«Cuando bajé del coche dije al piloto: ¡Madre mía que golpe nos hemos dado!»
La copiloto cántabra Sara Fernández salió ilesa del aparatoso accidente que sufrió con Efrén Llarena en el Rally de Polonia el pasado domingo
Dolorida y con algunas magulladuras, pero sin nada grave. Así se encuentra la copiloto Sara Fernández (Santander, 1985) tres días después del aparatoso accidente que sufrió en el Rally de Polonia ... junto al piloto Efrén Llarena (Burgos, 1995) en su Peugeot 208 R2 mientras luchaban por la victoria en categoría ERC3. Un gran impacto con salida de la carretera y varias vueltas de campana tuvieron la culpa. «Cuando salí del coche le dije al piloto: ¡Madre mía que golpe hemos dado!», recuerda Sara. Que saliesen ilesos es casi un milagro, pero la preparación de su vehículo, pensado para absorber el impacto en caso de accidente y que a los ocupantes no les pase nada, y una pizca de suerte hicieron el resto. «Las medidas de seguridad en un coche de carreras son altísimas y está pensado para que no nos pase nada», explica la copiloto, que además lleva un baquet con el cinturón y demás equipamiento adaptado a sus medidas y tamaño para reforzar la seguridad.
Sara no vio venir el golpe. La pareja, que iba segunda, circulaba a 160 kilómetros por hora y «en quinta a tope». Y es que el rally de Polonia, puntuable para el Europeo, es uno de los más veloces de la competición con 200 kilómetros cronometrados. «Veníamos de una zona rápida con algún rasante y entramos en una curva bastante rápido. Igual frenamos más de la cuenta, lo que hizo que Efrén se metiese un poco al interior para intentar entrar en la curva. Entonces pegó en el interior y el coche se catapultó. Empezó a dar vueltas de campana y ya no había solución», rememora. Además en el tamo anterior habían pinchado y perdido cuatro segundos. Seguían en la pelea por el triunfo, pero apretaron un poco más para recuperarlos. «Era un tramo de 22 kilómetros, que en esa distancia sí que se llegan a notar las diferencias de un coche respecto a otro. Si lo haces bien y no cometes fallos puedes ganar mucho tiempo», explica. Lo cierto es que la copiloto se dio cuenta de lo que pasaba cuando ya era demasiado tarde. Su postura en el coche no le permite ver la carretera en muchas ocasiones. «Yo ya estaba cantando un cruce que venía 300 metros más adelante y me pilló de sorpresa. Voy un poco más agachada que Efrén en el asiento y hay muchas zonas que no veo la carretera», explica.
A pesar de que el coche quedó devastado Sara y Efrén salieron por su propio pie. «La puerta del piloto estaba destrozada y mi lado por atrás estaba peor, pero mi puerta estaba bien. Salí por ella y después le ayudé a salir a él». El volante dificultó al burgalés abandonar el vehículo porque complicaba su movimientos, pero durante el choque le permitió contar con una sujeción. Sara, en cambio, no tenía nada a lo que agarrarse. «Intenté poner los brazos en cruz para que estuvieran sujetos y no rompérmelos. El reposapiés se arrancó con el primer golpe y mis piernas no estaban sujetas. Era como una muñeca de trapo», cuenta. La santanderina lo pasó mal porque su pierna derecha se coló entre la barra y la puerta, y con tantas vueltas de campana y tan rápidas tenía que luchar por controlarla para no rompérsela. Afortunadamente el largo frontal no se dobló y no hubo nada que lamentar aunque el golpe fue duro. «Cuando nos bajamos no nos dolía absolutamente nada. Si hubiéramos tenido que volver a salir con el coche lo hubiéramos hecho». La asistencia llegó enseguida y tras examinarlos comprobaron que no había ninguna fractura ni órganos tocados. Solo tensión y dolor de agujetas. «El doctor nos dijo que no había nada grave y nos dio documentación para que al llegar a España nos hiciésemos una revisión».
Quitarse la espinita
Después de ir terceros en la prueba el accidente dio a traste con todo. Esta vez no ha salido bien, pero la intención ahí está. «Queríamos optar a la victoria y creo que teníamos posibilidades. De cara al campeonato son unos puntos que nos hubieran venido muy bien, pero seguimos en la pelea y segundos». Y es cierto. Si se descuenta un resultado malo están a tan solo a tres puntos del líder. Por eso Efrén y Sara tienen ya la mente puesta en la cita del 20 de julio en el Rally de Roma. Una prueba que se disputa en asfalto, una superficie que al burgalés se le da muy bien, y donde la pareja quiere quitarse la espinita e ir a por todas. «Podemos hacer un buen papel. Vamos a trabajar mucho estas semanas para llegar física y psicológicamente al 100%. Sabemos que es un rally importante. A ver si hay esperanza y muchas posibilidades de ganar», explica ilusionada.
Sara Fernández tiene una gran trayectoria y experiencia en el mundo de las cuatro ruedas y es una de las pocas mujeres que ha conseguido abrirse un hueco en un universo que hasta hace no mucho tiempo era exclusivamente masculino. «Al principio me costó muchísimos años que la gente me respetara. Hay muchos que no aceptan que una chica pueda ser mejor», explica. Incluso algunos pilotos la rechazaron por el hecho de ser mujer. Ahora eso ha cambiado. «He demostrado que sé hacer las cosas bien, he corrido con muchos pilotos y también fuera de España. Me he ganado el respeto».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.