Lucía Viñuela Salas
UIMP 2025 ·
La entidad honra el legado de la científica «haciendo circular el talento» y apostando por los jóvenesMargarita Salas no llegó a conocer el proyecto que desde hace un par de años expande su legado y estimula vocaciones científicas por España y ... el mundo adelante, pero en esta Fundación están convencidos de que la investigadora asturiana aplaudiría la labor que hacen en su nombre. Precursora de la biología molecular de maneras renacentistas, Salas falleció en noviembre de 2019, a los 80 años, y fue en su despedida, en el mismo tanatorio, donde se fraguó su Fundación. «A veces las cosas surgen en espacios que no imaginas», concede Lucía Viñuela Salas, presidenta de la entidad, hija de Salas y de otro pionero español de la biología molecular, Eladio Viñuela. Con el mejor de los tientos tratan ella y su equipo de plasmar en becas y programas lo que representa el nombre de Margarita, esto es, «excelencia, rigurosidad y buen hacer. No podría ser de otra forma».
La pasada semana, participó en la inauguración de la XXIV Escuela de Biología Molecular Eladio Viñuela-Margarita Salas de la UIMP. «Lleva celebrándose 24 años de forma ininterrumpida, excepto el año de la pandemia, tan atípico. Es un orgullo tremendo que una escuela que nació poco después del fallecimiento de Eladio, hace 24 años, ahora lleve también el nombre de Margarita Salas a propuesta del rector, Carlos Andradas. Que la UIMP haya apostado y siga apostando por una escuela que funciona de maravilla es un orgullo y un lujo», revela Viñuela Salas.
Esta edición suma 66 estudiantes, el doble que el verano pasado, y la Fundación ha aportado 18 becas completas a esta causa formativa. Como escuela de verano que es, el encuentro propicia el debate sobre los últimos avances de la disciplina y hacerlo con ponentes que, en muchos casos, son discípulos de Margarita –los 'margaritos', el cariñoso apelativo que usa la Fundación– y Eladio. Los investigadores Luis Blanco Dávila y Miguel de Vega José se han puesto al frente del encuentro que acoge la UIMP. «Lo han hecho con el máximo compromiso», certifica Viñuela Salas, y lo han hecho procurando que haya «representación» de ambas escuelas en cada seminario o ponencia. «Es un homenaje bonito a Margarita y Eladio» y prueba de ello son dos de los científicos que han abierto esta edición: la investigadora Yolanda Revilla, «una de las personas que se mantuvo al frente del grupo de la peste porcina africana que lideraba Eladio», y José María Almendral, «un primera figura». «Es un orgullo que las escuelas de ambos sigan tan vivas», subraya Viñuela Salas.
La Fundación que preside está de mudanza. A falta de detalles, se ha instalado en el edificio del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) Margarita Salas del CSIC, que es algo así como volver a casa. Fue en ese lugar donde arrancó la carrera de Margarita Salas, discípula de Severo Ochoa hace más de seis décadas. También Eladio Viñuela hizo allí su tesis doctoral. «Cuando el CSIC me propuso instalar la sede de la Fundación en el CIB Margarita Salas nos pareció un honor. Y constata el compromiso que el Consejo Superiormantiene con Margarita y la confianza que depositan en la Fundación».
Al margen de la sede central, la intención de la Fundación es tener presencia en todo el país. En octubre desembarca en Cantabria, donde abrirá un Aula Margarita Salas en una localidad aún por determinar. «Yla meta es aterrizar en más puntos de Cantabria», apostilla Viñuela. Esta aula pertenece al Programa Dinamizadores Steam (siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas) para alumnado de Primaria en «zonas rurales y barrios urbanos desfavorecidos». «Niños y niñas aprenden ciencia de una forma amena, pero rigurosa y exigente, por lo que pedimos el máximo compromiso a las familias. Queremos seguir aterrizando en más territorios y, en lugar de ser 210 niños, queremos doblar esa cantidad, llegar a 600. Es un programa que está creciendo de forma espectacular teniendo en cuenta que solo llevamos dos cursos».
El programa de Mentoría y Prácticas para alumnado universitario y de FP no empezó con tan buen pie, y, de hecho, Viñuela y su equipo están repensando el formato. Sin embargo, a pesar de estrenarse a medio gas, hubo varias empresas grandes, de la talla de Danone, interesadas en participar. Margarita hubiera estado contenta. «Nuestro objetivo es hacer circular el talento, que se pueda fichar talento Steam de excelencia, eso para Margarita era muy importante. Y que surja la oportunidad de hacer estancias en EE UU, en Francia, Alemania..., pero que luego [los investigadores] puedan volver en unas condiciones laborales dignas».
Volver es clave, la clave. «Que dé igual si es a Asturias, Cantabria o Canarias: el objetivo es que puedan volver a sus orígenes en unas condiciones económicas y laborales favorables». ¿Y los Gobiernos españoles han trabajado en este sentido? «Hemos abierto mucho la mente, también a raíz de la pandemia, pero todavía estamos a años luz de invertir en contratos dignos con respecto a profesionales de los ámbitos Steam, y en hacer que tengan una garantía de continuidad. Eso no ocurre en otros países de nuestros entorno, o en EE UU. Se va mejorando, pero hace falta seguir trabajando para que los científicos tengan garantía de continuidad y estabilidad», reivindica Lucía Viñuela.
La Fundación contribuye a la causa con programas de «excelencia educativa», tratando de «visibilizar» la ciencia y «apostando por el talento de los jóvenes». No es fácil. «Somos un equipo pequeño, trabajamos mucho, nos cuesta mucho y en este país no existe una ley de mecenazgo como, por ejemplo, en EE UU. Se nos están abriendo muchas puertas pero es que no dejamos de pedalear y de tocar todas las puertas para que la 'familia de los margaritos' va siendo cada vez mayor».
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