«Para este verano Japón ha pegado muy fuerte»

–Verano: sol, playa, vacaciones... Y usted preparando los viajes de los demás.

–Sí, pero bien. Al final es un sector bonito porque la gente viene aquí contenta, con ilusión. Vienen a preparar un viaje, que no es algo dramático. Es bonito.

–¿Dónde se van los cántabros este verano? ¿Hay destinos de moda?

–Hay muchos, pero ahora mismo está de moda Japón. Toda España está en Japón. Es muy interesante, es una cultura muy diferente… A todos nos gusta conocer lugares distintos y Japón está pegando muy fuerte. Y luego un destino que nunca deja de estar de moda por muchos problemas que pueda haber es Estados Unidos. La gente sigue yendo ahí, le sigue gustando ir a Nueva York, Florida, la costa oeste... Yo creo que son las dos costas, Japón y Estados Unidos. Los dos extremos están de moda este año.

–Me apuesto lo que sea a que lo que más le dicen los clientes este año es 'está todo carísimo'…

–Pues un poco, sí. Igual puede sorprender el precio del avión o que hayan subido las cosas. Lo que pasa es que nosotros, muchas veces, sí que vemos la realidad del antes y del después de la pandemia. Solemos decirles: «Esto está más caro, ha subido». Les avisamos de los lugares masificados y les ayudamos a encontrar mejores precios. Tenemos además la suerte de tener una clientela bastante fiel.

–Habrán organizado viajes muy extraños. ¿Alguno en especial que recuerde?

–Por ejemplo, uno a Madagascar. Es África, que va mucha gente, pero no es lo primero que piensa el cliente. Porque requiere de un presupuesto elevado. Normalmente se piensa: «Pues ya que voy a África, estoy en Tanzania, estoy en Uganda…». Luego los que van a los países que llamamos los 'tantán'. Uzbekistán, Kirguistán… Aunque ahora Uzbekistán está más de moda. Pero Kirguistán es todo montaña, excepto la capital, Biskek, que es muy moderna.

–Confiese, ¿cuál es ese lugar al que no recomienda viajar?

–Por ejemplo, Mongolia. Es un país que sí, es súper interesante, pero hacer el visado ahora es muy complicado. Rusia también. En general, recomiendo ir a todos los sitios a menos que haya un peligro inmediato extremo, como una guerra. A Ucrania no recomiendo ir ahora, por ejemplo.

–Tendrá pesadillas con pérdidas de equipaje, cancelaciones de vuelos, un cliente que se hace un esguince…

–Eso es una locura. Pero bueno, a día de hoy el viaje es algo que está muy democratizado y que se hace mucho desde internet. Nosotros estamos, precisamente, para este tipo de cosas. Durante el viaje y después. Si realmente tienes un problema, te vamos a coger el teléfono de inmediato y lo vamos a intentar solucionar. Lo normal es que, a veces, pasen cosas. Es muy idílico y es muy bonito, pero tienes que estar preparado. Y lo mejor de todo es que tienes que tener esa garantía de que alguien te puede apoyar.

–¿Qué es lo más raro que le ha pasado a un cliente durante un viaje que le ha tocado resolver?

–Urgencias médicas. Hay veces que, incluso, según llegan, les tienen que hospitalizar y repatriar. Y eso es una cosa en la que tengo que ayudar.

–¿Los clientes vienen con tiempo o lo dejan para última hora?

–El cliente español, por lo general, no es muy previsor a la hora de preparar los viajes en comparación con el europeo. Pero, normalmente, cuando tienen planeado un viaje de largo recorrido vienen con muchos meses de antelación, incluso con un año.

–Un consejo que le da siempre a todo viajero.

–Depende del lugar. Lo primero es sentarse con el cliente, hablar de por qué ha elegido un sitio y hacerle un trato personalizado. Pero, sobre todo, tiene que familiarizarse con la cultura del lugar.

–Venga, cuente cuál fue su mejor viaje.

–Argentina. Para los españoles está la ventaja de que hablamos el mismo idioma. Es un país sorprendente. Te sientes como en casa y te ponen muchas facilidades para todo. Además, tienes ahí las cataratas o los glaciares, la comida es espectacular, te acogen muy bien…

–Y para este año, ¿ya tiene planes de maleta?

–Aquí el problema que tenemos es que nos gustaría ir a todos los sitios. Pero a mí me encantaría ir a Nueva York. Aunque esté todo el tema ahora de Estados Unidos.

–¿En qué se fija más alguien que trabaja en una agencia de viajes a la hora de viajar?

–Te vuelves un poco pejiguero porque te fijas mucho en los medios de transporte, en los hoteles... Y luego te fijas también en las horas de llegada de los vuelos, las salidas, y comienzas a pensar en los posibles clientes. Entonces, estás todo el día trabajando. 'Este me gusta, este no, este lo vendería…'. Así siempre.