Buruaga descarta un adelanto electoral en Cantabria: «No hay ninguna razón que lo justifique»
Feijóo busca un superdomingo electoral en 2026 para presionar a Sánchez y respalda a algunas comunidades del PP que ya estudian hacerlo
Suenan tambores electorales en media España. A la espera de si Pedro Sánchez acaba la legislatura o la falta de Presupuestos le obliga a ... ir antes a las urnas, Alberto Núñez Feijóo quiere enseñar músculo en los primeros meses de 2026 con un superdomingo electoral que muestre la fortaleza del PP en las autonomías. Andalucía y Castilla y León ya tienen confirmada la cita antes de verano, y otros territorios como Extremadura y Aragón se plantean seriamente hacerlo por la dificultad para aprobar sus cuentas. Pero en Cantabria esto no sucederá y habrá que esperar hasta mayo de 2027, cuando se acabe oficialmente la actual legislatura de cuatro años, para volver a ir a votar.
La presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga, descarta totalmente ese adelanto electoral. «No hay ninguna razón que lo justifique», señaló a este periódico. Aunque la líder del PP entiende que cada comunidad «tiene sus circunstancias» y que cada presidente «toma sus decisiones en función de lo que considera más beneficioso para el interés general», en Cantabria «a día de hoy, y en las circunstancias actuales, no existen razones para llevar a los ciudadanos a esa situación», añadió.
Aquí, además, se da otra circunstancia que resta mucho valor a un adelanto electoral. Los estatutos autonómicos, igual que sucede en Asturias, Madrid, La Rioja, Castilla-La Mancha y Murcia, recogen expresamente que, en caso de disolución anticipada, el nuevo mandato durará hasta «el término natural de la legislatura originaria». Es decir, Cantabria tiene que ir a las urnas en mayo de 2027 sí o sí, aunque en 2026 se convoquen elecciones. Por lo que no tiene mucho sentido montar todo el circo electoral para un solo año, sobre todo sin que se haya producido una circunstancia excepcional que lo justifique.
Presupuestos
Ni siquiera si el PP no consigue aprobar las cuentas en diciembre en el Parlamento, Buruaga estaría dispuesta a llamar a las urnas. «Tenemos dos presupuestos aprobados -gracias al apoyo del PRC- en tiempo y forma, y en este momento solo estamos centrados en pisar el acelerador para seguir transformando Cantabria», dijo ayer la presidenta.
Las claves
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Otras comunidades Andalucía y Castilla y León tendrán elecciones seguro en 2026, mientras que Extremadura y Aragón ya se lo plantean
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Legislación El estatuto de Cantabria obliga a ir a las urnas en mayo de 2027 sí o sí, aunque haya adelanto electoral en 2026
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Balance «Cada comunidad tiene sus circunstancias, nosotros avanzamos y tenemos estabilidad», dice la presidenta Buruaga
La dificultad para aprobar presupuestos sí será una razón de peso en Aragón y Extremadura para que los barones del PP aprieten el botón del adelanto electoral. María Guardiola ya ha avisado públicamente que lo hará si no consigue la mayoría de votos de la Cámara extremeña para las cuentas públicas. Y Génova también ha dado el visto bueno a Jorge Azcón para que haga lo mismo en Aragón.
En la Junta de Andalucía, presidida por Juanma Moreno, las elecciones están previstas para mayo o junio de 2026. Sin embargo, podría producirse un adelanto técnico al primer trimestre del próximo año. En Castilla y León el calendario es inamovible: habrá elecciones autonómicas el 15 de marzo de 2026. Esa cita con las urnas será clave porque Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta, tendrá que volver a negociar con Vox para garantizar la gobernabilidad.
«Lo noto en la mirada»
Aquí, en Cantabria, todavía se desconoce si el PRC seguirá poniendo una alfombra roja al PP para aprobar el Presupuesto de 2026, como ha ocurrido los últimos dos años, o la cercanía electoral le volverá más beligerante. Buruaga, en público al menos, tiene muchas dudas: «Se presenta difícil esta vez. Lo noto en la mirada...», dijo en referencia a los líderes del PRC.
Sean conjuntos los adelantos o por separado, los de Andalucía y Aragón tendrían consecuencias directas en el Gobierno central. En Génova reconocen que cualquier movimiento en dichas comunidades precipitaría la remodelación del Ejecutivo de Pedro Sánchez y pondría en el foco a figuras clave como María Jesús Montero y Pilar Alegría. Al mismo tiempo, cualquier pacto autonómico entre PP y Vox daría armas al PSOE para agitar los fantasmas de la extrema derecha y desgastar a Feijóo.
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