«Con los miles de empleos que mueve la hostelería, 844 contagiados no son muchos»
Ángel Cuevas, presidente de los empresarios del sector, afea el «ataque constante» del Gobierno cántabro e insiste: «No somos el problema»
El dato lo puso el miércoles sobre la mesa la directora de Salud Pública, Paloma Navas: «Desde el uno de septiembre, 844 personas han estado ... de baja laboral por covid (no necesariamente por positivos) entre camareros, cocineros y ayudantes de cocina». Para Sanidad, el dato muestra cómo el virus está «afectando especialmente» a los trabajadores de la hostelería. Un comentario que no ha sentado bien en el sector porque les vuelve a señalar como uno de los focos de los contagios por covid-19. No obstante, el número de bajas registrado en ese periodo tampoco les sorprende. «Para el volumen de empleos que mueve la hostelería, 844 positivos no son muchos», dice Ángel Cuevas, presidente de la Asociación de Hosteleros de Cantabria.
En el gremio trabajan «casi 25.000» personas y «nosotros decimos que los contagios están en torno al 3%». De modo que, según Cuevas, los números «cuadran perfectamente» con lo que han repetido a lo largo de estos meses y «refrenda» su argumento y lema de que «no somos el problema, sino parte de la solución».
El apunte de Navas llegó días después de las declaraciones de Cuevas, quien, criticando la falta de previsión del Gobierno, aseguró que «si fuésemos el problema, los hospitales estarían llenos de camareros». En el sector se sienten «atacados constantemente» con las restricciones semanales y el último dato no hace más que «volver a hacer hincapié» en un gremio ya tocado que el miércoles se movilizó en coche por las calles de Santander y de Torrelavega para pedir ayudas urgentes. Y ya asegura que habrá más acciones mientras ese rescate no llegue.
«Estamos aburridos de reuniones», dice Cuevas, que terminen sin acuerdos y sin soluciones o con «bonos» que no cubren los gastos de los establecimientos hosteleros. «Queremos 30 millones de euros exclusivamente para la hostelería: bares, restaurantes, cafeterías y hoteles», señala el presidente de los empresarios del sector. En el paquete de ayudas que baraja el Ejecutivo, incluyen siempre a «toda la cadena turística», pero no es suficiente. La hostelería necesita un «semirescate para que los empresarios puedan llegar a la temporada que viene», explica Cuevas y no se queden por el camino muchos establecimientos.
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Durante el verano algunos negocios han trabajado muy bien, igual o mejor que otros años, y así lo han reflejado los números. «No recordamos un agosto así, ha sido histórico», reconocía Ángel Cuevas durante la temporada estival, pero no es suficiente para cerrar la caja anual en positivo ni refleja la situación de todos los hosteleros. Han jugado un papel importante las terrazas y la ubicación. «Pensamos en todos los trabajadores, pero sobre todo en el bar pequeño que no ha estado en la costa y necesita una ayuda directa ya», insiste Cuevas.
Sanciones más duras
La directora de Salud Pública también habló del cumplimiento de la normativa sanitaria en los establecimientos hosteleros. A partir de las inspecciones que se hicieron en octubre, alrededor del 40% no cumplía las medidas de distancia, el 25 % sobre el gel hidroalcohólico. En una submuestra en un área sanitaria sólo el 20% de los locales cumplían todas las medidas.
«Somos un bloque, el cierre de bares repercute en el comercio»
La hostelería y los comercios van de la mano, juntos conforman parte del ocio de la gente. Por eso, la situación de los bares y restaurantes de Cantabria repercute directamente en la actividad de los comerciantes. «Si la hostelería no funciona, cada vez cerrarán más negocios y eso nos repercute», resume Gonzalo Cayón, secretario general de la Federación del Comercio de Cantabria. «Somos un bloque». Desde que la limitación de la movilidad y el toque de queda entraran en vigor, los comercios ya acusaron una reducción de la actividad por las tardes porque muchos negocios se nutren de la visita de clientes de otros municipios. Pasado el mediodía el movimiento era«muy flojo» y más de uno optó por trabajar sólo por las mañanas. A partir del sábado, el adelanto de la hora complica aún más la situación económica. Y es que «muchos comerciantes viven en otra localidad y con esta limitación optarán por cerrar», opina Cayón. No obstante, «son medidas adoptadas por el aumento de casos y ahí poco podemos hacer». Ahora la esperanza está puesta en que se reduzcan los contagios y las Navidades funcionen. «Porque son las más importantes para el comercio» dada la situación que arrastran desde marzo.
Para Cuevas la solución a este punto es clara: «Que sancionen al que no cumpla, pero de manera ejemplar y si tienen que cerrar, que lo hagan». Es decir, si hace falta «que endurezcan las sanciones», pero que les dejen trabajar con horarios normales. «¿Si a las doce de la noche las cosas se hacen bien, por qué tenemos que cerrar?», se pregunta el presidente de los hosteleros. Es una medida que les parece «mal» desde que, a finales de junio, obligaron a los establecimientos a bajar la persiana a las dos de la mañana.
El último cambio en el horario llegó ayer con el anuncio del presidente del Gobierno regional, Miguel Ángel Revilla, de adelantar el toque de queda a las 22.00 horas, lo que supone que los negocios deberán cerrar sus puertas media hora antes de lo que hacían hasta ahora. Una nueva limitación que «ya casi da igual porque no hay negocio por ningún sitio», comenta Cuevas con resignación.
Tanto el que abre como el que ha decidido permanecer cerrado por el momento «tiene pérdidas constantes». En resumen: «La gente está muy enfadada» porque, además, el mensaje que pone a la hostelería como uno de los focos de los brotes «daña nuestra imagen» y hace que algunos clientes se lo piensen dos veces antes de acercarse a tomar algo. «Genera miedo entre la gente y eso nos perjudica», opina. Tanto que, aunque trabajaran con «total libertad, estaríamos resentidos porque han comunicado tanto en nuestra contra que ya tenemos muy mala imagen», valora el hostelero.
«La situación económica para los autónomos es demoledora»
Tras anunciar, ayer, en rueda de prensa el adelanto del toque de queda a las diez de la noche, el presidente del Gobierno regional, Miguel Ángel Revilla, subrayó que ya se han aprobado 10 millones de ayudas para reflotar los «sectores más afectados» por esta crisis sanitaria. Y con la idea de, en un futuro, aumentar esta partida. Una serie de medidas económicas que «no se pueden demorar», opina Ana Cabrero, presidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos de Cantabria, porque la situación de estos empresarios es cada día más delicada. Y las nuevas restricciones que entrarán en vigor a partir de mañana, sábado, no hacen más que acentuar el problema y «arrollarán más negocios aún», añade la presidenta de los autónomos.
«Superar los 500 casos acumulados por 100.000 habitantes por primera vez es para Cantabria una emergencia sanitaria sin precedentes», comenta la presidenta de la asociación. Y como tal requiere «actuar», de ahí las medidas sanitarias, y, además, urge «atinar, pero con esta deriva la pandemia económica» para los autónomos es ya «un hecho demoledor que les aniquila», señala con contundencia Ana Cabrero. Por eso, urgen esas ayudas directas que, según explicó el Ejecutivo regional, Madrid tiene previsto aprobar próximamente para los sectores económicos más castigados.
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