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Mosaico de la pesca, en la Casa Hippolytus de Alcalá de Henares. DM
Salud y Nutrición

Comer pescado

Elein Morgan lanzó la hipótesis acerca de que la evolución de nuestra especie no hubiera sido posible sin alimentarnos de pescado y productos acuáticos en general

Domingo, 15 de junio 2025, 07:47

Es posible que el pescado sea el alimento que nos permitió convertirnos en seres humanos. El 1984, la escritora y antropóloga Elein Morgan publicó un libro titulado «El mono acuático» en el que planteaba su hipótesis acerca de que la evolución de nuestra especie, hasta el homo sapiens sapiens, no hubiera sido posible sin alimentarnos de pescado y productos acuáticos en general.

Nosotros siempre hemos sido una especie físicamente débil y sin armas y así nos resultaría muy difícil cazar algún animal para proveernos de alimento. Sin embargo, resultaba mucho más fácil y menos costoso energéticamente atrapar peces, recolectar conchas y otros moluscos en las orillas de los lagos, charcas o mares.

Estudios posteriores demostraron que Elein Morgan tenía razón y que nos hubiera sido muy difícil sobrevivir a los duros años de glaciaciones y sequías sin recurrir a los pescados, y animales acuáticos en general, para alimentarnos.

Tengan en cuenta que dos de los componentes principales de nuestro cerebro son dos grasas omega tres, EPA y DHA. Nuestro organismo, por tanto, se habituó a comer pescado en grandes cantidades y de ahí deriva el beneficio que su consumo reporta a nuestra salud.

Los pescados nos proporcionan grasas de la mejor calidad, en especial las grasas omega tres, esenciales para el desarrollo y funcionamiento de nuestro cerebro y de nuestro corazón. Estas grasas regulan naturalmente los niveles de colesterol y triglicéridos y nos proporcionan salud cardiovascular y actividad cerebral y previenen la aparición de problemas neurodegenerativos como el Alzheimer o el Párkinson.

Los pescados son ricos en minerales en especial el iodo, indispensable para el funcionamiento de nuestra glándula tiroides, y en fósforo, que es esencial en nuestros huesos y nuestro metabolismo. También contienen magnesio, cinc, selenio, hierro y cobre.

Los pescados tienen pocas calorías, en general unas 150 kcal por cien gramos, claro que esto depende de la forma de guiso. Es el alimento que más vitamina D nos proporciona. Los que tengamos suficiente edad recordaremos cuando se nos daba de pequeños una cucharada del horrible aceite de hígado de bacalao para evitar el raquitismo.

En el pescado abundan las proteínas de buena calidad biológica, algunos peces llegan a tener tanta proteína como la carne, hasta un 20 por ciento.

Los pescados contienen antioxidantes como vitamina A y E, selenio, cinc y manganeso, fierro y cobre que neutralizan los radicales libres. Estos componentes también protegen la salud ocular ya que previenen las cataratas y la degeneración macular.

Además, la dependencia del pescado de nuestros antecesores paleolíticos les llevó a desarrollar formas de conservación cuando lograban una buena pesca. Las conservas nacieron con el pescado y esa virtud se ha mantenido de tal forma que hoy podemos conservar el pescado de muy diversas maneras, en botes o fermentado y enlatado como las anchoas. El pescado en lata, si está bien preparado, apenas pierde sus cualidades nutricionales.

Debemos de consumir pescado, en la forma que sea, al menos tres veces a la semana. Y uno de los días debería ser un pescado azul.

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