Otra protesta propalestina pone en jaque a La Vuelta y revienta la etapa de Bernal
La organización decide prescindir del puerto final debido a los manifestantes, que llegaron a talar un árbol junto a la carretera, y el alavés pierde el sprint con Bernal, el ganador
Iván Benito
Martes, 9 de septiembre 2025, 17:13
El polvorín de las protestas propalestinas en La Vuelta ha vuelto a causar otro final de etapa deshonroso para la carrera. Una manifestación multitudinaria en ... el puerto final, ubicada a tres kilómetros de meta, ha sido incontrolable para la Policía. La organización ha tenido que volver a actuar con celeridad e improvisar una línea de meta en el pueblo de Mos. Antes, ya se ha visto obligada a intervenir cuando se han encontrado un árbol talado cruzado en la carretera, antes del inicio del Alto de Prado.
L'organizzazione ha dovuto intanto occuparsi di un albero che era stato tagliato e fatto cadere sulla sede stradale ai piedi dell'Alto de Prado, in località Morgadans #LaVuelta25 pic.twitter.com/0FVKSDeiWx
— SpazioCiclismo (@SpazioCiclismo) September 9, 2025
Cuando los escapados rodaban a 14 kilómetros de meta, se les comunicaba que todo acababa a falta de 8. Las protestas se habían desbordado y nada parecía garantizar la seguridad de los ciclistas si no había modificación alguna. Con lo que todo acabaría sin fuegos artificiales. Dos etapas ya modificadas sobre la marcha. El caldo de cultivo toma ya una dimensión con la que parece complicado seguir así hasta Madrid.En cabeza de carrera estaban Mikel Landa y Egan Bernal. Dos ciclistas perseguidos por el infortunio en los últimos tiempos. Con ganas de desquitarse. De golpe, se les cambiaba el plan. No se jugarían el triunfo cuesta arriba, como les hubiera gustado. Sería cuesta abajo. En un sprint descafeinado en el que se impuso el colombiano.
El del Ineos fue el primero en cruzar una línea más propia de una carrera amateur. Con un juez, carpeta en mano, tomando los tiempos en la cuneta. A diferencia del día de Bilbao, si hubo ganador oficial. Aunque Bernal no lo sienta así. Hace cuatro años se debetía entre la vida y la muerte en un hospital de Colombia. Entrenando, se estampó contra un autobús. Pudo quedarse tetrapléjico. La carrera del ganador de un ganador del Tour quedaba en jaque. A base de mucho empeño y tesón, volvió a andar, a coger una bici y a competir. Este 2025 ha sido cuando más cerca ha estado de su mejor nivel. Primero en el Giro y ahora en La Vuelta.
Landa seguía el mismo calendario. Las caídas le han masacrado desde su eclosión allá por 2015. Dos etapas y podio en el Giro y otra victoria en La Vuelta. Una década después, sus piernas siguen con fuerza. Es protagonista de episodios emocionantes, pero siempre sin recompensa. Se fracturó una vértebra en la primera etapa del Giro, y tras una dura rehabilitación, con la espalda aún mermada, fue capaz de seleccionar una fuga numorosa a 60 kilómetros de meta.
Solo le quedaba Bernal y confiaba en poder dejarle atrás en la dura subida final. Pero el cambio de planes impidió volver a ver un ataque suyo. Agarrado abajo. Solo le quedaba la baza del sprint, la peor. Al alavés le pasa como a otros ídolos anteriores. Como a Vicente Trueba o a Marino Lejarreta. Si llegaban en un grupo de siete ciclistas, quedaban séptimos. Si llegaban diez, décimo. Si son dos, segundo. Aunque daba igual. El resultado está embarrado debido al clima de tensión que se vive a nivel social desde que la carrera puso un pie en España. Era la quinta etapa, una contrarreloj por equipos en Figueras, en la que un grupo cortó la carretera al paso del equipo del Israel.
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