El Real Madrid sana heridas para la batalla del Metropolitano

«La sensación es buena porque el objetivo era sumar puntos», destacó nada más acabar el encuentro contra el Rayo un técnico que ensalzó la intensidad y el acierto de los que hizo alarde su equipo en la primera parte, a la vez que se mostró comprensivo con el ahorro de energía que realizó en la segunda mitad, pese a que dicha actitud comprometió hasta el último momento el triunfo de un Real Madrid que acabó achicando agua, perdiendo tiempo y recibiendo incluso pitos por parte de su hinchada. «Es muy complicado preparar este tipo de partidos», defendió Carletto, que recordó la larga lista de damnificados ligueros que dejó la Champions.

Bayern de Múnich, Bayer Leverkusen, Borussia Dortmund, Arsenal y el propio Atlético se dejaron puntos en una jornada en la que PSV, Lille, Aston Villa e Inter de Milán ganaron por la mínima, el Liverpool tuvo que remontar y solo el Benfica, el Brujas y el PSG obtuvieron triunfos holgados por lo que atañe a los dieciséis conjuntos que permanecen inmersos de la máxima competición continental.

No fue ajeno a la influencia de esa competición por la que todos se desviven un Real Madrid que confeccionó el once con la vista puesta en el Atlético y se dejó ir ante el Rayo cuando debió sentenciar antes del descanso, pero que logró sanar heridas que mejoran su estado a las puertas de ese choque trascendental que afrontará este miércoles en el fortín rojiblanco.

La principal de ellas es el colmillo que sacaron a relucir Mbappé y Vinicius tras varias actuaciones que les habían dejado señalados. El francés encarriló la victoria a la media hora con un golazo marca de la casa y el brasileño, asistente del '9', dobló la renta cuatro minutos después con un tanto lleno de calidad, desborde y tenacidad. «Vinicius y Mbappé han marcado dos goles espectaculares. Hasta el minuto 70 lo han hecho muy bien», celebró Ancelotti, que se había marcado como objetivo recuperar la mejor versión de sus dos estrellas de cara a una visita al Metropolitano para la que el Real Madrid necesita tener bien afilado a su tridente ofensivo.

Junto a la pegada de Mbappé y de Vinicius, sobresalió el gran trabajo que realizó Tchouaméni en la sala de máquinas. El pivote francés completó con acierto 48 de los 52 pases que intentó, ganó seis duelos, recuperó ocho balones e interceptó cuatro entregas para dar solidez a un centro del campo en el que también brilló de forma especial Modric. El croata efectuó 70 pases, 63 de ellos precisos, salió airoso de un regate, realizó cuatro entradas exitosas e interceptó dos balones en un pleito en el que volvió a completar los 90 minutos, dato este último que parece anticipar su suplencia en el euroderbi.

Como ya sucediera la semana pasada, todo apunta a que Ancelotti preferirá guardarse la carta del veterano futbolista balcánico para la segunda parte y volverá a situar a Valverde en el lateral derecho, lo que deja una plaza libre en la medular que podría ser para Brahim, en vista del pobre rendimiento de Camavinga. El de Cabinda jugó once deslucidos minutos ante el Rayo que avivaron las dudas de un técnico que considera más fiable a Tchouaméni. «Tiene un carácter y una personalidad muy fuertes. Es trabajador, serio y profesional. Ha manejado muy bien las críticas», resaltó el transalpino sobre el de Ruan, cuyo trabajo sin balón tachó de «espectacular».

Carletto recupera a Courtois, cuyas molestias en el tendón rotuliano de la pierna derecha provocaron que fuese baja de última hora ante el Rayo pero que volvió a los entrenamientos este lunes, y a Rüdiger, que se quedó en casa el domingo superando un proceso gripal pero que también se ejercitó sin problemas en la primera sesión de la semana y volverá a comandar la retaguardia del Real Madrid el miércoles. Así las cosas, Ancelotti no tendrá más ausencias que las ya consabidas de Carvajal, Militao, Vallejo y Ceballos de cara a un euroderbi al que los blancos llegan en mejor situación de aquella con la que afrontaron el duelo de ida y con la guardia alta pese a las dudas que acechan al Atlético tras la derrota liguera de los rojiblancos en el Coliseum.