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El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, posa delante del Hospital Marqués de Valdecilla. alberto aja
Miguel Rodríguez - Consejero de Sanidad

«La única forma de parar la epidemia es el aislamiento para evitar el contacto social»

«He de reconocer que cuando la epidemia estaba centrada en Wuhan, lo veíamos como algo alejado que no iba a replicarse en Europa»

ANA ROSA GARCÍA

SANTANDER.

Domingo, 22 de marzo 2020, 07:37

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El coronavirus entró en las conversaciones internas de la Consejería de Sanidad en enero, cuando la OMS decretó la alerta sanitaria, pero el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez (Reinosa, 1964), admite que cuando la epidemia estaba centrada en Wuhan (China) se veía como algo «alejado» y que «no iba a replicarse en Europa». Mes y medio después, los contagios del Covid-19 se expanden por todo el mundo. Y Cantabria, que empezó con un goteo de positivos, ya ha sufrido cinco víctimas mortales esta semana -los tres últimos con apenas unas horas de diferencia-, son más de 200 los diagnosticados y muchos más (por encima del millar) los que no saben si lo tienen o no porque no se están haciendo las pruebas a todas las personas con síntomas.

-¿Cómo afronta la sanidad cántabra la lucha contra el coronavirus?

-Con mucha profesionalidad y con gran preocupación por lo que ha pasado en otros países y en otras comunidades autónomas.

-¿Cuál es la situación en estos momentos y que es lo que más preocupa?

-En estos momentos el número de positivos está incrementándose rápidamente, algo esperable porque estos casos se habían infectado antes de que entrasen en vigor las medidas de contención del Real Decreto 463/2020. Cantabria, aunque está subiendo muy rápido, partía de un número muy bajo de casos y eso es una ventaja competitiva con respecto a otras comunidades. Mi mayor preocupación es que la epidemia no se contenga y que los servicios sanitarios se vean desbordados. No puedo considerar que sea una situación irreal porque ha pasado en otros países, como Italia que tiene un gran sistema sanitario y por eso estamos trabajando con escenarios más complicados que el actual.

-¿Se acerca al centenar el número de hospitalizados, el sistema sanitario cántabro aún tiene capacidad de absorber la demanda que está por llegar?

-Sí, por suerte tenemos cuatro hospitales con mucha capacidad para hospitalizar porque lógicamente en esta situación hemos dejado de operar y de ingresar todo lo que no sea urgente y eso nos aumenta mucho la disponibilidad de camas. Si fuera necesario utilizaríamos los dispositivos de los hospitales privados.

-¿Cree que el hecho de que Cantabria fuera la comunidad con menos incidencia de Covid-19 en el momento de establecerse el estado de alarma nos salvará del caos que se vive en comunidades como Madrid o La Rioja?

-Como te comentaba antes, partir de un número bajo de casos es una ventaja competitiva enorme. Hemos tenido suerte de no tener grandes focos, como desgraciadamente les ha pasado a otras comunidades y también salud pública ha hecho un gran trabajo de contención en los primeros momentos aislando inmediatamente a los casos confirmados o posibles.

«Mi precaución es que la epidemia no se contenga y los servicios sanitarios se vean desbordados»

«A la población le pido comprensión y que se respete el aislamiento para evitar más contagio»

-El problema más grave que se está viendo en otras autonomías es que las UCI no dan abasto. ¿Teme que ocurra en Valdecilla?

-Tal y como se está comportando la evolución de pacientes ingresados en UCI, Valdecilla tiene capacidad suficiente siempre que seamos capaces de cortar la transmisión comunitaria.

-¿Cuáles son las necesidades más urgentes en el SCS tanto en recursos materiales como en profesionales?

-Las necesidades más urgentes son materiales: mascarillas, batas desechables, hisopos, kits de pruebas, etc... todo lo relacionado con la epidemia. Soy consciente de la escasez mundial por la altísima demanda que hay de estos productos en todos los países y me consta que el Ministerio por su lado y el Servico Cántabro de Salud por el suyo, están trabajando intensamente para adquirir estos productos, pero el profesional que está en primera línea, trabajando con pacientes, lo que quiere, como es lógico, es trabajar protegido y entiende mal que no se disponga de ese material. Con respecto al personal, hemos reforzado profesionales allí donde era necesario.

-¿Se ha recurrido ya a la sanidad privada?

-De momento no, pero no descarto hacerlo en un futuro, bien para asumir demanda de atención sanitaria no relacionada con Covid-19 y si fuera necesario también para pacientes Covid-19 positivo. Tengo que resaltar y agradecer que la sanidad privada desde el primer momento se ha mostrado dispuesta a colaborar en esta crisis.

«No llevo la cuenta, pero son muchas las personas y entidades que se han ofrecido a ayudar»

«Las necesidades más urgentes son materiales: trajes de protección, pruebas, mascarillas...»

-¿Han previsto incorporar personal de centros privados o contrataciones extraordinarias?

-Se han hecho y se están haciendo contrataciones extraordinarias. Tenemos todo el apoyo de la Consejería de Economía y Hacienda para disponer de crédito.

-¿Cuántas bajas cuentan ya entre el personal sanitario del Servicio Cántabro de Salud?

-Esa es una de las cuestiones más duras para un consejero de sanidad y más aún si es profesional sanitario: asumir los contagios entre el propio personal. A fecha de hoy tenemos 26 casos positivos entre el personal del SCS y un par de ellos en el personal de la Consejería.

-¿Cuándo se dieron cuenta de que el problema iba a ser mucho más grave de lo que se llegó a imaginar?

-He de reconocer que cuando la epidemia estaba centrada en Wuhan, como desconocemos mucho de China y de su sistema sanitario, lo veíamos como algo alejado que no iba a replicarse en Europa. Comenzamos a ser conscientes de la gravedad cuando la epidemia en Italia, país que conocemos mejor, comenzó a desbordar los servicios sanitarios. Y fuimos plenamente conscientes cuando comunidades autónomas como Madrid o el País Vasco se vieron azotadas. Lo que ha pasado nos tiene que ayudar a identificar errores para futuras ocasiones, en el sentido de asumir que en un mundo globalizado las enfermedades tienen una rápida extensión y que hay que cerrar fronteras de forma precoz.

-¿Cuándo calculan los epidemiológicos que llegará el pico máximo en Cantabria?

-Es difícil de predecir, porque a pesar del altísimo número de casos a nivel mundial todavía desconocemos muchos aspectos de esta enfermedad en relación con la contagiosidad de las personas afectadas y por tanto no hay modelos predictivos precisos. Dicho esto, algunos modelos matemáticos suponen que el pico se producirá en torno al 30 de marzo y a partir de ahí empezará a bajar la incidencia, es decir, el número de casos nuevos por día. El aspecto fundamental es con cuántos casos hospitalizados acumulados llegaremos al pico, esa es mi preocupación.

-¿Tiene alguna estimación de contagios a día de hoy en la región, teniendo en cuenta que los últimos confirmados son solo los hospitalizados y los sanitarios en contacto con ellos?

-Sólo conocemos los casos hospitalizados y los que estando en domicilio, por alguna razón se les ha hecho la prueba. Eso quiere decir que conocemos sólo una parte de todos los casos positivos. Como le decía antes desconocemos todavía muchos aspectos del comportamiento epidemiológico de esta enfermedad, aunque sí sabemos algunas realidades que nos hacen sospechar que los casos diagnosticados son sólo una parte del total de casos existentes. Posiblemente en el pico de la epidemia habrá miles de contagiados.

-¿Cómo valora la respuesta de la población ante la alarma?

-Yo creo que la generalidad de la población es ya plenamente consciente de que estamos ante un tema serio y están siendo respetuosos con las medidas de aislamiento. La información está al alcance de cualquiera y eso ha ayudado mucho, porque no hay cosa mejor que verse reflejado en otras situaciones para entender la gravedad del asunto.

-Llegados a este punto, quedarse en casa no supone solo evitar el contagio sino salvar vidas. ¿Qué mensaje le gustaría trasladar a los cántabros?

-Les pediría comprensión para las medidas de aislamiento porque son necesarias para evitar la propagación de la enfermedad, paciencia para afrontar el tiempo que duren y mucha protección hacia las personas más vulnerables, los mayores fundamentalmente, para evitar pérdida de vidas. La única forma de parar esto, y en eso coinciden todos los expertos a los que tenemos que hacer caso, es el aislamiento para evitar el contacto entre las personas.

-¿Y qué mensaje traslada a todos los profesionales que están en primera línea poniendo en riesgo su vida para luchar contra el coronavirus?

-Lo único que puedo decirles es que estas situaciones son las que nos ponen a prueba como profesionales con vocación de servicio público y que tienen el reconocimiento y la gratitud de toda la sociedad.

-¿Si se extienden las pruebas rápidas de diagnóstico a todas las personas con síntomas, como se va a organizar?

-Esto todavía no se lo puedo contestar. Desde el pasado sábado es el Ministerio de Sanidad el que ha asumido las competencias, me consta que está trabajando en este tema porque nos ha pedido datos y opinión, pero no puedo adelantarle algo que desconozco.

-¿Una vez superado el pico, cuánto tiempo requerirá volver a la normalidad?

–Volver a la normalidad será rápido. Poner al día la actividad, imposible predecirlo, pero ya adelanto que nos llevará mucho tiempo.

–¿Qué lecciones están aprendiendo de la crisis?

–Esta pregunta sería mejor responderla cuando acabe la crisis para tener un análisis global. De todas formas, hay dos cosas claras, tenemos que invertir más en salud pública y tenemos que asumir que en un mundo globalizado la extensión de las enfermedades es muy rápida y hay que tomar decisiones de forma precoz.

-A nivel personal, cómo se encuentra. ¿Y su equipo?

–Tengo un equipo fantástico que lo está dando todo y que espero sean capaces de mantener ese espíritu en las semanas próximas que van a ser muy duras. A nivel personal me encuentro muy arropado por todo el Gobierno y eso me da fuerza.

–Esta crisis está sacando el lado más solidario de la sociedad, ¿se necesitan voluntarios? ¿Cuántos se han puesto ya a disposición del Gobierno?

–Muchos, no llevo la cuenta, pero son muchas las personas que se han ofrecido y también muchas instituciones (balnearios, hoteles...). De entrada, hemos echado mano de los profesionales sanitarios que están colaborando en la atención telefónica y en labores administrativas o de gestión.

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