Los hosteleros frente al covid: «No somos el problema sino parte de la solución»
Cerca de medio millar de trabajadores y representantes del sector se han manifestado esta mañana en Santander para defender su «derecho a trabajar»
En la manifestación organizada por los hosteleros que esta mañana de miércoles recorrió las calles de Santander no hubo grandes consignas pero sí un mensaje claro: «No pueden culpabilizarnos de esta pandemia. No somos el problema y los causantes del grueso de los contagios, sino que de hecho podemos ser parte de la solución». Una idea que recordó el presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria, Ángel Cuevas, megáfono en mano, cuando la movilización con cerca de 500 personas alcanzó al final de la mañana la sede del Gobierno regional en Peña Herbosa.
Minutos antes el amplio grupo de profesionales de bares, discotecas, hoteles y restaurantes, junto a varios representantes del sector, distribuidores y taxistas, había partido de la plaza del Ayuntamiento de la capital para hacerse oír ante el temor de la llegada de un otoño que se anticipa aciago. «Sólo pedimos que nos dejen trabajar, porque este verano hemos vivido una burbuja pero ahora viene la parte más complicada y si no nos dejan trabajar, muchos van a verse obligados a cerrar y eso es una catástrofe», reivindicó Cuevas.
El turismo se ha comportado muy bien en Cantabria y el sector ha firmado uno de los mejores estíos de su historia; pero con el otoño esperando a la vuelta de unos días, muchos profesionales temen que la crisis económica y la caída del gasto supongan un impacto devastador para las cajas. Argumentan que muchas de las restricciones que se han adoptado en esta 'nueva normalidad', y que los atañan a ellos, no son tan eficaces a la hora de reducir los contagios y sí tienen un impacto muy severo en sus bolsillos. «Nosotros podemos adaptarnos a las medidas de seguridad que nos exijan porque eso es lógico, pero lo que no pueden es prohibirnos la apertura de las discotecas», protesta Gregorio del Amo, delegado de salas de fiestas, discotecas y café teatros de la Asociación de Empresarios de Ocio Nocturno de Cantabria. «Es mucho más peligrosa la situación que se genera fuera, con los botellones o las fiestas privadas, donde sí que no suele haber ninguna medida de seguridad», agrega el propietario de las discotecas Rocambole, Sümmum y Queen, en Santander.
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En las pancartas ondeaba una sola frase: 'Salvemos la hostelería'. La misma idea que serigrafiada en muchas de las mascarillas que vestían algunos de los participantes de una concentración donde los organizadores tuvieron que recordar varias veces la obligatoriedad de mantener la distancia de seguridad.
Encabezaron la marcha Barbara Gutiérrez, directora de la Asociación de Hostelería; Timoteo Antuñano, en la junta directiva de la misma agrupación; y Tomás Sánchez Lombaña, representante del ocio nocturno junto a ellos. Lideró también el propio Ángel Cuevas y Manuel Andoni, representante de la Asociación de Taxistas de Santander. Un colectivo que también se siente agraviado por las restricciones. «El impacto sobre nosotros es igual de importante. La gente que se recogía antiguamente a las tres de la mañana ya no existe. A esas horas ya no queda ni un alma por la calle. Esto nos está haciendo mucho daño y hay que buscar otra solución porque la caída de las ganancias alcanza hasta un 70% para la gente que trabaja de noche».
Sobre el tapete ponen varias alternativas: reducción de impuestos como el IBI y el recibo del agua para estos negocios; posibilidad de mantener los ERTE más allá de enero del próximo año y apertura de bares y discotecas más allá de la una de la madrugada; aunque con las restricciones que sean precisas. «Tenemos muy buenas palabras por parte de la Administración. Nos escuchan y se reúnen con nosotros, pero de momento no hacen nada, y así no podemos estar». Esta mañana los manifestantes aguardaron frente a la sede del Gobierno a que el presidente bajara para atenderlos, pero allí permanecieron alrededor de una hora sin que hubiera respuesta.