
Ventanas indiscretas
Bonifaz. Filmoteca de Cantabria. Esta semana. ·
Un progresivo estado temeroso entre el microcosmos y el retrato plural de personajes que se mueven en una ciénaga, a modo de red social físicaSecciones
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Bonifaz. Filmoteca de Cantabria. Esta semana. ·
Un progresivo estado temeroso entre el microcosmos y el retrato plural de personajes que se mueven en una ciénaga, a modo de red social físicaLa cosa va de inquilinos, de comunidad y vecindad. Y ello se traduce en ventanas discretas y, muchas más, indiscretas. Es thriller, retrato de distancias ... cortas y juego dialéctico entre lo individual y lo colectivo. Y, sobre todo, una muy sólida inmersión en el miedo, en esa atmósfera social donde la búsqueda de seguridad ante lo inesperado o desconocido e innombrable, se torna fragilidad e incertidumbre. Hasta podría hablarse de la implantación de un progresivo, reducido pero, al cabo, régimen de terror entre la desconfianza y ese contagio de los temores primarios.
Año 2023
País Alemania
Dirección y guion Asli Özge
Reparto Luise Heyer, Felix Kramer, Christian Berkel, Timur Magomedgadzhiev
Género Terror
Hay una pista puramente informativa que revela buena parte de la identidad e intenciones objetivas de este filme de la cineasta Asli Özge: el hecho de estar producido por los hermanos Dardenne, artífices de algunos de los títulos más reveladores de la mirada social europea, sin el acento político abierto de cineastas como Ken Loach. En lo aparente, el filme se instala en un inmueble deteriorado, con su patio, que va a ser remodelado y reconvertido en otro exponente de la gentrificación, aunque nunca haya alusiones directas ni mensajes ni ideas.
El espacio es otro personaje y el tono es el de una historia claustrofóbica, que discurre en un pulso entre lo privado y lo público, la propiedad y lo habitado y la soledad, esa normalidad que asusta y lo puramente inquietante. No hay resquicios. La especulación y la vigilancia componen un tándem sobre los vínculos humanos entre fricciones, violencia soterrada y conflictos. Asli Özge, turca residente en Berlín, construye con mucha destreza un progresivo estado temeroso entre el microcosmos y el retrato plural de personajes que se mueven en una ciénaga de rumores, falacias, sospechas, chismes y prejuicios, algo así como una red social física. Lo que consigue 'La caja de cristal' es crear un territorio acotado por lo obvio y lo que se intuye para mostrar esa facilidad que posee la sociedad a la hora de transparentar su desmoronamiento. El filme mezcla muy claras influencias para crear otro monstruo efectivo: 'El ángel exterminador' de Luis Buñuel se encuentra con todas las referencias vinculadas al absurdo. Y el milagro de 'La caja de cristal', diseño de sonido incluido, es desde la calma y la serenidad su lucidez para mostrar todas las aristas de la hostilidad humana. Un simbólico y poliédrico paisaje sociopolítico sobre lo opaco del poder.
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