Máscaras, rostro, identidad
Embajadores Santander. Ciclo. Jueves. ·
De nuevo el dominio de los espacios en la puesta en escena y esas grietas donde la pátina hipócrita deja entrever la crítica social y el retrato brillante e inteligenteDel roce en la escritura de Billy Wilder y Charles Brackett solo podían salir chispas de ingenio y relámpagos de ocurrencias a cual más sutil ... por ilógica. El disparate pasa por ser un trasunto de Cenicienta con taxista incluido y diálogos donde lo sofisticado (lo exterior y lo interior, lo íntimo y lo sostenido por un decorado) pasa a ser un golpe de vida creativo y tenso.
-
Año 1939
-
País EE UU.
-
Dirección Mitchell Leisen
-
Guion Charles Brackett, Billy Wilder
-
Reparto Claudette Colbert, Don Ameche, John Barrymore, Mary Astor
-
Género Comedia
Todo en 'Medianoche', como en otras comedias magistrales de Mitchell Leisen, parece discurrir en la superficie, en la epidermis y en un estado de encantamiento, como si nada fuese importante. Reparto de estrellas pero tan afinado y armónico en lo coral que no caben chirridos ni patinazos. La Claudette Colbert de 'Sucedió una noche' o 'La octava mujer de Barba Azul', flanqueada por Don Ameche y John Barrymore, conjuga una sucesión de situaciones que sacan punta y algo más al guión de los citados genios.
Del engaño, de lo que parece pero no es, asoma este exponente clásico de 'screwball comedy' –para muchos la mejor película del cineasta (al margen de su tensa relación con Wilder)– que narra la historia de una americana en París. De nuevo el dominio de los espacios en la puesta en escena, la dirección de actores y esos resquicios y grietas donde el romanticismo de salón, la pátina hipócrita, deja entrever la crítica social y el retrato brillante e inteligente de un ecosistema nada banal. Como todo clásico se presenta bajo la máscara de la sencillez, pero detrás se halla el rostro de la complejidad manejada con una precisión y eficacia rotundas. 'Medianoche' participa de muchos de los resortes y factores que están presente en general en el cine de Leisen, caso de 'Una chica afortunada', 'Mentira latente', o 'La vida íntima de Julia Norris', pero la acidez, el delirio, la agilidad y el ingenio se conjugan de manera casi perfecta en el reflejo de sus criaturas, entre lo entrañable y lo pícaro. Una farsa clasista que exuda autenticidad. Como en 'Eva al desnudo', el poso teatral, lo satírico, el engaño y el disfraz quedan aquí hermanados por un sentido primordial de representación y por una incursión con estilete fino en lo irónico y en el retrato irónico sobre roles sociales, imposturas y ese juego sobre la identidad que está en la base del cine de Wilder. Mentira y verdad cruzadas en un enésimo gesto de Colbert. Como si la cámara no existiera. Puro cine.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión