El 'Infierno' también es piadoso con sus fieles

En lo que se refiere a la prueba más 'vieja', la de bicicleta de montaña, ya cumple unas respetables 17 primaveras desde que en 2007 un gallego, Brandán Márquez, cruzase el primero la meta de lo que parecía una locura sin límites. La lluvia y las tormentas masacraron a las 160 almas en pena que, cubiertas de barro hasta las cejas, consiguieron acabar de 425 inscritos. El cántabro Jorge Argüeso, de Viveda, era de los primeros en retirar su dorsal. El 101, lo que indicaba que es un 'gallo', porque es la posición en la que terminó el año pasado. «Hice ocho horas y 46 minutos. A intentar mejorarlo». Ya ha estado en El Soplao «cuatro o cinco veces». Le acompañará Heidi, que estará en labores de avituallamiento en «Juzmeana, Correpoco, Rozadío y Puentenansa. Esto es un trabajo en equipo». A Jorge se iluminaba la cara con la frase. «Que dan bueno. Menos mal...».

Gabriel Aráez viene de Barcelona. A cumplir su segunda participación en la prueba de BTT. «La anterior fue en 2015». Aquella vez Cantabria le cautivó, porque «no hay palabra en el diccionario para describir esto. ¿Fantástico?»... Ha venido «solo» para pasar cuatro días en la región. El objetivo para el sábado, «acabar y pasarlo bien».

El pequeño Lucas, de ocho años, acompañaba en la recogida de dorsal a su padre, José María García. «Ya es la tercera vez que participo», señalaba. Ana, mamá de uno y esposa del otro, estará en labores de apoyo en «Correpoco, Los Tojos...». Escuchaba atenta indicaciones para ir a tal o cual sitio. José María espera hacer «ocho o nueve horas». A otro que se le cambiaba la cara. «¡Y no lloverá ! Va a hacer como hoy. Es que si llueve mucho...», en alusión a otras ediciones en las que el tiempo lo ha complicado todo. Lucas, tímido, aceptaba a chocar la mano para sellar un compromiso. ¿En diez años aquí? «Sería el hombre más feliz del mundo si fuésemos juntos», afirmaba orgulloso el padre. La familia se queda estos días en Treceño.

Otros madrileños, Beatriz Viñas y Álvaro López, debutarán en la ruta a pie. 49 kilómetros. «A ver cómo se nos da», señalaba ella con una sonrisa, ya que «en el último mes y medio se nos ha complicado todo un poco y no hemos entrenado como deberíamos». Aún así, ya tienen una tirada de «35 kilómetros», añadía Álvaro. «Nos quedamos en Cos», decía él, después de encontrar todo lleno en otras dos casas rurales. Beatriz también sonreía al apuntar que «creo que dan buen tiempo».

«Vengo de Pamplona, pero mi familia es de Cabuérniga». Iván González ya no recuerda las veces que ha venido a la prueba de bici de montaña. «Ocho o diez. Suelo acabar en ocho horas y pico». Lo del tiempo tiene tanta importancia «que me han dicho que va a hacer bueno hasta en el trabajo», apuntaba entre risas. El alojamiento lo ha traído puesto, ya que «venimos en una autocaravana».

Con diez de las dieciséis ediciones celebradas a la espalda, el ampuerense Ángel Solana ya es una autoridad en esto de Los 10.000 del Soplao. En ese día en el que ha habido, literalmente, de todo. Y da la clave de por qué el tiempo complica las cosas. «Es que el agua condiciona mucho la mecánica, el físico... El año pasado, las cuatro últimas horas fueron criminales. Y con la lluvia y el barro los frenos se desgastan mucho». Recogía el dorsal junto al también ampuerense David Santisteban, que va a por su segunda participación, con el objetivo igual que en 2024, «acabar». Ángel tiene metas más altas. «Tengo ocho horas y siete minutos de mejor marca. A ver si pongo un 'siete horas y...'». añadía con una sonrisa. Así que David señala que «iremos juntos, pero solo al principio».

Entre el Conde San Diego y la zona de salida y meta, ubicada a la entrada de la Avenida de Cantabria, andaba atareado Jesús 'Chuchi' Maestegui. El alma máter de la prueba. El único que en aquel ya lejano 2007, cuando el desánimo cundía entre toda la organización por aquel día de mil demonios que masacró la carrera, vio que había nacido una leyenda entre las pruebas de este tipo. Los cerca de 4.000 participantes entre todas las modalidades de este año hacen «un Soplao un poco más llevadero, aunque los problemas son los mismos». Pero la organización quiere volver a honrar su nombre. «No renunciamos a esos 10.000», añade, «pero somos conscientes de que la sociedad ha cambiado, y el tipo de deporte que hace la gente. Hay que conseguir que la gente siga haciendo deporte y darle lo que pide. Por ejemplo, las inscripciones del speed trail se han duplicado».

Aunque Chuchi es consciente de que la prueba de bici de montaña es «muy dura». Quizá no deba cambiar nunca, porque esa dureza ha cautivado a mucha gente. Aunque este sábado, el día – y la noche para los que salieron a la medianoche en la ultramaratón– serán más llevaderos. En muchos sitios habrá barro producto de las lluvias de los últimos tiempos, pero el sol brillará en todo lo alto para que el cielo no complique aún más un día en el 'Infierno cántabro'.