Sánchez Monge y Ros Murgadas acudirán a la reunión de los obispos con el Papa
El primero lo hará como administrador apostólico de la Diócesis, mientras que el futuro obispo de Santander viajará por su actual cargo en Valencia
La convocatoria quedó algo arrinconada al dar cuenta de los temas que trataron hace pocos días en la Asamblea Plenaria Extraordinaria de la Conferencia Episcopal. ... La relavencia de lo vinculado al informe del Defensor del Pueblo sobre los abusos sexuales vinculados a la Iglesia se llevó –es lógico– todo el protagonismo. Pero en ese encuentro se hizo público que el Papa había llamado a capítulo a los obispos españoles. A todos. Se verá con ellos en Roma el próximo 28 de noviembre. Y eso coge a la Diócesis de Santander en pleno proceso de cambio. Manuel Sánchez Monge pasará a ser obispo emérito –«que es como ser obispo jubilado», bromeó hace unos días el religioso– y su puesto será ocupado por Arturo Ros Murgadas, ahora obispo auxiliar en Valencia. La toma de posesión será el 16 de diciembre. Entonces, ¿quién va a Roma? La respuesta es que irán los dos, pero cada uno con un papel distinto. Hasta el acto oficial del relevo, Sánchez Monge ha sido designado como administrador apostólico de la Diócesis. Él está al frente y será su representante ante Francisco. Ros, por su parte, acudirá al Vaticano para acompañar al arzobispo de Valencia, aunque –seguro– le vendrá bien como toma de contacto con sus nuevas responsabilidades.
El motivo oficial de la convocatoria es hablar de la situación de los 45 seminarios españoles. Los centros en los que se forma a los futuros sacerdotes. De hecho, este asunto fue motivo de una investigación encargada por el Papa a dos obispos uruguayos (Milton Luis Tróccoli y Arturo Eduardo Fajardo) que se desplazaron a España entre febrero y marzo de este año, según publica el medio digital 'Vida Nueva', que destaca que el país cuenta hoy con 974 seminaristas, 725 menos que hace una década. Las conclusiones del trabajo de estos religiosos –que, según parece, describen una situación «problemática»– llegaron hasta el prefecto para el Clero, el cardenal surcoreano Lazzaro You Heung-Sik, figura clave en la convocatoria para los obispos. «Se salvan muy, muy poquitos», destacan las fuentes que cita el medio de comunicación.
Precisamente la falta de vocaciones –y el hecho de que el seminario cántabro de Corbán languidezca al perder su actividad formativa por la falta de alumnos (el curso pasado fueron trasladados a Oviedo)– es uno de los retos que debe afrontar Ros cuando aterrice en Cantabria.
Francisco ha convocado a los obispos españoles el día 28 para hablar, en principio, de la situación de los seminarios en una reunión extraordinaria
Con todo, a nadie se le escapa que la reunión del Papa con los obispos españoles se celebrará en una época marcada para la Conferencia Episcopal por el informe del Defensor del Pueblo y el debate sobre la reparación a las víctimas de abusos sexuales. Es más, pocos días antes del encuentro, las autoridades religiosas deberían pronunciarse sobre el informe que la Conferencia Episcopal Española encargó por su cuenta al bufete de abogados Cremades & Calvo Sotelo.
Respecto a Cantabria, el documento señalaba casos en once centros. «La reparación es una cosa muy importante, pero no es solamente económica. Es también psicológica y espiritual. Las víctimas son creyentes y lo viven desde la fe. Tenemos que esforzarnos. Pedir perdón puede sonar a veces que lo repetimos… Hay que decirlo, pero tiene que ser sentido de verdad porque es una cosa muy grave que se ha hecho con gente indefensa aprovechando una situación superior por estudios, por condición religiosa…», reflexionó Manuel Sánchez Monge sobre el tema el día que dio a conocer el nombre de su sucesor.
Otra visita al Papa
Más allá del asunto de los seminarios o los abusos, de la propia convocatoria a todos los obispos, hay otra coincidencia que tiene que ver con Cantabria y con el Papa. Porque Arturo Ros Murgadas, una vez conocida su designación como obispo de Santander, tenía previsto estar hoy en Roma para agradecer en persona el nombramiento y la confianza depositada en él al Sumo Pontífice. Será con motivo de la habitual audiencia de los miércoles. En ese acto, es habitual que se reserve un hueco para que los obispos que acuden puedan saludar a Francisco. Arturo Ros estará acompañado por el arzobispo de Valencia.
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