La Supercopa de judo examina el talento joven en la Ballena
El Palacio de Deportes acogió a 1.300 judocas de toda España en un fin de semana que mezcló deporte, ambiente y emoción con dos oros y dos bronces para Cantabria
En los aledaños del Palacio de Deportes las mochilas azules y blancas se mezclaban con turistas y familias. Dentro, los aplausos marcaban un pulso constante. El tatami, extendido sobre la pista de la Ballena respiraba distinto con el zumbido constante de los 1.300 chavales que lo pisaban en numerosos combates durante todo el fin de semana. Los saludos, las reverencias, el roce de los pies descalzos sobre el suelo antes de una pelea... todo era parte de la quinta edición de la Supercopa de España infantil y cadete de judo que se celebró este fin de semana en Santander y convirtió a la cuidad por segundo año consecutivo en el epicentro del judo de secciones inferiores.
La cita arrancó el sábado desde las 9.00 horas. Las eliminatorias cadetes transformaron la Ballena en una coreografía precisa de caídas, gritos contenidos y abrazos finales. La intensidad no entiende de edades cuando se trata de judo y Cantabria, que se llevó dos oros, demostró que esa es una lección que tiene bien aprendida. En la categoría de -55 kilos, el cántabro Izan Ríos firmó una de las grandes alegrías locales y conquistó el oro con serenidad, confiando en su trabajo. Y en los +90 kilos, Rafael Bairamov subió también a lo más alto del podio con otra presea dorada. Por su parte, Álvaro Calvo y Lucas Suárez no pudieron llevarse medallas y se tuvieron que conformar con dos placas.
Tras la competición, Cantabria terminó cuarta en el medallero cadete, un logro que la mantiene entre las comunidades con mejor cantera, solo por detrás de Madrid —ganadora del torneo—, Aragón y Valencia. En el apartado femenino no llegó el metal, pero sí la sensación de estar cerca: el pulso, la técnica y la confianza siguen creciendo.
Ayer fue el turno de la categoría infantil –los menores de quince años– y en el ambiente se mezclaban la ternura y el vértigo. En los -66 kilos, el local Ayram San José, se colgó el bronce tras un torneo de altísimo nivel, solo superado por Rubén Díez (Castilla y León) y José María Tremiño (Valencia). En el infantil femenino, Lucía Gómez, de Cantabria, también logró bronce en categoría -36 kilos, en un podio que completaron la gallega Elena Lestón, que se llevó el oro, y la madrileña Alejandra Roca, que se colgó la medalla de plata.
La Supercopa de España Infantil y Cadete es la más exigente del circuito nacional ya que otorga la mayor puntuación y atrae a los mejores judocas, hasta el punto de parecer un mini Campeonato de España. Pero además de lo deportivo se palpó una atmósfera que resumía lo esencial: el deporte como aprendizaje, respeto y una forma de estar en el mundo.