La restauración del frontón Beti Jai, obra del cántabro Joaquín de Rucoba, Premio Nacional
El edificio singular de la arquitectura del hierro, ubicado en el madrileño barrio de Chamberí, fue diseñado en 1894 por el arquitecto laredano
La recuperación de una joya del patrimonio, recientemente recobrada en Madrid, el frontón Beti Jai, ha sido galardonada con el Premio Nacional de Restauración y ... Conservación de Bienes Culturales 2025. El galardón, concedido por el Ministerio de Cultura, está dotado con 30.000 euros. El frontón fue proyectado por el arquitecto laredano Joaquín de Rucoba (1849-1919), se inauguró en 1894, se cerró al juego de pelota en 1897 y acogió, entre 1904 y 1909, el Centro de Ensayos de Aeronáutica de Leonardo Torres Quevedo. El jurado destacó esta rehabilitación «no solo por los valores de una intervención de restauración arquitectónica ejecutada conforme a sólidos criterios y metodología contemporánea de tratamiento de bienes culturales, sino que además se cimienta sobre la acción jurídica de protección de un bien singular y se desarrolla, cada día, mediante colaboración entre la sociedad civil y el gobierno municipal». El Ayuntamiento de Madrid inauguró este espacio hace un año en la calle Marqués del Riscal nº 7.
Las claves
Entre 1904 y 1909
Cerrado al juego de pelota en 1897, acogió el Centro de Ensayos de Aeronáutica de Leonardo Torres Quevedo
En los talleres de la cancha
El inventor de Iguña construyó telekinos, caso del primer coche eléctrico teledirigido de la historia
Icono de la arquitectura del hierro, tuvo su momento de mayor esplendor a finales del XIX y principios del XX, convirtiéndose desde su apertura al público en 2024 en uno de los templos del juego de pelota en la capital. Cultura destaca el impulso ciudadano, canalizado a través de la Plataforma Salvemos el frontón Beti Jai. La Comunidad de Madrid lo protegió en 2011 como Bien de Interés Cultural dado que era un inmueble que estuvo a punto de colapsar. El frontón abrió sus puertas al público el pasado año, además del centro de interpretación y un programa de actividades culturales y deportivas, en el que han participado ya más de 145.000 personas. Los distintos usos que tuvo el edificio en sus 130 años de historia ya fueron estudiados en profundidad por la historiadora cántabra, especialista en patrimonio, Montserrat Cubría Piris. Por su parte, el profesor e investigador Francisco A. González Redondo ha reivindicado la huella de Torres Quevedo en ese espacio. En los talleres instalados en el frontón construyó varios telekinos. Con uno realizó en la cancha del Beti Jai el radiocontrol del primer coche eléctrico teledirigido de la historia. Con los otros controló remotamente dos botes eléctricos, en el estanque de la Casa de Campo y en el Abra de Bilbao.
En el Centro de Interpretación actual puede verse la documentación original y la maqueta del dirigible construida en el taller del Espacio Leonardo Torres Quevedo de La Serna de Iguña. Y se lee la frase grabada en piedra: «El frontón Beti Jai tiene que estar a disposición de la ciudadanía. Puede tener muchos usos, pero en cualquier caso hay algo que no se puede evitar, que es honrar la memoria de Leonardo Torres Quevedo».
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