La geolocalización de los móviles, clave para detener a los autores del ataque a la sede del PSOE cántabro
Las cámaras de seguridad de diferentes comercios ayudaron a identificar a los dos responsables, pero los teléfonos han sido la prueba definitiva en la investigación policial
El olfato investigador de los agentes continúa siendo clave en las pesquisas policiales, pero ante un juez es precisa la prueba definitiva que ayude a ... imputar al sospechoso. En el caso de los dos jóvenes detenidos el pasado 11 de septiembre por el ataque perpetrado en abril a la sede del PSOE de Santander con bombas caseras, los expertos de la Policía Nacional tuvieron claro desde las primeras semanas las identidades de ambos. Las cámaras de seguridad de los comercios aledaños sirvieron para descubrir la identidad de los encapuchados –sorprendió que uno de ellos fuera el hijo de la alcaldesa del PP de Santa Cruz de Bezana–, pero la investigación se postergó durante meses debido a la necesidad de constatar fehacientemente que estaban en lo cierto.
El mismo día del suceso, con el susto mayúsculo causado por la explosión de los artefactos caseros en la puerta de la sede socialista de Santander, con medio centenar de personas en el interior que asistían a una conferencia sobre memoria histórica, la Policía supo que el estudio de las imágenes de las cámaras iba a resultar crucial en la investigación.
Fuentes de la investigación confirmaron que a través de dichas imágenes de diferentes dispositivos que se encuentran en comercios cercanos se pudo ir atando cabos sobre la identidad de los autores del atentado. Comprobaron la matrícula del coche, el modelo y los pequeños rasgos faciales que se intuían entre las capuchas, además de la forma de andar y de actuar, que es como una firma personal. Todo este trabajo fue el primer paso de una investigación que, en ese sentido, resultó bastante tradicional, como se ha hecho toda la vida.
La investigación de otros casos, como el del asesino de Liaño, se han apoyado también en la geolocalización del móvil
Después, una vez hubo sospechas sobre estos dos autores, se continuó recabando más información del entorno cercano, de sus comportamientos en redes sociales –son seguidores de Falange–, etc. Todo ello para tener la práctica certeza de quienes eran los autores. Y al final, cuando todo ese trabajo estaba hecho, se solicitó la pieza clave:la geolocalización del móvil, que es la constatación irrefutable de que ambos se encontraban en el lugar y en el momento en que se cometió el atentado. En concreto, estaban allí y se fueron en cuanto presuntamente cometieron el delito. El móvil se convierte así en la prueba clave del caso.
Otros casos
Hay otros muchos casos en que la prueba definitiva ha sido la geolocalización del teléfono, incluso también los registros temporales de la temperatura que tenía el dispositivo en diferentes horarios, lo que podría indicar si se encontraba en un interior o en la calle. Un ejemplo es el asesinato en Liaño de Villaescusa. El informe de la Guardia Civil concluyó que los datos de geolocalización del teléfono móvil del detenido, José Reñones, y los del terminal de su pareja, Eva Jaular, situaron a ambos en las mismas horas y lugar donde se produjo el asesinato de la mujer y de la hija de ambos, una bebé de once meses. Reñones fue condenado a prisión permanente revisable por ambos asesinatos.
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