromme abrió sus puertas el 20 de julio de 2024 con una idea clara: ofrecer café de especialidad, tostado en el propio establecimiento y servido con una calidad difícil de encontrar. Garayo lo explica con una metáfora que ya se ha convertido en su lema: «Vendemos un coche de alta gama a precio de un utilitario». Su apuesta pasa por cafés 100 % arábica procedentes de fincas seleccionadas en Etiopía, Malawi, Burundi, Indonesia, Colombia, Panamá, Guatemala, Brasil o México, entre otros orígenes. «Tenemos mucha variedad y vamos cambiando», apunta el propietario, que presume de ofrecer en ocasiones verdaderas joyas cafeteras, como el mítico Jamaica Blue Mountain o exclusivos lotes panameños que, durante meses, «solo hemos tenido nosotros en toda España».

Manuel Garayo, propietario del establecimiento, junto a su equipo. Daniel Pedriza

El tostado, a la vista

La diferencia se percibe nada más entrar: un pequeño tostador a la vista permite a los clientes observar cómo el grano verde se transforma en ese café fragante que después se muele o se sirve en taza. «También tostamos en Pamplona, en un tostador más grande, pero aquí tenemos uno doméstico que nos da juego para pequeños lotes», detalla Garayo. La experiencia va más allá del simple consumo: el cliente puede elegir el origen del café que quiere probar cada día, algo impensable en una cafetería convencional.

Degustar, aprender, disfrutar

Aunque en Aromme se pueden tomar cafés para llevar o disfrutar en el local, la filosofía es la de una tienda de degustación. Se venden cafés en grano o molidos, cafeteras, filtros y accesorios para los más cafeteros, pero también se busca educar el paladar. «Intentamos ser didácticos. El barista explica y aconseja, sobre todo cuando estamos más tranquilos. El trato lo consideramos tan o más importante que la materia prima», señala el responsable.

Materia prima

Emplea cafés 100 % arábica que son tostados en el propio local y proceden de fincas de todo el mundo

Para ello cuenta con dos baristas, Óscar y Jonathan, que preparan cada taza al gusto y explican las diferencias entre un Etiopía floral, un Burundi afrutado o un equilibrado Costa Rica. «Cada vez hay más cultura de café, sobre todo entre la gente joven», celebra Garayo, que recomienda tomarlo «solo, con la menor cantidad de leche posible y sin azúcar, para apreciar todos sus matices».

La calidad de Aromme no ha pasado desapercibida. Una aplicación europea especializada en cafés de especialidad señala este establecimiento como el único en Santander dentro de su selecta guía. «Si buscas en la app, en esta ciudad solo sale Aromme», comenta el propietario, entre orgulloso y sorprendido.

Un éxito medido en tazas... y en fidelidad

El pequeño local –acogedor pero ya insuficiente para la afluencia diaria– sirve alrededor de 400 cafés al día, una cifra que su dueño prefiere mantener en discreción para no despertar tentaciones de competencia. «El sitio se nos ha quedado pequeño, pero prefiero algo controlable a que se me desborde. No soy ambicioso, me gusta tener las cosas bajo control», confiesa.

Referente

Este pequeño establecimiento ha puesto a Santander en el mapa europeo del café de especialidad

La ubicación también ha jugado su papel. Aromme se encuentra en una calle que hasta hace poco languidecía, pero que hoy rebosa vida. «Era una calle muerta y ahora tiene mucha actividad. Creo que los locales de al lado también se han beneficiado», reflexiona Garayo, heredero de una tradición familiar de comercio –en el mismo edificio sigue funcionando la histórica tienda de ropa Garayo– que ahora él reinterpreta con aroma a café.

Una nueva cultura cafetera

Aromme no es solo un lugar para comprar o tomar café. Es un punto de encuentro para una nueva generación de consumidores que busca calidad, origen y trazabilidad en cada taza. Con su propuesta, Manuel Garayo ha logrado que Santander figure en el mapa europeo del café de especialidad, demostrando que incluso las ciudades más tradicionales pueden abrirse a nuevas tendencias cuando se combina pasión, conocimiento y cercanía.

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