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Diavida, la empresa valenciana que gestiona el servicio programado de ambulancias en Cantabria, ultima sus alegaciones a la propuesta de rescisión planteada por Sanidad. ... Tenía previsto presentarlas ayer, último día del plazo marcado inicialmente, y no esperar a la prórroga (hasta el lunes) concedida desde la Junta Consultiva Central tras el histórico apagón, que inhabilitó las plataformas de contratación del Estado. «Vamos a defendernos y estamos convencidos de que las alegaciones se van a resolver de forma positiva, pero no sé si tenemos fuerzas para seguir en un sitio donde no nos quieren», señala el gerente de la compañía valenciana, Antonio Moreno, que se enteró por la prensa de que la Consejería planteaba su salida. «Fue un auténtico jarro de agua fría, es tremendamente injusto».
En declaraciones a este periódico, lamenta que «desde que llegamos a Cantabria no nos han dado tregua. Se ha escuchado más a los sindicatos, en especial a UGT, que a la empresa. No hemos tenido oportunidad de demostrar que podemos dar un buen servicio a los cántabros». De hecho, defiende que las incidencias en las que se basa el informe de rescisión se refieren sobre todo a los tres primeros meses, que «han sido muy complicados» (cambio de adjudicataria, oposición del comité, el impacto de la dana en Valencia -donde tiene su sede-, problemas de financiación, con el consiguiente retraso en las nóminas...), pero tampoco le cuadran las cifras que se apuntan desde el Servicio Cántabro de Salud (SCS) de fallos en el transporte de pacientes, que es el motivo principal de la drástica decisión anunciada por el consejero, César Pascual, en el pleno del Parlamento el pasado 14 de abril. Y no le cuadran porque «hay servicios que constan como no realizados, que en realidad fueron cancelados o estaban duplicados».
Aclaraciones que se recogen en esa batería de alegaciones y que expone con prudencia (sin entrar en detalle) porque hay que ver cómo se resuelve esta compleja situación que pone en riesgo incluso el futuro de la compañía. «Es que el daño ya está hecho, de qué me vale que las alegaciones nos den la razón, si ya han machacado la imagen de Diavida. Jamás me había ocurrido que no nos quisieran en un sitio», dice Moreno.
«Desde febrero hemos dado un vuelco al servicio, ha mejorado muchísimo, hasta el punto de que los retrasos son una cifra mínima», apunta el responsable de Diavida, que incluso «estaba tramitando la posibilidad de empezar a formar técnicos sanitarios en Cantabria, ante las dificultades que tenemos para contratar personal». Planes que ya no prosperarán, «porque no nos dejan que sigamos». Así que responde sin ambages: «Claro que me planteo irme, si no me quieren aquí, qué voy a hacer. Y me da mucha pena. Es muy frustrante, porque veníamos con todas las ilusiones».
El contrato entró en vigor el 1 de octubre, pero recuerda que al mes de asumir el transporte de ambulancias programado ya tenían un expediente sancionador por valor de 113.000 euros. «Solo espero que desde el SCS miren a la empresa que venga como nos han mirado a nosotros». Como ya ha comentado en otras ocasiones, está convencido de que asumir el contrato que ahora puede perder Diavida va a conllevar un coste mayor para Sanidad. Una posibilidad que también contempla el gerente del SCS, Luis Carretero, como apuntó a este periódico días atrás cuando planteó que «habrá que revisar el pliego actual». Y si hay nueva licitación, con nuevas condiciones, las candidatas más probables son Autransa (antes Ambuibérica) y SSG (Digamar).
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