El personal de Anatomía Patológica de Valdecilla urge «protección» para las víctimas de las condenadas
En un escrito remitido a la Consejería, denuncia «el nivel de estrés, miedo y ansiedad insostenible» al que se ven sometidas las afectadas «al trabajar con sus acosadoras»
El asombro, la incredulidad, el enfado y la indignación que sienten ha unido al equipo del laboratorio de Anatomía Patológica de Valdecilla, que es ahora ... el destino laboral de tres de las cuatro técnicos condenadas a penas de prisión de tres a cinco años por acoso laboral durante años a sus compañeros en el Hospital Sierrallana. Un malestar que responde al hecho de que «campen a sus anchas, como si nada hubiera pasado». No perderán su plaza fija (conseguida gracias a «los méritos que ganaron hostigando y burlándose de otras trabajadoras para que renunciasen a contratos y así quedárselos ellas») ni su condición de personal estatutario, porque Sanidad no abrió expediente disciplinario «ni en su momento ni ahora». Pero «el colmo» es que, actualmente, las condenadas trabajan cada día junto a varias de sus víctimas, que están sometidas «a un nivel de estrés, ansiedad y miedo absolutamente insostenible», como denuncia el personal del laboratorio en una carta remitida a la Consejería y a la Gerencia del SCS.
«Hemos visto a nuestros compañeros en su puesto llorando con ataques de ansiedad, rabia, impotencia... Van por el pasillo de atrás para no cruzarse con las tres condenadas que ahora están en Valdecilla. Trabajamos en tensión, revisando máquinas, técnicas...». Así es como describe una de las profesionales del equipo su día a día en el hospital, marcado por «un desgaste» y «un desasosiego» que puede acabar desembocando «en errores en nuestro trabajo», en el que –recuerda– «manejamos muestras de casi mil pacientes diarios».
Según exponen en su escrito, «las víctimas atraviesan una situación extremadamente delicada» al verse «obligadas a seguir compartiendo su entorno laboral con sus acosadoras». El personal del laboratorio manifiesta la «gran fragilidad emocional, profesional y personal» de los técnicos que sufrieron «estos hechos que durante demasiado tiempo fueron minimizados o directamente ignorados por la Administración». Y critican que «esa falta de intervención agravó su sufrimiento», al tiempo que «hizo más fuertes» a sus hostigadoras. No se actuó entonces (las coacciones condenadas abarcan de 2011 hasta 2019), «pero tampoco ahora», ya con la sentencia firme y con un ambiente laboral «a punto de estallar».
«Trabajar bajo la presencia constante de quienes las hostigaron supone una revictimización diaria, que afecta gravemente su salud mental, su rendimiento y su derecho a desarrollar su labor en un entorno seguro y digno», subrayan en su comunicado. Una situación que «ha deteriorado aún más su estado anímico y ha puesto en cuestión su estabilidad laboral». Sobre todo tras comprobar que nada de lo sucedido tiene consecuencia alguna «a nivel organizativo».
Respuesta «inmediata»
Por eso, sus compañeros de Valdecilla exigen «una respuesta inmediata y clara por parte de la Gerencia del hospital», que pase por el diseño de «un protocolo de reparación institucional para las víctimas», que incluya apoyo psicológico, la posibilidad de ser «reubicados» de puestos, «la garantía de que no habrá contacto con las condenadas» y «medidas específicas de protección profesional para asegurar su bienestar». Medidas a las que añaden el «reconocimiento institucional expreso de la falta de respuesta oportuna ante los hechos denunciados, y de las consecuencias negativas que esa inacción tuvo sobre las afectadas». Asimismo, piden «una revisión exhaustiva e independiente» de los protocolos de actuación ante conflictos laborales, acoso y violencia, y «una investigación interna que determine si hubo omisiones o negligencia por parte de responsables institucionales ante las denuncias y alertas previas».
Desde el laboratorio de Anatomía Patológica consideran que «no basta con que la justicia haya dictado una sentencia. Es imprescindible que la Administración asuma su responsabilidad institucional y actúe con contundencia, urgencia y sensibilidad para proteger a las víctimas, reparar el daño causado y garantizar que ninguna persona se vea forzada a trabajar bajo la presencia de quienes han sido reconocidas como responsables de su sufrimiento».
CSIF prepara acciones legales por «acusaciones malintencionadas»
Los servicios jurídicos del sindicato están preparando acciones legales «para defender el honor y la integridad» de la organización y sus representantes tras «las acusaciones infundadas y malintencionadas que pretenden ensuciar el trabajo riguroso y comprometido desarrollado durante más de una década» en el conflicto del laboratorio de Anatomía Patológica de Sierrallana. CSIF defiende que «actuó con legalidad y constancia». «A diferencia de lo que se ha insinuado en intervenciones recientes, las trabajadoras condenadas no fueron asistidas jurídicamente por CSIF sino por abogados externos. La participación del sindicato fue la gestión sindical institucional y trasladar los hechos a quien correspondía». Además, asegura que «los delegados de CSIF que comparecieron en el juicio lo hicieron como testigos. No actuaron como defensores ni participaron en la estrategia jurídica de las condenadas. Insinuar lo contrario es mentir deliberadamente». «No vamos a permitir que se tergiversen los hechos con fines interesados». Para el sindicato, «muchas de las voces que hoy se escuchan no buscan justicia ni reparación, sino protagonismo sindical, revancha personal o desgaste institucional». Asimismo, critica que «algunas de estas acusaciones han cruzado límites inadmisibles, personalizando ataques contra responsables sindicales de CSIF, atribuyéndoles responsabilidades morales o penales que no tienen ningún sustento legal ni ético». Desde la formación sindical inciden en que «la responsabilidad del conflicto reside en la Administración sanitaria, que durante años ignoró las denuncias, no aplicó el protocolo de acoso y dilató su intervención de forma injustificable. Esa inacción es la que permitió que el conflicto se agravara».
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