Desgarraduras
El magistral equilibrio entre la frialdad de una investigación, la destreza técnica y los territorios emocionales configuran la sólida identidad de la ficción
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Película Adolescence
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Año 2025
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Duración Cuatro episodios
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País Reino Unido
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Dirección Philip Barantini
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Guion Stephen Graham, Jack Thorne
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Reparto Stephen Graham, Owen Cooper, Christine Tremarco, Ashley Walters
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Música Aaron May, David Ridley
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Género Drama
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Estreno Miniserie. Netflix.
La supuesta normalidad amanece de golpe desestructurada. No hay tregua. La negación de la realidad, el viaje al fin de la noche es una corriente ... subterránea en el paisaje humano y moral. 'Adolescencia' es en su superficie una crónica inmersiva, apoyada en el uso virtuoso del plano secuencia de principio a fin. En este foco aparente esta magistral y poderosa mirada íntima, familiar y social cabe lo criminal, casi de thriller, que va moldeando lo azaroso, lo inevitable, los fragmentos policiales de un suceso. Pero lo silenciosamente atronador de la pesadilla que aborda 'Adolescencia' es la reconstrucción de un estigma, que va revelando el dolor, la culpa y la incomprensión. El cineasta Philip Barantini y Stephen Graham (ambos artífices de la efervescente 'Hierve') firman un drama puro, rotundo, sin fisuras ni artificios a partir del retrato de un joven acusado de asesinato. Desgarrador, devastador e imponente.
Estructurado en cuatro capítulos, reflejo de otros tantos planos secuencia, confluyen el realismo sucio, la destreza y una potente mirada sobre lo inmediato y lo atemporal, lo interior y exterior, la calle y el terreno acotado, el centro escolar y el hogar. Pero, sobre todo, es un mecanismo planificado al milímetro, asfixiante y angustioso con un agujero negro en su epicentro: la incomunicación. La de padres e hijos, la familiar, la de las fronteras generacionales con sus muros y alambradas escenificadas por las nuevas tecnologías, las redes sociales y sus códigos (de la 'manosfera' a los emojis de píldoras rojas).
A cada capítulo le corresponde un prisma y las aristas del drama: sucesivamente el arranque sensacional y sensacionalista que nos sitúa en el corazón que desencadena el drama y sus criaturas; el entorno y los escenarios que anidan y descosen las posibles causas; una mesa y dos personas, el joven y la terapeuta, en un encuentro tenso, áspero, que derrama autenticidad; y un cierre mayúsculo, emocionalmente finalista y, paradójicamente, cargado de una traumática contención.
La miniserie brilla en la desesperación de sus personajes, se torna estilizada en su vínculo con los espacios y es magnífico el retablo de actuaciones que humanizan su deslumbrante factura técnica. Ser padre en un mundo cuya autoridad reside en las redes sociales. Stephen Graham, cocreador, encarna además a la figura paterna en una excelsa interpretación como ya hiciera en 'Boiling point'. El impacto sutil inicial da paso a un laberinto físico y este a otro mental hasta esa clausura en un pacto con las heridas que nunca cicatrizan y la desazón inherente.
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