Más rural que thriller
Movistar+. Serie ·
El posible híbrido inicial de suspense, extrañeza y colisión entre la belleza de la geografía y lo sórdido de lo humano, va desmayándose sin remedioNadie duda de la voluntad férrea de contar una historia con vocación de enganche y con raíces en muchos sentidos, pero también con claridad de ... algoritmo. Es decir, unas dosis de esto y de lo otro con el fin de buscar una cierta identidad sin apartarse peligrosamente de la fórmula globalizadora. Y con esta premisa es muy difícil que la fuerza visual o la intensidad interpretativa (aquí muy desiguales) puedan crear una ficción de esas de la que todo el mundo habla. 'Segunda muerte', rodada en modo inmersivo en Cantabria, es sobre todo elogio del paisaje y, más que personaje en sí mismo como sucedía por ejemplo en muchas películas de Manuel Gutiérrez Aragón, aquí es objeto de uso y abuso y resulta más bien una coartada y una espléndida tarjeta postal de thriller rural.
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Año 2024
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País España
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Dirección Alex Rodrigo, Óscar Pedraza
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Guion Agustín Martínez, Isa Sánchez
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Reparto Georgina Amorós, Karra Elejalde, Joel Bosqued, Aria Bedmar
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Género Thriller
Pese a jugar con el impacto en su arranque, peca de estereotipo y afectación, y el posible híbrido inicial de suspense, extrañeza y colisión entre la belleza de la geografía y lo sórdido de lo humano, va desmayándose a medida que avanza la serie, quizá consciente de estar cosida con hilos muy finos y al límite de cada puntada. El juego/duelo de contrastes entre la auxiliar de policía y el exagente de la Guardia Civil, hija y padre, con los valles pasiegos al fondo, resulta muchas veces exento de fuerza, falto de credibilidad o demasiado forzado. Pero el eje y el motor de la historia trata de armarse en torno a esta encrucijada con pocas vibraciones, pese a la mano en la escritura con oficio y eficacia de Agustín Martínez, uno de los integrantes del pseudónimo literario Carmen Mola.
'Segunda muerte' no simula ni disfraza, sino todo lo contrario, su espejo en ese thriller nórdico donde los paisajes existenciales y hondos parecen pedir marcha dramática y desgarrada. Tampoco se aleja de ficciones como 'Hierro' y 'Rapa', que sí han triunfado. El problema de 'Segunda muerte' es la falta de equilibrio, mientras el paisaje cántabro devora las heridas y cicatrices que abren los conflictos supuestamente en carne viva, pero el interés se diluye en un duelo familiar endeble que salvan los actores. Los directores Alex Rodrigo y Óscar Pedraza tienen la lección aprendida, pero no arriesgan. Por ejemplo, emplean con destreza los cambios de rumbo para desorientar al espectador, pero más como mago con sus trucos que como un verdadero asidero para sostener los duetos de la trama: protagonistas/secundarios, vida y muerte/ memoria y olvido/ luz y oscuridad. Al viento del norte que parece cruzar la entraña de la serie le falta esa textura en el libreto que abrace el paisaje en igualdad de condiciones.
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