Borrar
Alfonso Floranes visita a diario a sus vacas charolesas en la finca de Guriezo a la que han sido trasladadas. Alberto Aja

«Mirar los valles arrasados fue duro, no quedaba nada»

Las 44 vacas de la familia Floranes, que sufrieron los incendios de León, encuentran refugio en Guriezo

Jueves, 4 de septiembre 2025, 02:00

Comenta

El silencio del valle de Portilla de la Reina, en León, quedó roto aquel mediodía del 13 de agosto por el crepitar del fuego. Dos ... días antes, las vacas charolesas de la familia Floranes –originaria de Los Llanos, en Cantabria– pastaban tranquilas en los puertos de montaña, como cada verano desde hace generaciones. La trashumancia, esa costumbre antigua de llevar al ganado a los altos pastos durante los meses cálidos, formaba parte de su rutina. Pero en cuestión de horas, el paisaje cambió de forma espeluznante. Donde había prados verdes, solo quedaron cenizas; donde se respiraba calma, se instaló el miedo. Tres semanas más tarde, tratan de reconstruir lo que las llamas rompieron en una finca cedida en Guriezo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes «Mirar los valles arrasados fue duro, no quedaba nada»