Cantabria se salva de la ola de calor... de momento
La máxima ayer en la costa, 26 grados, es casi la misma cifra en el sur del país, pero Aemet advierte de que las altas temperaturas llegan ya a la región
Mientras gran parte de España se cocina a más de 40 grados, Cantabria vive una tregua térmica que casi parece otro país. Este miércoles, las máximas en el litoral rondaron los 26 grados. Una temperatura que, según los meteorólogos, en otras zonas del país —especialmente en el sur— equivale a las mínimas nocturnas. «En Almería, por ejemplo, por la noche han tenido mínimas de 25 grados. Aquí, esa temperatura va a ser nuestra máxima del día», explica Sergio Fernández, delegado territorial de la Aemet en Cantabria. «Las mínimas tropicales –cuando no baja de 20° en toda la noche– se han generalizado ya en gran parte del Mediterráneo y el interior del sur peninsular. Pero en Cantabria, por suerte y de momento, estamos muy lejos de eso».
La explicación, dice, no es tanto una excepción como una característica del propio clima cántabro. «Es parte de la normalidad climática de la península. Las olas de calor suelen venir por masas de aire muy cálido procedentes del norte de África, que entran por el sur y afectan sobre todo al centro. Pero al norte les cuesta más llegar, y cuando lo hacen, nos afectan de forma más tangencial y menos constante».
La Aemet emitió un aviso especial por ola de calor el pasado domingo. Afecta a toda la península menos al área cantábrica. «Para poder catalogar como ola de calor lo que vivimos aquí, tiene que haber tres días consecutivos con temperaturas por encima del percentil 95 de las máximas históricas de julio y agosto. Por ejemplo, en Santander, eso significa tres días por encima de 28 grados. En Liébana serían más de 31,5 . Y en Valderredible, más de 36 grados tres días seguidos. De momento no se han alcanzado esas cifras de forma persistente este verano».
Cantabria sigue siendo una especie de isla térmica en el mapa de España, protegida por la cordillera Cantábrica, que frena la entrada del aire cálido del sur. «El mar actúa como regulador: suaviza las temperaturas, aunque ahora esté ligeramente más caliente que otros años (entre uno y dos grados por encima del promedio)», explica Fernández. «En la costa, el nordeste mantiene el ambiente templado, con brisas que impiden que suba el termómetro más de la cuenta».
Pero los próximos días sí traerán temperaturas más altas, especialmente en el interior. «A partir de mañana jueves se prevén máximas de 36 a 38 grados en Valderredible, y hasta 34 en Liébana y Campoo», avanza el delegado. En los Valles Pasiegos y la zona del Saja, los termómetros rondarán los 30 grados, y el litoral seguirá cerca de los 27 o 28, gracias al viento del norte.
El domingo podría ser el punto de inflexión: «Parece que se va a parar la brisa. Si eso ocurre, ese día podrían superarse los 30 grados también en la costa, y rozar los 38 o 40 grados en el interior», alerta Fernández. Todo ello, con cielos despejados y sin previsión de precipitaciones: «Durante toda la semana predominarán los cielos limpios, salvo alguna nube alta, que puede blanquear un poco el cielo pero sin tapar el sol».
Sí hay activado un aviso amarillo por calor en la zona de Campoo y Valderredible, donde se podrían superar los 34 grados. También hay aviso en Liébana. «No son valores extremos, pero sí lo suficiente como para que se recomiende precaución a las personas vulnerables, como mayores o niños», advierte el delegado territorial cántabro.
Cantabria vive un verano cálido, pero no extremo. A diferencia del resto del país, no hay noches asfixiantes ni días de récord. «Estamos por encima de los valores normales, sí, pero aún lejos de lo alarmante. De momento, el litoral sigue siendo un pequeño refugio frente al calor».