«La literatura es una exaltación de la vida y la razón por la que yo escribo»
Manuel Vilas repasó su trayectoria en los Martes Literarios de la UIMP donde anunció la próxima publicación de un poemario y que ultima «el que será mi libro más importante»
UIZ
santander. «Soy un vitalista. La vida me parece que es un don que hay que celebrar y la literatura es una exaltación de la ... vida y la razón por la que yo escribo». Más que una declaración de intenciones Manuel Vilas (Barbastro, 1962) se presentó en el primer Martes Literario de este curso –la veterana tribuna literaria de la UIMP que organiza junto a El Diario Montañés» como un aragonés que no ha perdido el sentido del humor y al que, según afirmó, le cuesta hablar en serio «porque hacerlo es como aceptar que te crees todo lo que pasa en el mundo». Pero el autor de 'Ordesa' (Alfaguara) o su novela más reciente 'El mejor libro del mundo' (Destino) también anunció en el Paraninfo de La Magdalena, que se llenó en esta primera sesión de los Martes Literarios, que el próximo mes de septiembre publicará un nuevo poemario que llevará por título 'Ciudades en venta', en el que expresa sus pensamientos sobre «todas estas cosas que están pasando en el mundo» y que también está escribiendo una novela de la que no quiso desvelar ningún detalle, pero de la que está seguro «va a ser la más importante de mi carrera por todas las cosas que cuento en ella».
Vilas, ganador del Premio Nadal en 2023 por la novela 'Nosotros', mantuvo un diálogo con Guillermo Balbona, redactor jefe de Cultura de El Diario Montañés, en el que apuntó su forma de ver y vivir la literatura. «Una obsesión y una droga que hace estragos para todos los escritores porque dedicamos todo el tiempo del mundo a pensar en ella», dijo.
En su caso suele mezclar experiencias personales –sobre todo en 'El mejor libro del mundo'– con ficción sin perder ese humor del que presume. «A lo mejor es porque soy aragonés y allí tenemos un sentido del humor salvaje, pero creo que es una mano tendida al lector y la tolerancia. También creo que el humor es una crítica a la autoridad y un ejercicio de la libertad que sirve para despegarse de la solemnidad y de la superstición».
En su caso es algo inevitable, hasta el punto de que según comentó, a modo de anécdota –y enumeró unas cuentas durante todo el acto– «cuando escribí 'Ordesa', que es un libro de luto, un drama una novela dedicada a la memoria de mis padres, hubo gente que me llamó para decirme que no había parado de reírse».
«Me aburre la gente que se pone estupenda con la distinción de géneros literarios»
«Cuando un libro nos llega al corazón hace que nos sintamos menos solos y ese es el milagro»
Y si 'Ordesa' estaba dedicada a sus padres, también confesó que el título de 'El mejor libro del mundo' está inspirado en su madre, «que durante toda su vida presumió de hacer la mejor tortilla de patatas del mundo». Ella también fue la que le dio los dos mejores consejos de su vida según confesó «los más sabios y eso que era una ama de casa que carecía de títulos universitarios y de másteres, pero me dijo que procurara no ser un muerto de hambre y que eligiera la profesión que eligiera no fuera el último mono».
Hasta que no alcanzó su mayor éxito literario con 'Ordesa' – «cuando me empezaron a invitar a fiestas y sobre todo a ferias literarias»– fue uno de esos escritores de culto «que es lo peor que le puede pasar a un autor porque no gana un duro». Y en esas ferias y esos encuentros también descubrió que en la literatura «al igual que pasa con la civilización humana, se construyen jerarquías» por lo que ha vivido diversas situaciones que le divierten mucho en las que un lector con el que estaba conversando le dejaba con la palabra en la boca en cuanto aparecía en el mismo espacio otro autor más exitoso.
Sin embargo, esto no ha impedido que siempre escriba lo que le apetece y sobre todo moverse entre los distintos géneros literarios. «Es más, me aburre la gente que se pone estupenda ante la distinción de géneros porque la poesía, aunque de forma camuflada está presente en todas mis obras. Al igual que lo está en 'Cien años de soledad' de García Márquez o en los diálogos que Cervantes escribió para Don Quijote». Así que nunca piensa en los riesgos cuando escribe porque cree que la coherencia, algo que considera esencial en un escritor, «es decir lo que tienes que decir sin miedo y, sobre todo, no medir como va a ser recibida tu frase».
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También se declaró dependiente de sus lectores. «Mi oficio tiene que ver con vosotros y si no hay nadie al otro lado no funciona», aseguró al tiempo que reconoció que entre el lector y el escritor «se fragua una amistad muy bonita aunque no se vayan a ver nunca y que esa amistad significa que van a dejar de estar solos. Cuando un libro me llega al corazón hace que me sienta menos solo y ese es otro de los milagros de la literatura. Aunque la soledad sea elegida, la vida humana es una necesidad permanente del otro».
Otras de sus afirmaciones durante esta primera sesión de los Martes Literarios es que «una buena novela tiene que llevar una bomba atómica dentro» y además reconoció que «en cierta forma los escritores somos como chuchos abandonados que necesitamos ser queridos».
Manuel Vilas abrió una tribuna por la que pasarán durante este verano Manuel Vicent –el próximo día 24 de este mes de junio– Cristina Oñoro, Manuel Rivas, Inés Martín Rodrigo, Pedro Olalla, Javier Moreno Luzón, María Belmonte y que cerrará el 2 de septiembre, Aixa de la Cruz.
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