María José Sáenz de Buruaga | Candidata del PP a la Presidencia de Cantabria

«Hay que bajar los impuestos todo lo que se pueda, Cantabria no necesita un Gobierno más rico»

-Uno de sus lemas de campaña es 'Cantabria, despierta'. ¿Cantabria está dormida?

-Es un grito contra el conformismo, contra la resignación. Es un grito de cambio. Cantabria lleva 16 años en manos de un pacto de intereses, con una coalición PRC-PSOE que la ha entregado a las políticas paralizantes de la izquierda y se está quedando atrás. Cantabria crece menos que el resto, crea menos empleo que el resto, no aprovecha las oportunidades que pasan, pierde todos los trenes y, por este camino, no despega. Está estancada, se frena y en clara desventaja, y rezagada con respecto al resto de España. Los proyectos tractores no existen o tardan decenas de años en ver la luz. Cada día se hace más pequeña en economía, en empleo, en bienestar, en industria...

-¿No es una visión demasiado pesimista?

-No soy catastrofista. Soy optimista y creo en las capacidades y recursos de nuestra comunidad y en su potencial. Es una tierra que lo tiene todo. Y creo en la capacidad transformadora de la política. A la gente le digo que esto no es una maldición eterna. Cantabria tiene arreglo y solución.

-Gema Igual ha dicho que en estas elecciones es imprescindible votar por ideología. Elegir entre derecha e izquierda, ¿está de acuerdo?

-Todos los partidos representamos unos valores y principios, pero en esta ocasión esto va más allá. Cantabria necesita gestión por encima de esas cosas, un proyecto de región que sea capaz de unir, incluso, a personas que piensan diferente y que votan diferente. Un proyecto sin etiquetas y que agrupe a todos. Estas elecciones son mucho más que ideologías. Deben trascenderlas. Estamos hablando de gestión, de soluciones y de resultados.

-Durante la campaña ha puesto mucho énfasis en atacar a Podemos, ¿le preocupa más la extrema izquierda que la extrema derecha?

-No es cuestión de temer, sino de hacer un análisis serio y exhaustivo de cuál es la realidad de la calle. Hay que tratar a los cántabros como personas maduras y decirles las cosas como son. A mí no me gusta el voto del miedo ni el discurso del miedo, pero hay que decir la verdad. Y lo que reflejan las encuestas es que aquí solo hay dos opciones: el PP, que claramente va a ganar y está en inmejorables condiciones de gobernar, y la del más de lo mismo. Un Revilla más Sánchez que no suman lo suficiente. La única aritmética que les sale supone un riesgo de que Podemos entre en el Gobierno. Si Revilla quiere ser presidente tiene que meter a Podemos en el Ejecutivo. O es presidente con Podemos o no lo será. Yo trabajo para que el PP gane, por eso hay que agrupar el voto.

-Se deja sin comentar un tercer escenario, un pacto PP-PRC...

-Todas las encuestas dicen que el PP gana claramente. Mi objetivo es el de gobernar en solitario, y para que eso ocurra solo hace falta que Revilla no se oponga a que gobierne la lista más votada en Cantabria. Y yo, por supuesto, no voy a hacer presidente a Revilla si el PP gana.

-¿No haría, entonces, como el PSOE de Dolores Gorostiaga en 2003?

-No. Cuando uno sale a la calle a pedir la confianza de los ciudadanos tiene que mostrarles un respeto. Quien gana las elecciones debe hacer todo lo posible por gobernar y presidir. Si gano, la Presidencia es irrenunciable, igual que si pierdo jamás aspiraré a ella. Me gustaría que los demás dijeran lo mismo.

-Revilla tiene muy claro que el PP gobernará con Vox si les da la suma. ¿Es un discurso para rascar votos del miedo o es real?

-Tiene un riesgo ese mensaje, es un discurso que le coloca a él en la diana. Acaba girando el foco sobre él porque tiene muy fácil evitar ese pacto. ¿Dice que se presenta para evitar un acuerdo PP-Vox? Pues lo tiene al alcance de su mano. Solo tiene que respetar a la lista más votada.

-¿El PP quiere el Mupac y La Pasiega?

-Por supuesto. Le recordaría a Revilla que lleva gobernando 16 años en Cantabria y hablando de los mismos proyectos. Aquí solo hay un responsable. No se puede estar permanentemente culpando a los demás de sus fracasos de gestión. Lo que hace Revilla es intentar responsabilizar a los demás. Desde el año 2006 lleva hablando de La Pasiega. Y no se ha movido todavía un gramo de tierra. En lugar de sacar pecho, debería pedir perdón por retrasar tanto un proyecto tractor para la región. Igual que el Mupac. La legislatura pasada, consejeros del PRC decían que el que torpedeaba La Pasiega era su socio de gobierno, el PSOE. Esto es muy típico de las fórmulas populistas, cuando en realidad tienen el problema en casa. Gobernar es algo más que firmar libros e ir a platós de televisión. Es gestionar y tomar decisiones para sacar proyectos adelante, algo que este Gobierno tiene una dificultad espantosa para hacer.

-¿Existe una fórmula sencilla para recuperar la industria de Cantabria?

-Nada es sencillo cuando hablamos en serio. No conozco soluciones fáciles a problemas difíciles. Lo primero que hay que tener es un proyecto de región a largo plazo, no estar siempre en la ocurrencia, en el corto plazo, en la improvisación. Y con ese proyecto, trazar una hoja de ruta y subir a todo el mundo a bordo. En Cantabria no hay política industrial. Hay que impulsar el modelo de cambio productivo del que llevamos hablando 16 años sin hacer nada. La industria debe suponer un 25% del PIB regional, hay que revalorizar nuestras zonas rurales y el sector agro, y el sector servicios enfocarlo en la especialización y la innovación que generan alto valor añadido. Hay que hacer funcionar a la economía, porque sin economía no hay nada. Es fundamental que Cantabria deje de ser una tierra hostil a la inversión y a la colaboración público-privada. No puede ser que en esta legislatura no se haya materializado ni uno solo de los 2.100 millones de euros de inversión privada que Revilla anunció en 2021 en el Parlamento. Es para hacérselo mirar. Existen fórmulas: eliminar barreras a la economía, aligerar cargas fiscales y burocráticas, poner una alfombra roja a los emprendedores e inversores, aprobar una ley de simplificación de procedimientos (los tiempos de este Gobierno no hay sociedad que los soporte) y una reforma fiscal para bajar impuestos todo lo que se pueda. Cantabria no necesita un Gobierno más rico, sino familias y empresas más prósperas.

-¿Y cómo mantienen los servicios públicos?

-Cantabria es una de las regiones con mayor presión fiscal y, al mismo tiempo, peor competitividad. Hay margen para bajarlos. No es que se pueda, es que debemos bajarlos. Estamos en un contexto extraordinario para hacerlo. Este Gobierno, tanto en España como en Cantabria, está batiendo récords de recaudación. Vamos a recibir 167 millones extra solo por IVA e IRPF; tenemos un Presupuesto con 1.100 millones más que el último del PP; y los servicios públicos están peor que nunca. No estamos hablando de cero impuestos. Hay que pagarlos, pero es necesaria una reforma fiscal que sea razonable. Menos impuestos no significa menos recaudación ni menos ingresos ni menos bienestar. Supone más confianza, más actividad económica, más inversión, más creación de empleo y más personas cotizando.

-¿Las listas de espera en los hospitales se solucionan con más médicos?

-No, qué va. Eso es simplificar mucho el problema. Las listas de espera tienen muchas causas, no se solucionan poniendo parches ni medidas aisladas. Lo que hay que hacer es un plan integral, con medidas transversales, sostenidas en el tiempo y respaldadas con presupuesto. Cuando llegamos al Gobierno en 2011 nos encontramos 10.000 pacientes esperando cerca de 150 días, de media, para una operación. Pusimos en marcha un plan integral y la demora media bajó a la mitad. Se puede hacer, pero hay que trabajar en equipo con los profesionales. Poner a funcionar el servicio público a pleno rendimiento y complementarlo con el servicio privado. Cuando las dos funcionan a pleno rendimiento y destinamos recursos, se soluciona.

-Si el PP llega al Gobierno, ¿va a derogar alguna ley regional aprobada esta legislatura?

-La Ley de Memoria Histórica tenemos el compromiso de derogarla. Y en la Ley del Suelo vamos a eliminar todos aquellos artículos relativos al régimen de construcción de vivienda unifamiliar en suelo rústico. Esa ley hace imposible la construcción, hay que revertirla y volver al modelo de 2012 que apoyamos PRC y PP y que no tuvo ningún impacto negativo, sino todo lo contrario. Y otra cuestión importante. Vamos a frenar esa Ley de la Vivienda regional que no hace política de vivienda, que ataca la propiedad privada y es radicalmente intervencionista. Esa ley va a tener el efecto contrario al deseado, va a contraer el mercado, habrá menos oferta y subirán los precios en vez de bajar. Y es, también, una ley que renuncia a atajar y combatir uno de los mayores problemas, aunque no lo quieran ver: la okupación. Sí, vamos a aprobar una nueva ley de vivienda.

-Después de las elecciones, si gana pero no gobierna, ¿teme que se ponga en cuestión su liderazgo en el partido?

-No estoy ahora pensando en eso bajo ningún concepto. El liderazgo en el partido lo deciden los militantes, tengo una trayectoria que no siempre ha sido fácil, pero me he presentado a dos congresos y los dos los he ganado, el último con abrumadora mayoría. Eso no es para mí un fin en sí mismo, es un medio, un instrumento para el segundo paso: gobernar Cantabria y hacer las cosas un poco mejor. A mí no me gusta hablar de hipótesis.