Casi seis años de espera en el caso Novo Banco: «Me siento en completo desamparo»
Las víctimas de la presunta estafa en la antigua oficina de Santander, desesperadas por la falta de avances
Jacobo Vidal dio el paso en febrero de 2020. El exempleado de la oficina que Novo Banco tuvo en Santander decidió trasladar a la Justicia ... unas supuestas irregularidades en las que él se convirtió en el principal investigado (no el único). Por las informaciones que publicó este periódico sobre una presunta estafa millonaria se enteraron buena parte de los afectados. En torno al centenar que vio cómo su dinero –lo que les decían que tenían– se esfumaba. Casi seis años después y, ante la falta de avances, han pasado del estupor a la desesperación. «Ese dinero era mi garantía para vivir con tranquilidad mis últimos años, y se están agotando sin haber podido disfrutarlo. Me siento en completo desamparo», dice una de las afectadas. Una mujer de 69 años. «Siento que estoy pagando doblemente el agravio que me han causado: primero, el engaño del banco al que confié mis ahorros; y ahora, la desinformación, lentitud y abandono a los que estamos siendo sometidos».
Su historia es una de muchas. Con casos llamativos. Por ejemplo, el de dos personas que trabajaron toda su vida en el mundo rural que «malvendieron» sus negocios justo antes de jubilarse con la idea de que el dinero ahorrado sería suficiente para disfrutar de su descanso. El descalabro les dejó con una pensión «de poco más de ochocientos euros» y teniendo que trasladarse porque no podían seguir manteniendo la casa donde vivían. O el de un hombre que se ocupaba de cuidar a sus padres ancianos con la certeza de poder vivir del dinero ahorrado.
De los 76 nombres que Jacobo Vidal llevó a la Fiscalía –al caso se han sumado algunos más posteriormente–, diez se correspondían con sociedades y 66 con particulares. Este periódico ya contó hace cinco años que en quince de esos casos el capital era superior al millón de euros. Los mejores clientes de la oficina que la entidad tenía en la esquina de Hernán Cortés con la plaza de Pombo hasta unos meses antes. Es más, uno de ellos invirtió una cifra cercana a los cuatro millones de euros. La más alta. Pero hay de todo. Desde empresarios que vieron frenados los planes de expansión o las obras en sus negocios hasta ahorradores particulares con números mucho más reducidos que tenían un dinero guardado pensando en su jubilación.
«Hay personas que tenían todo su dinero ahí y de repente no tienen nada. Están pasando por problemas», contaron en su momento fuentes del caso. «Yo ya estoy jubilada. Tuve que vender mi casa y en este momento estoy viviendo con una pensión de 767 euros que no me alcanza para pagar el alquiler y los gastos del día a día. No tengo para vivir. Puedo hacerlo gracias a mis hermanos. Si no fuera por ellos...», relataba una de las víctimas allá por 2023.
Ahora se habla de desesperación, de falta de avances, de incomprensión... Son casi seis años prácticamente sin novedades. Con una investigación que se prolonga sin fecha en el horizonte.
«Es –prosigue en su relato la afectada que contaba su situación en el arranque de este texto– absolutamente exasperante. Sufrir este agravio a mis 69 años me ha cambiado la vida. En lugar de disfrutar de mis ahorros y mis últimos años, estoy atrapada en casa, abatida por la depresión y sin respuesta de la justicia. Para más inri, el único beneficiado es el banco, que retrasa el proceso cuanto puede (sumado a la propia lentitud del sistema), en lugar de asumir responsabilidades y sacarnos ya de este calvario en el que nunca nos debiera haber metido».
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