El arte de montar un rocódromo en diez días
Las estructuras que acogerán las Copas de España de velocidad y bloques el fin de semana en Potes ya están casi listas para acoger la competición
Un equipo de cerca de una veintena de personas trabaja estos días en Potes en un par de estructuras. Y no pequeñas. Una, de 15 metros de altura y seis de ancho. La otra, de 4,5 metros de alto y 15 metros de largo y que está duplicada, para conformar dos secciones que suman 30 metros lineales. Las pruebas de las Copas de España de bloques y velocidad ya asoman en este fin de semana en la capital lebaniega y se trabaja sin prisa pero sin pausa para que todo esté a punto para los escaladores. Unas paredes artificiales en las que los deportistas plasmarán sus evoluciones en una prueba que coronará a los campeones de las Copas de España.
El trabajo lleva lo suyo. «Unos diez días», apunta Nacho Escribano, el director de la competición que se celebrará este fin de semana en la capital lebaniega. Estos rocódromos artificiales se montan en base a unas estructuras denominadas 'layer'. «Es una estructura de andamios autoportante», añade Escribano. Se le pone un contrapeso «de muchas toneladas, a base de agua, para que no haya riesgo de vencimiento».
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Sobre esa estructura de andamios se monta otra de paneles. «De madera de Walltopia, la mejor marca que hay». El objetivo es que eso aguante cualquier inclemencia meteorológica que se pueda presentar en la prueba. «Eso aguanta carros y carretas», señala rotundo Escribano.
Estos días se trabaja en dos estructuras independientes. Una para la Copa de España de velocidad, y otra para la de bloques. Para la de velocidad, no hay mucho misterio porque el recorrido es siempre el mismo. En Potes o en cualquier competición que se celebre en el mundo. Pero el de bloques sí es distinto. «Cambia en cada prueba», incide Escribano. «Las marcas ceden el material y los equipadores inventan su arte».
Montar una estructura en un deporte que conlleva sus riesgos como la escalada requiere que esos equipadores sean personas muy cualificadas. «Están acreditados por la Federación Española de Montaña y escalada. Y o bien son antiguos competidores o son escaladores en ejercicio», comenta el director de la competición que se celebrará en Potes. Los equipadores juegan con lo que en el argot se llama 'escala RIC'. «Riesgo, incertidumbre y complejidad». De lo que se trata es de diseñar un recorrido que no sea ni fácil ni difícil. «No sería bueno que todos los escaladores hiciesen todos los bloques ni que varios bloques se quedasen sin hacer». Al acabar la competición, se intercambian impresiones con los escaladores, a ver qué les ha parecido. «En todos los montajes en los que hemos participado –los instala la empresa B3 Sportainment–, las impresiones han sido buenas».
La prioridad en el montaje de esta estructura de bloques es, de nuevo, la seguridad. Primero del equipo de montaje y luego, de los deportistas. «Todo lo instalado en esa pared artificial se comprueba varias veces», concluye Escribano.