Gonzalo Garrido: «La manzana nos cambió la vida: dejamos Madrid por Cantabria»
Está al frente de Sidra 45 amigos junto con Juan José Hierro, en Ambrosero
De una vida entre multinacionales y corbatas en el centro de Madrid a un día a día pegado a la tierra, rodeado de manzanos y ... con vistas al Parque Natural de las Marismas de Santoña y al mar. Ese es el viaje de Gonzalo Garrido, alma mater junto a su socio Juancho Hierro de Sidra 45 Amigos, un proyecto que reivindica la tradición sidrera de Cantabria, diversifica el universo de la manzana y mantiene un contacto directo con el consumidor a través de ferias y visitas a la finca, como se pone de manifiesto esta semana en la entrevista completa que se puede consultar en la web de El Diario Montañés dentre de la serie 'En la mesa con...'.
En plena cosecha
«Estamos de lleno en la cosecha; ahora toca el trabajo físico de recoger la manzana y transformarla», explica. El nombre 45 Amigos, dice, es un homenaje a los amigos y familiares que les ayudaron desde el inicio en labores como la poda o el embotellado. «Siguen viniendo, pero solo los fines de semana; entre semana nos toca a nosotros», bromea.
El cambio de vida fue meditado. «Trabajábamos en multinacionales en Madrid, vivíamos en el centro y nos apetecía un proyecto propio», recuerda. La oportunidad surgió con la finca que hoy trabajan, una plantación de 1.600 manzanos. Allí descubrieron una tradición casi olvidada: «En Cantabria siempre ha existido la sidra; no se ha perdido, pero ha quedado eclipsada por la asturiana o la guipuzcoana». Recuperarla fue su reto y su inspiración.
Sidra 45 Amigos elabora una sidra equilibrada, «un poco más ácida que la asturiana y algo más dulce que la guipuzcoana». Para lograrlo utilizan un coupage de variedades tradicionales de manzana de sidra –solarina, raxao, de la riega, regona, durona o verdealona–, que recogen, pesan y registran cuidadosamente antes de entrar en la prensa. «Cada saco se anota. Hemos dado con la mezcla que más nos gusta», explica.
En el lagar, el proceso se divide en dos caminos. Una parte del mosto fermenta durante unos cinco meses en cubas de acero inoxidable hasta convertirse en sidra, mientras que la otra se destina al zumo, que embotellan y pasteurizan sin añadir conservantes ni azúcares. «Es un producto muy sano, con dos años de consumo preferente y a un precio muy razonable: 3,5 euros la botella grande», señala. Con los excedentes elaboran vinagre de manzana –«más suave que el de vino y con muchas propiedades»– y, en colaboración con Azucena, de Salsasón, mermeladas y compotas. «La manzana da mucho juego», resume.
Vecería
Como a todos los fruticultores, les afecta la 'vecería', ese fenómeno que alterna un año de gran cosecha con otro escaso. «En los años buenos podemos multiplicar por diez la producción del anterior», comenta. Para suavizar ese efecto recurren a podas más severas. «Nos da rabia cuando un año hay poca manzana, pero lo compensamos haciendo más zumo en los años abundantes», explica.
El contacto directo con el público es otro de los pilares del proyecto. Son habituales en ferias y mercados –incluida la de El Diario Montañés, en diciembre– y abren su finca a las visitas. «No es lo mismo ver una botella en una estantería que escuchar a quien la elabora. Nos encanta que la gente venga: la finca es preciosa, con vistas al mar y a solo 4 km de la autovía», describe.
Mirando al futuro, Garrido prefiere la prudencia. «Nos gusta pensar a medio plazo; a largo se te ocurren mil locuras. Queremos seguir mejorando procesos y quizá añadir algún producto nuevo, pero sin cambiar de actividad». Lo que sí descarta es volver a Madrid: «Para ir de turista, perfecto; para vivir, ya lo hicimos. En Cantabria la calidad de vida es excepcional».
Integrados en grupos como 'De granja en granja', mantienen estrecho contacto con otros pequeños productores. «Hasta que no te metes en este mundo no te das cuenta de los proyectos y productos buenísimos que hay en Cantabria. El sector no está dormido, ni mucho menos», concluye, animando a cambiar, de vez en cuando, la caña o el vino por una sidra hecha en Cantabria.
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