Tráfico atribuye el accidente mortal de Lunada a una velocidad inadecuada en un vial con nieve
La Guardia Civil, que ha entregado al Juzgado su atestado, no ha podido precisar la velocidad exacta a la que circulaba el coche implicado | El conductor del vehículo, que falleció junto a los otros tres jóvenes ocupantes, dio negativo en alcohol y drogas
La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Cantabria ha determinado que la causa del accidente del puerto de Lunada en el que perdieron la vida cuatro jóvenes madrileños, el pasado 15 de marzo ... , fue una «velocidad inadecuada» en una carretera con presencia de nieve (y sin quitamiedos). Esa es la principal conclusión a la que llega en el atestado que ya ha entregado al Tribunal de Instancia Nº2 de Laredo, encargado de la instrucción del caso.
Según han trasladado a El Diario Montañés fuentes conocedoras de la causa, los agentes de Tráfico no han podido determinar la velocidad exacta (o aproximada) a la que circulaba el vehículo en el que viajaban los cuatro jóvenes, pero sí han concluido que dicha velocidad era superior a la que permitía en esos momentos las condiciones de una vía con presencia de nieve; y por eso, y porque en ese tramo no hay guardarraíl, se precipitaron ladera abajo y fallecieron.
Según explican estas mismas fuentes, el hecho de que el coche circulara a una velocidad inadecuada no quiere decir que superara el límite permitido. «En este caso no hablamos de un exceso de velocidad, que no es lo mismo. Seguramente circulaban por debajo del límite establecido, pero a una velocidad superior a la que permitían en ese momento las adversas condiciones en la que se encontraba la carretera».
Otro de los datos que se desprenden de ese atestado es que el conductor, Juan Ramón Pizarro 'Monchito', dio negativo en los análisis de alcohol y drogas. Esclarecida la causa del accidente y una vez que informe la Fiscalía, lo normal es que la jueza acuerde el archivo de la causa penal, quedando pendiente de resolverse la responsabilidad civil.
El coche se salió de la vía y cayó en tonel dando vueltas de campana porun precipicio de nieve
Fomento instalará quitamiedos en el tramo atendiendo la petición de los padres de los fallecidos
Como se recordará, el día que los cuatro jóvenes de Vallecas perdieron la vida (ese fatídico 15 de marzo), se dirigían a una cabaña pasiega en San Roque de Riomiera para celebrar el cumpleaños de uno de ellos, Izan, que viajaban con otro grupo de amigos (circulaban en otro coche por detrás del accidentado).
Eran las diez de la noche cuando los dos vehículos del grupo enfilaron este estrecho paso de montaña que comunica los Valles Pasiegos y la comarca burgalesa de Las Merindades. Guiados por el GPS, como desvelaron en su momento sus familiares, se adentraron por el camino más peligroso, en una noche heladora y rodeados de nieve.
En un momento dado, el Audi A3 que conducía Juan Ramón por la CA-643 se salió de la vía en el kilómetro 12,700, a la altura del mirador de Covalruyo (Soba), y se despeñó por una ladera de más de 300 metros de altura. Sus cuatro ocupantes, Juan Ramón, Izan, Ana María y Afra, de 20 y 21 años, murieron en la brutal caída. Los cuatro llevaban el cinturón de seguridad puesto en el momento del accidente y fue una alerta automática de uno de los teléfonos móviles de las víctimas la que avisó al servicio de Emergencia 112 tras detectar el impacto.
El vehículo se precipitó al vacío en una curva de la carretera que carece de guardarraíles en gran parte de su sinuoso trazado. En su caída cruzó otro tramo de vía situado 262 metros más abajo, en el kilómetro 11 de la carretera. Tras ello, continuó rodando ladera abajo, dando vueltas de campana durante varios metros más hasta que se detuvo en la nieve. El rescate de los cuerpos se prolongó más de cinco horas por las dificultades de acceso a la zona.
Los quitamiedos
Desde el momento en el que conocieron cómo se produjo el trágico accidente, los familiares de los cuatro fallecidos lamentaron la falta de un guardarraíl y reclamaron su instalación para evitar más accidentes. Eso les llevó a iniciar una recogida de firmas a través de internet y reunirse con el consejero de Fomento, Roberto Media, al objeto de que atendiera su reivindicación. «Si ponen quitamiedos en Lunada, la muerte de los niños tendrá un sentido», aseguró a este periódico Esther Sanz, madre de Afra, el día en que entregaron al consejero las 55.000 firmas que recogieron. «El día que pongan guardarraíles en Lunada empezaré a respirar de otra manera. Es lo que prometí a mi hijo tras el accidente. Y lo voy a conseguir», añadió Félix Moreno, padre de Izan.
Tres meses después, el pasado agosto, el consejero anunció que la instalación de ese guardarraíl –y la ampliación del ancho de la carretera, hasta los 5 metros– está prevista para «primavera de 2026».
Las obras, que contarán con un presupuesto de 4,4 millones de euros y doce meses de ejecución, prevén la mejora de la seguridad vial en la carretera CA-643, desde el Barrio de La Concha (San Roque de Riomiera) hasta el Portillo de Lunada. Un total de 12 kilómetros sobre los que mejorar la seguridad, con una altitud de hasta 1.350 metros, y donde la velocidad seguirá siendo de 40 km/h al tratarse de una vía de alta montaña.
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