El jubilado del teletexto
Joaquín Valverde, un periodista retirado de 85 años, escribe la página 557 «por amor y sin cobrar ni un duro».«Quiero devolver a TVE lo que me dio en 30 años»
MIGUEL ÁNGEL ALFONSO
Domingo, 6 de marzo 2016, 12:05
Joaquín Valverde Sepúlveda (Guadix, Granada, 85 años) no ha faltado nunca a su cita diaria con la página 557 del teletexto de TVE desde que empezó a escribirla en 1997. Allí tiene su hueco la sección 'Ayer, como quien dice.', donde recuerda efemérides como nacimientos, acontecimientos históricos o estrenos teatrales. Lo hace en un medio que, en plena era de internet, se resiste a jubilarse. Como le ocurrió a él, cuando en 1990 le pidieron que abandonara, a sus 63 años, su puesto en el departamento internacional de RTVE para engrosar la lista de pensionistas. «Es una forma elegante de decir que me largaron a la calle», puntualiza. Lo fácil hubiera sido quedarse en el sofá de casa, siendo mero espectador de una televisión que él contribuyo a crear, pero en vez de eso, ya va camino de publicar 7.000 teletextos.
«Para mí es una necesidad fisiológica estar siempre activo. Lo que más me pregunta la gente es si cobro algo por este trabajo, pero no, lo hago por amor, sin cobrar un duro. Mi intención es devolver a TVE todo lo que me ha dado en 30 años de profesión, lo sentía como una obligación», explica tajante. La única contraprestación que pidió antes de comprometerse fue «que las páginas estuvieran firmadas con mi nombre». Por eso presume, con la boca pequeña, de ser el periodista que más páginas ha firmado en este país, y no va desencaminado.
Al principio entregaba las efemérides en papel, hasta que los responsables del teletexto le llamaron a capítulo para que se cambiara al correo electrónico. Tocaba entenderse con las nuevas tecnologías y Valverde tuvo que pedir ayuda a sus dos hijos, de los que habla con gran orgullo (uno es arquitecto, el otro gemólogo), y gracias a ellos ya envía los textos a través del ordenador, o como él lo describe: «Una máquina de escribir muy buena». Ahora dedica los tres meses del verano a elaborar todo el trabajo de un año y por eso ya tiene cubiertas las páginas de 2016, «no me gusta faltar», reconoce.
Y quién piense que los lectores del teletexto no se toman en serio este medio, se equivoca. Los pocos gazapos que ha cometido Valverde a lo largo de estos años se los han hecho saber. «Hace poco me llamó un amigo y me dijo '¡por fin te he cazado un gazapo!', dije que Dámaso Alonso era Premio Nobel, y no lo es. En otra ocasión me llamaron para decirme que había un error y todo porque escribí que Salvador Dalí había nacido en 1924, cuando realmente lo hizo 20 años antes. ¡Hay que meter la pata de vez en cuando!», se ríe. De lo que está casi seguro es de no haber repetido ninguna página, «al menos de forma consciente, porque eso no me parecería de recibo».
A parte de su sección, en el año 2000 cada lunes escribía 10 páginas dedicadas al 500 aniversario del nacimiento de Juanelo Iturriano, ingeniero hispano-milanés de la corte del emperador Carlos V. Esto lo repitió de nuevo en 2005 con motivo del quinto centenario de la publicación de la primera parte de El Quijote. «Me daba pena que aquellos trabajos a los que tanto tiempo había dedicado se quedaran perdidos en el teletexto y edité un libro que se llamaba 'El retablillo de maese Don Quijote'», recuerda Valverde.
Ese fue el punto de partida que le hizo plantearse dedicar el resto de su tiempo libre a la escritura de libros. «Tengo ya cuatro libros sobre los tercios y estoy tratando de completar la pentalogía ¡Yo no me ando con chiquitas como verás! También tengo algunas novelas sin publicar, como una escribí en 1976 y de la que mi amigo Forges me diseñó la portada», recuerda.
De mozo a programador
Su relación amorosa con TVE comenzó en 1968, cuando la cadena daba sus primeros coletazos. Viajó desde su Guadix natal para entrar a trabajar como auxiliar de mozo de almacén, «subiendo y bajando latas de un lado para otro», y doce años más tarde ya se había convertido en programador. Posteriormente llegaría a ejercer como periodista en el Telediario que presentaba Luis Mariñas. «Recuerdo esa época con un cariño y ahora hecho muchas cosas en falta de las que había entonces, por ejemplo, 'Estudio 1'», comenta.
Una carrera meteórica para alguien que reconoce una y otra vez que solo estudió «hasta segundo de Bachillerato» y que atesora el carné de prensa que le dieron tras largos años de trabajo como su título más valioso. «Me he movido sin ningún problema entre catedráticos y gente de mucha altura. Teniendo buena voluntad y con ganas de hacer cosas se puede llegar a cualquier sitio». Fue ese buen hacer y ese esfuerzo el que le valió un Premio Ondas en 1975, «pero cuenta en el reportaje que no solo me lo dieron a mí, que fue un reconocimiento a todo el equipo del 'Telediario'», suplica humildemente. Su vida laboral arrancó ayer, como quien dice, y a Valverde le queda cuerda para rato.