Gruber y Balbona implantan la semilla del arte a los jóvenes con talento
El pintor y el periodista acercan el mundo de la cultura a los estudiantes de 16 y 17 años en el centro cívico de Tabacalera
Vocación. Es la palabra que mejor define a los ponentes que tomaron ayer la palabra en la cuarta sesión del proyecto piloto Cantabria con Talent ... o –dirigido a jóvenes de 16 y 17 años de edad destacados en algún campo a los que se pretende motivar y dar a conocer de primera mano la labor de referentes en distintos ámbitos profesionales– y que durante esta semana toman diferentes espacios de Santander, en este caso fue el centro cívico de Tabacalera.
En la jornada de ayer, el redactor jefe de Cultura en El Diario Montañés, Guillermo Balbona, y el polifacético artista santanderino Eduardo Gruber compartieron la misión de contar algunas experiencias de sus dilatadas carreras en el mundo de la cultura.
El primero de ellos reconoció que la profesión del periodista ha cambiado mucho en los últimos tiempos: «Ahora se sigue la información por unos canales que no tienen que ver con los de antes, que no son ni mejores ni peores, pero sí son más limitados». Pese a todo, Balbona quiso pronto presentar y dejar todo el protagonismo de la sesión a Gruber. «No es un pintor que se deje llevar por modas o etiquetas. Ir a su taller es toda una experiencia, es un artista hacia dentro, muy perseguidor de las cosas», apuntó el periodista sobre el artista y del cual ha perdido la cuenta de todas las entrevistas que le ha realizado durante su trayectoria profesional. «Ha hecho muchísimas exposiciones dentro y fuera de Cantabria, pero también hay que valorar su trabajo como escenógrafo, escultor y escritor, para que apreciéis la dimensión de un artista», destacó.
Con un discurso «auténtico» se plantó Gruber ante más de esta veintena de jóvenes ávidos de conocer su propia historia. Y no les dejó indiferentes, desde sus orígenes en una familia con mucha presencia musical hasta el hecho de pintar su primer cuadro con 11 años y acabar estudiando Ingeniería de Caminos. «Estuve dos años y no los entendí como perdidos, me ayudó a ver que mi camino era Bellas Artes», confesó. Una carrera que estudió a distancia, con el desarrollo de su propia familia, y que nunca llegó a acabar por decisión propia. «No quiero ser profesor, no quiero dejar de pintar», se repitió al dar la vuelta con su Renault R6 y dejar sin realizar el último examen de la carrera en Madrid.
Lo demás, como él dice, ha nacido y llegado en su estudio, considerado como «su paraíso». Figuración, abstracción y geometrías son algunos de los diferentes estilos artísticos por los que han pasado las obras de Gruber. «Una de las cosas más complicadas que vive un artista es no caer en copiarse a uno mismo, no puede ser que no haya emoción en el propio trabajo de estudio. El juego de la autocrítica es importantísimo», apostilló el artista en su cierre.
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