La cara más desconocida del Párkinson

El guionista del cortometraje es el cántabro Luis Casuso, que fue diagnosticado a los 59 años de esta enfermedad, tras entrar en un cuadro depresivo y detectar un pequeño temblor en un dedo.

Casuso, que ha tenido una trayectoria profesional en los medios de comunicación, sigue luchando por continuar sacando adelante proyectos llenos de ilusión, pese a las limitaciones que la enfermedad le plantea.

Casuso pertenece a la Asociación Cántabra del Párkinson, la única que existe en la región. Cuenta con 150 socios y tiene su sede en Torrelavega, donde funciona desde hace 14 años. Este año la organización se ha marcado el objetivo de abrir una nueva sede en Santander para acercarla a sus socios.

Este emotivo trabajo audiovisual aborda situaciones reales y saca a la luz algunos de los aspectos más desconocidos de esta enfermedad.

El temblor de alguna extremidad del cuerpo es el síntoma más visible de la patología crónica y degenerativa del párkinson. Pero hay señales, que preceden a la enfermedad varios años, y que son bastante desconocidas. Se trata de la pérdida de voz y olfato, el estreñimiento, entrar en un estado depresivo o el trastorno de la conducta del sueño -quizás, el menos conocido-, que lleva al enfermo a chillar y dar patadas cuando alcanza el ciclo Rem del sueño (fase de sueño profundo en la que el cerebro está muy activo).

El párkinson se manifiesta con frecuencia a partir de los 60 años y en un pequeño porcentaje, entre un 5% y un 10% de los casos, aparece antes de los 45 y se llama parkinsonismo juvenil. La enfermedad todavía no tiene cura, aunque existen numerosos tratamientos que permiten la mejora de la calidad de vida, pero no frenan su avance. La enfermedad sucede porque las neuronas que fabrican la dopamina se degeneran y se localizan en los circuitos del movimiento, en la parte profunda del cerebro, y su alteración hace que aparezcan los síntomas.