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La luz de Bermejo siembra 'El jardín de las nubes'
La Fundación Caja Cantabria, en colaboración con el MAS, abre mañana en Casyc la muestra del artista fallecido hace un año, que plasma en 17 obras, varias inéditas, su vinculo con la naturaleza
Sus obras delataron siempre una complicidad entre su mirada sobre el mundo y la naturaleza. De tal modo que, con el estudio como médium y ... la luz como materia prima, se generó una extensión natural entre creación y entorno. Fernando Bermejo, artista cuya trayectoria internacional se detuvo en un determinado momento ante los hayedos de Esles, falleció hace un año. Aunque se celebró ya algún antecedente, una muestra con piezas inéditas alumbra desde mañana lo esencial del universo del artista.
El árbol y la figura humana, lo pequeño y lo grandioso, la noche, las luces y las sombras transitan simbólicamente toda su creación, como un mantra casi místico y como un cobijo que identificó siempre sus inquietudes. «La gente que pasea absorta en sus cosas por las grandes ciudades me recuerda a la imagen de un bosque, porque al final todo está en movimiento», decía. La Fundación Caja Cantabria, en colaboración con el MAS (que ya albergó una muestra anterior en esta nueva etapa tras su reapertura), abre la exposición bajo el epígrafe 'En el jardín de las nubes', que recoge 17 obras.
Son principalmente cajas de luz, pintura sobre tabla y sobre papel y una escultura en una propuesta que se plantea clave para acceder al conocimiento de la evolución de Fernando Bermejo, según subraya Juan Muñiz, director de la Fundación. «El manejo de la luz es uno de los elementos esenciales en su obra, de expresión monocromática, bien con luz inducida como en las sugerentes cajas, bien con luz reflejada sobre los papeles impregnados de plata. Y siempre con una fascinación inequívoca por la naturaleza, sus formas y sombras», detalló.
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La relación que mantenía Bermejo (1949-2024) con el entorno natural de la población en la que vivía bien podría definirse como de «absoluta comunión estético-contemplativa», más allá del inevitable hecho puramente vivencial cotidiano. Nada más establecerse en Esles «comenzó a tomar contacto con los diferentes espacios naturales que circundan el pueblo y especialmente con El Hayal, monte que se alza grave y sinuoso sobre el caserío y a su vez bajo la más alta e imponente presencia del macizo de Somo Noja».
El título de la exposición responde a una de sus obras, 'El jardinero de las nubes', adoptando así una pequeña transformación que viene a ampliar en calidad y en cantidad el espectro temático de su trabajo: «Del bosque al jardín; de los árboles a las plantas y las flores; de la abertura mayor o menor de la perspectiva paisajística a los paseos íntimos entre parterres; de las soledades contemplativas del pintor a necesitar incluir también en ellas la figura humana». El hayedo fue así una fuente inagotable de dibujos, pinturas, fotografías, escenografías e instalaciones desde los años noventa hasta los últimos momentos de su vida.
Su estudio de Esles y esa geografía tuvieron como cordón umbilical las imágenes previamente captadas con diferentes cámaras fotográficas. Desde la Fundación se reivindica ahora su excelencia como fotógrafo, una actividad concebida como el complemento ideal que subyace en la mayor parte de su producción pictórica; «una excelente herramienta o 'varita mágica'» en su trabajo de las cajas de luz, «cuya original realización técnica, de delicada y compleja ejecución pictórica, ha sido muy admirada más allá de nuestras fronteras».
Como artista la muestra ratifica que Bermejo estaba dotado de «un enorme talento y una gran sensibilidad, cualidades que nos llevan a establecer un vínculo ideal, no más, entre Bermejo y Claude Monet, tan admirado por nuestro pintor, como también poeta de la mirada, cualidades reforzadas por un ambiente familiar provisto de una receptividad apasionada por los mismos temas».
Polifacético, las bienales de São Paulo, El Cairo, Alejandría y Ammán, a través del Pabellón español, abrieron la espita de su celebrada trayectoria forjada en decenas de exposiciones. Desde los 70 representó a la pintura española en países como Brasil, Japón, Egipto, Emiratos Árabes, Jordania, Estados Unidos, República Dominicana, o Portugal. Sus muestras individuales en España se sucedieron en Madrid, Barcelona, Avilés, Palma de Mallorca, Las Palmas de Gran Canaria, Zaragoza, Valladolid, Cáceres, Sevilla, Bilbao... A ellas hay que sumar su paso por Francia, Estados Unidos, Marruecos, Venezuela y México, entre otros países
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