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Dos profesoras consultan el calendario escolar de su centro. Javier Rosendo
El 79% de los padres y el 52% de los profesores prefieren el antiguo calendario escolar

El 79% de los padres y el 52% de los profesores prefieren el antiguo calendario escolar

¿Qué calendario escolar prefieres? ·

Los resultados de la consulta de El Diario Montañés indican que también una mayoría de alumnos (el 76%) rechaza el nuevo modelo de cinco bimestres

Jueves, 31 de mayo 2018

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El calendario escolar se ha convertido en una piedra en el zapato para todos los sectores de la comunidad educativa. La Consejería de Educación no encuentra la fórmula para contentar a todas las partes. Las familias reclaman más facilidades para conciliar el calendario laboral y el escolar. Y los profesores, con los sindicatos como punta de lanza, vigilan que ningún cambio organizativo lesione sus derechos laborales. Desde que el Gobierno de Cantabria decidió abandonar el modelo clásico (tres trimestres separados por las vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano), no ha habido manera de encontrar el equilibrio perdido. Quizá por eso los resultados de la consulta realizada por El Diario Montañés, en la que participaron 4.770 personas, desvelan que padres, profesores y alumnos coinciden en que lo mejor sería regresar al modelo clásico. Así lo creen el 79% de los padres que han participado, además del 52% de los profesores y el 76% de los alumnos.

El calendario escolar condiciona las vidas de 94.000 niños y adolescentes en Cantabria. Las de unos 9.000 profesores. Y las de las familias de esos alumnos y docentes. El Diario Montañés lanzó a mediados de abril una consulta anónima para que los afectados pudieran pronunciarse. El sistema sólo permitía una participación por dispositivo electrónico para intentar evitar que una persona interviniera más de una vez en la consulta. Los más participativos han sido los padres. Ocho de cada diez respuestas son suyas; mientras que el 13,78% son de docentes o personal educativo y el resto, un 6,40%, de alumnos.

La primera pregunta era clave: ¿Cómo le gustaría que se organizara el calendario escolar? Y la respuesta ha sido clara, porque los tres sectores han elegido mayoritariamente la alternativa del calendario tradicional (el de tres trimestres) frente al actual, pionero en España, que se implantó el curso pasado en medio de una fuerte polémica y que el próximo ejercicio cumplirá ya su tercer año de desarrollo. El mayor rechazo al nuevo modelo (que reparte los 175 días lectivos en cinco bimestres separados por cuatro periodos de vacaciones) es el de los padres. El 79,5% prefiere «el modelo clásico‚ con descansos en Navidad‚ Semana Santa y verano». También hay mayoría aplastante de alumnos que prefieren el calendario tradicional (76%). En el caso de los docentes, cuyos sindicatos han sido el principal apoyo de la Consejería de Educación a la hora de aprobar y aplicar el calendario actual, también hay mayoría, aunque muy justa, (un 52%) a favor del modelo anterior.

Los tres sectores coinciden también en el beneficio de no encargar deberes a los alumnos durante las vacaciones, ya que uno de los principales hándicaps que ha revelado este modelo es la sobrecarga de trabajo que ha supuesto para los alumnos, sobre todo de Secundaria, durante los periodos no lectivos, así como la acumulación de deberes antes y después de las vacaciones. Un 82% de los estudiantes que han participado consideran perjudicial los deberes en los períodos de descanso, igual que un 70% de los padres y un 64% de los docentes.

Lo que opinan los padres

Las familias de los alumnos, a través de las asociaciones que representa la FAPA, han sido el sector más crítico con el nuevo calendario. Con lógica, una mayoría (79,5%) quiere volver al sistema antiguo y de ellos, también la mayoría (82%), regresaría a ese esquema sin aplicar cambios sustanciales. Un 18%, en cambio, apuesta por aplicar algunas novedades al viejo sistema organizativo y para lograrlo hace sugerencias como estas:

-«Acortar las vacaciones escolares de verano a fin de conciliar mejor la vida laboral y familiar. En contra de la jornada reducida de junio y septiembre (los alumnos de Infantil y Primaria salen de clase a las 12.30 horas), que hace aún más difícil la conciliación, y establecer el mismo horario a lo largo de todo el curso».

-«Ampliar el período lectivo, acabar con los inicios y finales a media jornada, junto con la apertura en verano de los centros escolares para realizar actividades extraescolares, porque las vacaciones de personal docente son un mes ¿O no?».

«Disminuiría las horas de clases diarias en ESO y aumentaría los días lectivos. Menos vacaciones de verano. Los alumnos terminan un día normal de clases totalmente exhaustos, la última hora es desaprovechada y el horario de comida insano»

Las sugerencias de los padres

-«Anularía el horario reducido en septiembre y junio. Incluiría todo el mes de septiembre y de junio como lectivo, es decir, vacaciones sólo julio y agosto».

-«Cuadrar las vacaciones con el calendario de exámenes de forma que los niños no lleven deberes en épocas que son de descanso».

-«Cualquiera de las medidas que se adopten que tengan en cuenta la conciliación laboral y familiar, no dejando a las familias solas en este aspecto. En cuanto a los horarios reducidos de junio y septiembre, eliminarlos por completo».

-«Disminuiría el horario de horas de clases diarias en ESO de 6 a 5 y aumentaría los días lectivos. Menos vacaciones de verano. Los alumnos terminan un día normal de clases totalmente exhaustos, la última hora es desaprovechada y el horario de comida insano».

-«Establecer obligatoriamente la jornada continua de 9:00 a 14:00 con comedor y las extraescolares a partir de las 15:30 horas».

-«Hay que adecuar el calendario escolar a los calendarios laborales de la mayoría de los padres y madres clásicas en la medida de lo posible: Carnaval en lugar de vacaciones una semana más tarde y la Semana de Pascua en lugar de la de mayo, como ha ocurrido el presente curso. No se puede ir al margen de la sociedad».

-«Me parece que es posible dar algún respiro a los niños si se empezara y se acabara el curso cuando debe. Como se empieza tarde casi siempre y con el invento de que no hay exámenes de septiembre, el 10 de junio ya se ha acabado el curso, siempre andan apurados de tiempo».

«Si lo que se desea es el descanso de los niños, cada dos meses podría incluirse una semana cultural, con actividades de ocio, cine, teatro... En el centro educativo en vez de vacaciones»

Las sugerencias de los padres

Entre la minoría que vota por mantener el calendario actual (20,6%), casi todos (94,7%) se decantan por hacerlo sin añadir modificaciones. Aunque eso no es óbice para que sugieran algunas mejoras:

-«Crear un calendario de vacaciones que no vaya a variar de curso a curso (este curso no habido por ejemplo vacaciones de Semana Santa y el próximo sí las habrá) facilitaría la organización familiar. Estaría bien tener algo más de descanso en el puente de Semana Santa, ya que se hace necesario un descanso más prolongado. Con ampliar el lunes bastaría y reducir un día en el próximo descanso. Tema de evaluaciones: no sé si es del todo efectivo lo de los bimestres, ya que al alumnado le cuesta coger el ritmo aunque creo que es cuestión de habituarse. Como madre me parece bien el planteamiento de educar en eficacia y eficiencia. Me explico: estar al 100% allá donde esté, tanto si es estudiando como si es descansando. Hacer entender al profesorado que los periodos de descanso son para cargar las pilas y que los exámenes habría que hacerlos antes del periodo de vacaciones. No obstante, entiendo que se pueda poner algo de tarea de refuerzo en el caso necesario, pero sin pasarse. Si no, todo este esfuerzo por parte de todos va a ser en balde».

-«Acortar el periodo vacacional de verano. Más opciones complementarias en los periodos no lectivos para mejorar la conciliación familiar».

-«Menos descanso vacacional en verano y dar el temario más lentamente e introducir asignaturas de ocio y más divertidas para desarrollar otras facetas de aprendizaje no lectivas».

-«Si lo que se desea es el descanso de los niños, cada dos meses podría incluirse una semana cultural, con actividades de ocio, cine, teatro... En el centro educativo en vez de vacaciones. Esto permitiría al alumno desconectar de la rutina diaria y, al mismo tiempo, a las familias se les facilitaría la conciliación».

-«Que los docentes usen esos periodos vacacionales para realizar cursos de formación, al menos uno cada periodo escolar».

«Mi idea es que sindicatos y Gobierno de verdad se tomen en serio la conciliación y en vez de adaptar a los niños al horario laboral se adapten los horarios y permisos vacacionales a los tiempos de desarrollo de nuestros hijos»

Las sugerencias de los padres

Sólo el 5,3% de los padres dice estar de acuerdo con el nuevo calendario, pero al mismo tiempo le gustaría cambiar la organización de algunos periodos vacacionales. El que más quejas acumula es el de Semana Santa, con el 51% de los votos en contra. También el de la primera semana de noviembre tiene oposición (23%).

Esto es lo que proponen los padres que están conformes con el calendario actual, pero quieren hacer algunos cambios:

-«Conciliación familiar. Estoy de acuerdo con el calendario, el problema está en que es muy difícil conciliar».

-«Desvinculación total de las fiestas religiosas».

-«Me gusta el calendario pero no resulta muy compatible con el trabajo de su padre. El anterior era mejor para organizar los periodos de vacaciones. No era necesario esperar a que anualmente se apruebe un calendario escolar; pero creo que es mejor para los niños el nuevo. Lo único que no me gusta es que no tengan la semana de Pascua. Era un periodo en el que coincidían con sus primos y ahora no pueden verse».

-«Mi propuesta es que las vacaciones de verano se reduzcan exclusivamente a julio y agosto, entonces sí tiene sentido el nuevo calendario».

-«Mi idea es que sindicatos y Gobierno de verdad se tomen en serio la conciliación y en vez de adaptar a los niños al horario laboral se adapten los horarios y permisos vacacionales a los tiempos de desarrollo de nuestros hijos. Sea cual sea el calendario escolar, si no va unido a una jornada laboral proporcionada será un fracaso».

¿Y qué opinan los padres de la controvertida jornada reducida de junio y septiembre? Es la pregunta que ha centrado el debate en las últimas semanas entre la Consejería y los padres, hasta el punto de paralizar la negociación para aprobar el nuevo calendario. La reivindicación de la Federación de Padres y Alumnos (FAPA) fue siempre que la jornada escolar de Infantil y Primaria fuera completa en junio y septiembre para evitar problemas de conciliación. Pero sorprendentemente, la mayoría de los progenitores que ha respondido a esta consulta, un 66%, dice que está bien como está, o sea, con horario reducido.

El 34% vota a favor de que el horario lectivo sea el mismo todo el año. Entre ellos, el 65% opina que esa extensión de la jornada debería hacerse con horas lectivas. El 35% restante apuesta por cubrir esas horas con actividades extraescolares. La cuestión aquí es quién paga esas extraescolares. La mayoría (63%) cree que debería ser la propia Consejería de Educación quien asumiera el coste.

«Conciliación familiar. Estoy de acuerdo con el calendario, el problema está en que es muy difícil conciliar»

Las sugerencias de los padres

También son mayoría, hasta un 70%, los padres en desacuerdo con que los niños tengan que hacer deberes en vacaciones. Y hasta un 75% se muestra satisfecho con las actividades extraescolares que ofrece su centro educativo durante los periodos de vacaciones. Entre los disconformes, más de la mitad (un 53%) considera que la oferta de actividades es escasa. Por eso proponen algunas ideas para mejorar las extraescolares:

-«Apertura de los centros escolares con horario habitual y realización de extraescolares, talleres o juegos temáticos educativos».

-«Aprovechar para organizar excursiones y actividades docentes alternativas, que aporten a la enseñanza facetas alternativas que por problema de tiempo no se pueden desarrollar durante el curso escolar, con el mismo horario que la jornada escolar y a precios accesibles a toda la población».

-«Programas deportivos y educativos en horario más amplio, también de tarde».

La opinión de los docentes

La división aquí es casi paritaria entre los profesores que se muestran partidarios del nuevo modelo por bimestres con cuatro periodos vacacionales (48%) y los que prefieren el calendario clásico (52%). De estos últimos, un 77% lo dejaría como está, y es minoría quien propone modificaciones a ese modelo de toda la vida:

-«Unos días de descanso en Todos Los Santos y unos días en Carnaval».

-«Acortar las vacaciones de verano para que los alumnos no pierdan el hábito de ir a clase».

-«Establecer una fecha fija para el descanso tras el segundo trimestre, independiente de cuándo caiga Semana Santa».

-«Hacer un descanso en el trimestre más largo».

-«Que en caso de puentes o fiestas locales se hagan siempre en lunes o viernes».

-«Respetar los puentes por las vacaciones de los padres».

-«Suprimir definitivamente las recuperaciones de septiembre en Bachillerato para poder comenzar antes el curso. De este modo podrían realizarse pequeños puentes de un par de días en febrero y mayo».

«Acortar las vacaciones de verano para que los alumnos no pierdan el hábito de ir a clase»

Las sugerencias de los docentes

En ese sector de los que aprueban el nuevo calendario, hasta un 94% apoyan por completo este modelo de organización, aunque no cierran la puerta a hacer algunas modificaciones:

-«Coincidir alguno de los descansos con festivos».

-«El calendario está bien, pero hace falta que se permita a los padres conciliar desde sus puestos de trabajo».

-«El modelo actual de momento está siendo muy efectivo, sobre todo en Primaria, ya que los niños vienen muy descansados. Sobre todo se nota el último mes del curso, que otros años era imposible dar clase. El problema es en los institutos, donde los profesores sobrecargan de tareas al alumnado».

-«Intentaría que este nuevo calendario escolar no perjudicase tanto a los alumnos de 2º de Bachillerato, ya que con esta semana de descanso en mayo, los alumnos volverán a las clases y seguidamente se finalizará el curso. Intentaría mover esta última semana al mes de abril para que no fuese tan precipitado».

-«Mantener el calendario, pero continuar con las tres evaluaciones ordinarias dadas por el antiguo sistema evaluativo. Cinco evaluaciones son excesivas y al menos en dos de ellas no se refleja bien el rendimiento del alumno».

Es mucho más crítico ese 6% que considera que las vacaciones podrían programarse de otro modo. Sobre todo respecto al periodo de asueto de abril y mayo, que sólo a veces coincide con Semana Santa. Las propuestas para mejorar los periodos de vacaciones son variadas:

-«Eliminar la semana de noviembre. En el primer trimestre hay muchas fiestas».

-«Respetar las mismas semanas por evaluación».

-«Semana Santa debería organizarse con vacaciones completas y debería quitarse la semana de mayo».

«Eliminar la semana de noviembre. En el primer trimestre hay muchas fiestas»

Las sugerencias de los docentes

Alejados de los debates entre las asociaciones de padres y la Consejería, en el caso de los docentes casi nadie cambiaría la jornada reducida de junio y septiembre. Un 76% dice que está bien como está. Aunque no deja de haber un grupo (24%) que demanda una jornada completa. Entre esos, un 68% demanda más horas de clase para completar esos horarios; el resto creen que debería completarse con actividades extraescolares, y domina la opinión de quienes creen que es la Consejería quien debe hacerse cargo del coste (61%). Es reseñable que absolutamente ningún docente crea que deba cargarse con ese precio a los padres.

El epígrafe en el que todos parecen estar de acuerdo, incluso los profesores, es en el que tiene que ver con los deberes. En un 64% de los casos piensan que no es conveniente encargar tarea durante los descansos. Es una opinión que surge en parte alimentada porque hasta un 80% de los docentes opina que las actividades extraescolares que ofrece su centro educativo durante los cuatro periodos de vacaciones son satisfactorias. Entre quienes piensan lo contrario, es generalizada la opinión de los que afirman que es una oferta escasa (60%). Las propuestas para mejorar esos programas son varias:

-«Implicación de otros estamentos públicos, asociaciones y responsabilidad de continuidad de las familias».

«Mantener el calendario, pero continuar con las tres evaluaciones ordinarias dadas por el antiguo sistema evaluativo. Cinco evaluaciones son excesivas y al menos en dos de ellas no se refleja bien el rendimiento del alumno»

Las sugerencias de los docentes

-«Lo más importante es que sean fuera de los edificios de los colegios, si no, los niños no tienen mucha sensación de vacaciones. También que lleguen al ámbito rural, como siempre el gran perdedor. En los pueblos pequeños, además de tener muchas menos opciones privadas para extraescolares, no hay tampoco públicas, ya que los ayuntamientos rurales generalmente no tienen medios».

-«Me gustaría que compatibilizaran los juegos con el aprendizaje».

-«Que ocurran en todos los centros. Con transporte escolar y comedor».

La opinión de los alumnos

Quizá lo más destacable en las respuestas de los alumnos a esta consulta es que en un 76% regresaría al modelo antiguo. Más aún, de esos, hasta un 81% lo haría sin realizar ningún cambio. Solo un pequeño sector (19%) propone alguna idea para matizar ese modelo antiguo:

-«Acabar primero en junio y empezar antes en septiembre, quitando puentes para que el verano sea más largo».

-«Alargar un poco las vacaciones de Navidad, cogiendo días del verano».

-«Poner los puentes en condiciones que coincidan con fines de semana».

-«Propongo empezar antes el curso, y terminar antes también. Además de tener más vacaciones de Semana Santa, como en el País Vasco».

«El modelo nuevo, tal como lo he vivido, a partir de cierta edad sí me parece bien pensado, ya que las fiestas sueltas no alivian la tensión de exámenes y trabajos»

Las sugerencias de los alumnos

Menos numeroso es el grupo de quienes aprueban el nuevo modelo (24%). Eso sí, en su mayoría están conformes en todas sus dimensiones (95%). Los que no, sugieren algunos matices que podrían mejorar la idea, sobre todo en lo referente a la conciliación de horarios:

-«He vivido el nuevo modelo en el grado superior (de FP) y entiendo que no es lo mismo que en Primaria, Infantil, etc. que es donde más puede trastocar a los padres. El modelo nuevo, tal como lo he vivido, a partir de cierta edad sí me parece bien pensado, ya que las fiestas sueltas no alivian la tensión de exámenes y trabajos. Además, aunque se aprovechen las semanas libres para mandar trabajos, ya se elimina bastante presión temporal».

-«Que supriman las vacaciones de mayo, ya que a los estudiantes de Bachillerato nos desfavorece y ampliar así las vacaciones de Semana Santa o de verano».

-«Que los horarios de los padres coincida con los de los hijos».

También parece existir bastante consenso entre los estudiantes respecto de la controvertida jornada reducida en junio y septiembre. Hasta un 76% dice estar de acuerdo con ella, y solo un 24% se muestra disconforme. Este último grupo estima que debería completarse ese tiempo con actividades extraescolares (62%) y que es la Consejería de Educación la que debería asumir el coste de todo ello (63%).

«Acabar primero en junio y empezar antes en septiembre, quitando puentes para que el verano sea más largo»

Las sugerencias de los alumnos

Casi ningún estudiante está de acuerdo con que se pongan deberes en tiempo de vacaciones. Un 82% se muestra en desacuerdo con ello. Y en un 69% de los casos los alumnos están contentos con las actividades extraescolares que se ofrecen en sus centros educativos. Cuando existen problemas en este punto se alegan dos cuestiones fundamentalmente: Escasez de programas y ausencia de oferta en algunos municipios. Las propuestas para resolver esta problemática son varias, según los estudiantes:

-«Más propuestas que hacer en ese período y accesible a todos».

-«Que se atiendan las necesidades y se informe sobre las actividades».

-«Que sean más baratas».

-«Aumentar la oferta».

Al margen de que los sectores educativos prefieren mayoritariamente el antiguo calendario escolar, ese consenso se diluye cuando se entran a debatir las alternativas. El calendario escolar es un sistema complejo que atiende a un público tan numeroso como diverso, con intereses a veces enfrentados. El objetivo de esta consulta es dar voz a todos los afectados por los cambios en el calendario escolar. En los próximas días debe aprobarse el calendario del curso 2018-2019, aunque en estos momentos las posturas entre las familias y el profesorado parecen más alejadas que nunca.

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