El verano «amortigua» el cierre de negocios ante un «futuro desolador»
El tejido empresarial, que cuenta con 490 sociedades menos que el año pasado, se aferra a la temporada estival para evitar el desastre
«Hay estudios nacionales que aseguran que uno de cada cuatro negocios cerrarán de aquí a final de año», explica alarmado el presidente de la ... Asociación de Hostelería de Cantabria, Ángel Cuevas. Un «futuro desolador» que también auguran los autónomos. «El 20% podríamos desaparecer», alerta Eduardo Abad, de UTAC-UPTA. Su homóloga en ATA, Ana Cabrero, va más allá: «El 70% de nuestros asociados tendrán que hacer despidos o cerrar si se produce un segundo confinamiento». Sin embargo, el covid, en contra de lo que se esperaba, no se ha convertido aún en el remate final. La mayoría de empresas se han aferrado al verano para mantener la inercia en una especie de último esfuerzo. Si les sale bien, podrán continuar hacia adelante. Si no, sus incertidumbres devendrán en certezas y se verán obligados a bajar la persiana definitivamente.
Caminar por las calles comerciales de Santander o Torrelavega es adentrarse en una galería repleta de carteles colgados con los eslóganes 'se alquila' o 'se traspasa' donde antes hubo negocios de los de toda la vida. De esos que pasaban de generación en generación y donde cada cliente era tratado como algo más que un número en la cuenta de resultados. Pero Cantabria está peor que hace un año. Eso dicen los datos. En julio había 17.310 empresas inscritas en la Seguridad Social, según el Instituto Cántabro de Estadística (Icane), lo que supone exactamente 490 menos que en 2019 a esas mismas alturas. Además, entre mayo y junio, se constituyeron 24 sociedades mercantiles menos.
«Los que han cerrado tras el estado de alarma han sido muy pocos; y los que lo han hecho, ya venían tocados económicamente»
gonzalo cayón, secretario general de coercán
Atendiendo a esto se puede decir, sin temor a equívoco, que el coronavirus ha ralentizado el crecimiento justo en una época, la estival, donde el turismo y la hostelería tiran del motor de la economía, aunque este impulso sólo dure un par de meses. El número de trabajadores autónomos así lo corrobora. La región registraba 41.049 al final del estado de alarma, a pesar de anotar en junio 257 nuevas altas. Es decir, 676 menos que al inicio del verano anterior.
«Los negocios que han cerrado tras el estado de alarma han sido muy pocos y los que lo han hecho ya venían tocados económicamente de atrás, pero la cifra no ha sido significativa», explica Gonzalo Cayón, secretario general de la Federación del Comercio de Cantabria (Coercán). «El verano está amortiguando el gran número que se preveía, otra cosa será si podrán llegar a las navidades», añade. El presidente de los hosteleros, en cambio, no alza la vista tan lejos. «Octubre y noviembre mostrarán realmente cuán grande es la herida de este 2020», afirma. «Habrá bastantes cierres, sólo hay que fijarse, por ejemplo, en el ocio nocturno, con el que estamos muy preocupados. Cuatro meses de invierno, más otros casi cuatro de confinamiento y el mejor del año, agosto, sin poder abrir... Va ser la puntilla», vaticina. «Una estocada final», apostilla Eduardo Abad.
«El 70% de nuestros asociados tendrán que hacer despidos o cerrar si finalmente se produce un segundo confinamiento»
Ana Cabrero, Presidenta de ATA
«Si no se pone remedio, estamos hablando de la posibilidad de perder el tejido productivo de una región entera, de perder casi nuestra identidad, de incrementar las listas del paro en más de 40.000 personas entre autónomos y trabajadores de esos autónomos. Es dejar sin un salario, sin ingresos, a casi toda la población de Torrelavega», subraya rotunda Ana Cabrero.
El gran problema para las pequeñas empresas, el eje piramidal de la economía, es que la facturación se ha visto drásticamente reducida desde mediados de marzo, ya que muchos negocios venían arrastrando problemas económicos desde antes de que la pandemia se desatara. «El 65% de los autónomos acumulan pérdidas del 50% en sus ingresos con respecto al año anterior. Y un 35% de ese 65% está bastante por debajo», relata Abad. «El descenso en las ventas, si miramos a 2019, es entre un 10 y un 20%, aunque es cierto que el batacazo que se esperaba era bastante mayor», apuntan desde Coercán.
«Octubre y noviembre mostrarán realmente cuán grande es la herida que nos deja 2020. Nos preocupa muchísimo el ocio nocturno»
Ángel Cuevas, Presidente de la AEHC
Los hosteleros puntualizan aún más. «La diferencia de facturación entre mayo de 2019 y este es brutal, quizás un 90% menos para nosotros. En junio, donde sólo se pudo trabajar seis días, a partir del 24, un 80% y en julio bajó un 20%», enumera Cuevas. Aun así, el verano les ha servido de tablón salvavidas, aunque con algunos matices. «A pesar de que está yendo bien, no nos podemos quejar, el balance en el conjunto del año será sangrante. Muchos negocios van a facturar la mitad y hay que recordar que facturación no es igual a beneficios. Hay gastos fijos independientemente de la caja que hagas», explica Cuevas.
Las ayudas
La gran incógnita es que nadie conoce hasta cuándo el covid seguirá condicionando la vida y, por extensión, la economía. «Vivimos en constante incertidumbre. Esto no ha acabado y es lo peor que se puede decir», explica la presidenta de ATA. «La situación no ha sido peor por las ayudas recibidas, como las prestaciones por cese de actividad, a la que la mayoría de autónomos se han acogido, los ERTE, en el que algunos han incluido a sus trabajadores, lo que es un alivio para no tener que pagar determinadas cargas laborales, y el cheque resistencia del Gobierno regional, que ha venido muy bien para los comercios», explican desde Coercán.
«De aquí a final de año podría desaparecer el 20% de los autónomos de Cantabria. Apelamos al consumo cercano y responsable»
Eduardo Abad, Secretario general de UTAC
Pero los autónomos las consideran insuficientes, creen que hacen falta otras, como explica Cabrero, «para evitar la ruina y que cuando esto acabe podamos seguir con nuestros negocios». Desde la Unión de Trabajadores Autónomos de Cantabria (UTAC) dan algunas pistas. «Lo único que podemos apelar es al consumo cercano y responsable. Hay que ayudar al pequeño comercio, que el dinero que se genera en Cantabria se quede aquí. Es la única fórmula que vamos a tener para hacer de cordón sanitario en el capítulo de ingresos», explica Abad. Es un llamamiento en toda regla para poder luchar «contra el cambio en las tendencias de consumo perjudiciales para el pequeño comercio -ahonda Abad-, porque en los últimos seis meses las grandes plataformas digitales de distribución y venta, como Amazon, se calcula que han incrementado su facturación en un 40%». Aunque también hace autocrítica: «Durante el confinamiento el comprador ha avanzado mucho en su digitalización pero nuestro colectivo no lo ha hecho con las misma intensidad».
Peticiones al Gobierno
Para evitar que el cierre de negocios se convierta en una sangría, los autónomos ya preparan una batería de reivindicaciones que esperan sean atendidas por la administración central. Consideran imprescindibles, entre otras medidas, la prórroga de los ERTE y de los ceses de actividad especial -el que es compatible con la continuidad de la actividad- hasta el 21 de abril del año que viene o las reducciones en las cuotas de los autónomos que registren pérdidas o del IVA, de forma temporal, en sectores como la hostelería, turismo y cultura. «Cuanto más tarde reaccione el Gobierno, más dura será la caída», advierte Cabrero.
41.049autónomos tenía la región a finales de junio, 676 menos que el año pasado a esas alturas.
24sociedades mercantiles menos se crearon entre mayo y junio en comparación con 2019.
4sociedades mercantiles más fueron disueltas en junio respecto al año anterior.
17.310empresas había en julio inscritas en la Seguridad Social, 490 menos que hace un año.
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