Borrar
Chambao actúa este sábado en Bilbao.
«No me gusta mirar la vida por la ventana»

«No me gusta mirar la vida por la ventana»

Lamari de Chambao encara su gira por salas pequeñas con la firme intención de emocionar: «Quiero atrapar el corazón de las personas y quedarme con él durante dos horas»

Silvia Cantera

Miércoles, 15 de febrero 2017, 15:27

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Confiesa que no tiene miedo a los cambios. Le gusta aprender de ellos y evitar recrearse en el pasado. Lamari lidera Chambao en solitario desde hace más de una década, un tiempo en el que ni el cáncer la ha separado de la música. 'Nuevo ciclo', el disco que presenta este sábado el Bilbao y con el que próximamente viajará a Vitoria, Zaragoza y Santander, guarda la esencia de un viaje que hizo por Argentina y Uruguay: «Me flipó tanto que me quedé tres meses».

Con la fusión como sello de identidad, Chambao recala en el Kafe Antzokia con la intención de hacer un concierto en el que «canciones antiguas y de 'Nuevo ciclo' conviven muy bien por el mimo y el trato que se les ha dado». Lamari se crece en los espacios reducidos, que siempre se prestan más para llegar hasta la emoción: «Lo que quiero es atrapar el corazón de las personas y quedarme con él durante dos horas». Aunque para ello necesita la colaboración de sus seguidores. «En un concierto el 50% lo pone el público. Ellos son nuestro factor sorpresa, y con aforos reducidos tengo la posibilidad de desarrollar una especie de conversación con el público».

'Nuevo ciclo' suena un poco a Uruguay y Argentina, dos países en los que estuvo de viaje antes de meterse al estudio.

Era algo que tenía pendiente. En 2004 estuvimos en Argentina y hubo una especie de enamoramiento. Pero realmente este 'Nuevo ciclo' es fruto de varios viajes. Marruecos está plasmado en 'Aquí y ahora' y hay otro tema más folk que se llama 'A veces' que viene de una escapada a Picos de Europa con un equipo de espeleología...

¿Qué le atrapó de aquel viaje por Sudamérica?

Decidí ir a cabo Polonio, cerca de Montevideo en Uruguay, para airearme. Me dijeron que allí siempre había música sonando. Es todo dunas y playas, no hay luz ni agua potable y te levantas y te acuestas con el sol. Te bañas en el mar y hay solo una tiendecita que es donde te compras la comida que te comes en el hostal. Allí no hay hoteles ni restaurantes ni nada. La gente suele hacer 'hostels' de sus propias casas; allí es turismo de mochila. Me flipó tanto que me quedé tres meses. De ahí nació 'La Raíz', de una familia que conocí y que llevaba el hostal 'Aloha'. Son una familia muy bonita. Me llamaban hermanita y tenían muy buena energía. La canción me salió entera allí y les propuse que participaran. Se metieron en Montevideo en un estudio, hicieron un poco de ritmo de candombe y acabamos incluyendo también chacarera.

¿Continuarán estas influencias con usted o cree que en futuros trabajos fusionará otros estilos?

Yo soy así de impersonal (risas). Me dejo influenciar por todo y vendrán nuevos estilos. Siempre que puedo me aparto un mesecito o quince días. Sola además, porque me alivia. Cuando estás de gira siempre estás con alguien, cuando no es el público es la banda. Y aunque disfrute esa parte de mi trabajo, me gusta irme con mi mochilita a otro país. Intento descongestionarme un poco de tanta información y al mismo tiempo abrir todos los poros. Cuando viajas sola, vas con la apertura de turista y todo te cae bien, y tu instinto animal sale más que nunca. Es cuando más esponja soy para dejarme influenciar y llevarlo a canciones.

Acostumbrada a fusionar, ¿se le ha resistido algún estilo?

No, porque son como impulsos. No es algo estudiado, no es tan meditado. Hasta ahora no lo ha sido. No pienso en mezclar una cosa con la otra. Lógicamente el flamenco está ahí porque me encanta. Pero mi estilo no es el flamenco añejo. Aunque aprendo mucho y sigo siendo muy seguidora del flamenco puro, no tengo garganta para ponerme a cantar este estilo. Y en directo necesito un concierto con un bajo y una batería.

Para la foto de portada escogió una imagen de su pecho. Debido a la operación, prefirió retocarla. ¿Sigue pensando que es la mejor opción pese a que no se corresponda con su realidad?

La decisión de poner mi torso era más por mostrarle a la gente de dónde salen todas estas canciones, pasiones y emociones. Desde el corazón y desde el centro de mi pecho. Por el amor a la música y todo lo que he sentido coproduciendo el disco. Pero mi intención no era enseñarle mi pecho a la gente. Si no se verían los pezones enteros y ya está. Mi cuerpo no es diferente al de nadie salvo porque tengo una teta más pequeña que otra porque no me la he operado después de que me quitaran el tumor. Mi intención no es mostrarle ese morbo a la gente, enseñarle mis cicatrices. Creo que no tiene ningún interés nadie. No era mi intención. Por eso optamos por retocarla. La historia era un poco de simetría y que sea una portada poética.

¿Qué le sugiere la palabra cicatriz?

Detrás de una cicatriz hay dolor y mucho superado. Me sugiere mi día a día. Tengo cicatrices por todos lados, no solo en el pecho. También me he caído y me he dado golpes. Para mí las cicatrices son vida. Quien llega a viejo sin una sola cicatriz en el cuerpo es como si no hubiera vivido.

«No soy partidaria de ir con cuidado»

Es una mujer directa. ¿Alguna vez ha tenido reparos por exponerse demasiado?

Desde que empecé mi carrera en solitario, desde 2005 para aquí, ciertas personas me han recomendado que no me exponga tanto, que las canciones en vez de en primera las escriba en tercera persona, que tenga cuidado con lo que digo en las entrevistas... Te dan consejos, pero yo no soy partidaria de ir con cuidado por la vida. Prefiero partirme la cara veinte veces contra el suelo. Me gusta vivir. No me gusta ver la vida por la ventana. Y cuanto más me equivoque más vivido tengo, y más aprendo. No me quiero ir intacta de este mundo. Quiero irme sabiendo que he vivido.

Tiene mucha vitalidad.

Tampoco soy una kamikaze que va por ahí buscando el peligro, soy más bien tranquila, pero me gusta divertirme. Y me gusta que me den consejos, pero luego hago lo que me dé la gana. Es algo que siempre me ha dicho mi madre que hago, desde chiquitita. Pero es que luego tú, dentro de los consejos que te den, no concluyes con algo tuyo, no tienes tu propio criterio, tienes el de otra persona.

Defiende que parte de esa garra la ha obtenido del atletismo, que practica desde pequeña

El deporte me encanta y sigo practicándolo hoy en día. El cuerpo lo agradece, pero la cabeza es 'exagerao'. Es tu momento. El atletismo me vale para entrenarme sobre esto y vivir ese presente. El tema de ir corriendo por la vida es una metáfora. Yo era muy pequeña y no había competiciones para mi edad en velocidad, que era mi punto fuerte. Entonces me metieron en fondo para que compitiera y no me quedase en el banquillo. Me ayuidaba a dosificarme. A veces me ponían con cadetes siendo alevín. Pero aun así quedaba tercera.

¿Y alguna de esas enseñanzas las ha extrapolado a su día a día?

El otro día nos preguntó mi entrenador si habíamos escuchado que el éxito viene del esfuerzo. Todo el mundo dijo 'sí, sí, sí'. Y nos respondió: '¡Pues es una mierda! El éxito no es solo esfuerzo, es también creatividad. Porque por mucho que te esfuerces, el resultado va a ser siempre el mismo, pero si le añades creatividad, el resultado será diferente y alcanzas tu meta'. Yo intento ponerme a prueba en este sentido. Al esfuerzo le añado un riesgo, que a lo mejor de puertas para fuera no supone un riesgo, pero lo es para mí. No por buscar el éxito sino por seguir sintiéndome enamorada de lo que hago. Creo que es el puntito mío para estar en esta ilusión después de tantos años.

«Prefiero que me asalte la inspiración»

¿Ha empezado a pensar en su próximo disco?

Ideas de canciones sí que tengo. Voy notando ese gusanillo; con cualquier cosa ya escribo algo en el móvil o en una libreta y es una sensación de que ya estoy en el proceso creativo. No soy muy disciplinada. Prefiero que me asalte la inspiración a ponerme a ello por no pasar por el momento de frustración. Pero sí que me noto, por tonterías, que ya tengo la energía de la creatividad, de empeñarme en otro disco.

¿En qué línea irá?

Aún no lo puedo contar, pero tengo pensado un cierre de Chambao para empezar otra etapa especial. Probablemente sea en 2019. Pero el proceso está ahí empujando. Yo voy por cambios, por etapas, me gusta ir cerrando.

Y una vez que cierra una etapa, ¿no vuelve a mirar atrás o tiende a ser muy nostálgica?

El cariño, el contacto, el amor de las cosas que me han pasado sigue existiendo. De hecho, siguen coexitiendo en mí, en mi día a día. Pero eso no quita que cuando cierro, cierro. Y adiós. No suelo estar con un pie aquí y otro ahí. Me gusta ir hacia delante con la decisión que haya tomado porque no es a lo loco, es meditada. Después de meditarlo, si le meto mano, ya es algo fijo; no estoy para delante y para atrás porque me cansa. No soy de las que ponen el despertador tres veces para levantarme. Lo pongo una vez y me levanto.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios