El dilema del matcha
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Y caminos para el consumidorEl matcha vive un momento de alta demanda y producción. Japón, patrón histórico de este polvo verde, se enfrenta a una limitación real: la oferta no da abasto para el apetito mundial. En Kioto, por ejemplo, ya se contemplan medidas para evitar la escasez local y global. ¿Qué puede hacer el consumidor? Aquí van respuestas claras y prácticas.
Alternativas para el consumidor final
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Buscar matcha de otros orígenes: Corea, China y otros países han desarrollado productores que ofrecen matcha a precios más accesibles. La calidad varía y suele no igualar al ceremonial japonés, pero puede ser adecuado para uso culinario o diario.
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Elegir entre ceremonial y culinario: el ceremonial es el más fino, ideal para ceremonia y preparación con agua caliente suave. El culinario es más robusto y admite mezclas con leche, con siropes y uso en repostería.
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Comprar a través de tiendas con trazabilidad: buscar proveedores que indiquen origen, fecha de cosecha y pruebas de calidad. La transparencia reduce riesgos de producto de menor calidad, en nuestras tiendas de El Corte Inglés y del Mercado del Este lo tenemos disponible
¿La calidad se resentirá?
Si la demanda continúa creciendo fuera de Japón sin una expansión de la capacidad, podríamos ver una mayor variación entre lotes: color, aroma y sabor pueden fluctuar. Los productores fuera de Japón pueden mantener calidad razonable, pero el perfil característico (umami suave, color intenso) podría no alcanzarse en todos los casos. La clave está en la trazabilidad y en no confiar solo en precio; revisar origen, método de cultivo y procesamiento.
Conclusión. El problema es real, pero el consumo puede seguir siendo satisfactorio si se elige con criterio: ceremonial vs. culinario, origen y transparencia. El matcha seguirá siendo, para muchos, un ritual de paciencia y calidad, incluso cuando la oferta experimente cambios.